sábado, noviembre 23, 2024

La mano negra

En una tarde, cuentan los legendarios sabios que una compañía española, llamada REPSOL, había dejado escapar petróleo al mar. Los vecinos vieron con dolor como el océano se contaminó de repente y nadie daba solución mientras en el ministerio de medio ambiente, consciente de la ley el ministro decidió citar al presidente de dicha compañía para exigirle explicaciones. Ante las irregularidades y despotismo de la empresa hispana, decidió multarle con unos cuantos millones de dólares y suspenderla ipso facto. Este hecho no pasó inadvertido, recibiendo una llamada de la embajada española pidiendo explicaciones sobre su decisión, a lo que nuestro personaje secreto dijo que era el ministro y estaba en su potestad. Pero, como no es de extrañar, comenzaron las negociaciones con ciertos subsecretarios para suspender esta escandalosa medida, tras lo cual, recibió una llamada del presidente de su momento, en el que le preguntó sobre qué cosa había hecho y que los habían metido en un auténtico lío, nada menos que con la madre patria. Poco después recibió un whatsapp donde se le agradecía su esfuerzo por la nación y fue de este modo destituido. Pusieron a alguien sin preparación alguna y, tras el fracaso de éste, fue invitado a regresar a lo que dijo que “no se iba a poner el fajín cuando al presidente le viniera en gana para luego retirárselo.”

Esta anécdota, sucedida hace algunos años, cuyo protagonista me reservo por razones de seguridad, es real, prueba que el poder tiene un precio, que aquéllos que son escogidos para dirigir las corporaciones nacionales, no sólo tienen una hora de ruta que cumplir (Pedro Sánchez recibió el pasado 22 de enero a su maestra de ceremonias y rituales Hilary Clinton…), sino que son amenazados y sustituidos de sus cargos en cuanto se oponen a los lobis que dicen a los gobiernos qué medidas han de tomar y cuáles no. En la medida en que son buenos chicos y las mujeres (orgullosas por fin de ser ministras y presidentes)  cumplen con su cometido, como Dina Boluarte, bajo las órdenes de la CIA americana, no les ocurre nada; es más, la fiscal general del Estado que solicitó su investigación y procesamiento por la muerte de 52 personas en las manifestaciones que tuvieron lugar en Perú el año pasado, ha sido sustituida de manera fulminante y el Congreso de la República estudia el modo en el que puede nombrar y controlar a los jueces, es decir, lo que suele llamarse un law fare en toda regla.

De este modo se amaña al poder judicial y se quitan del medio a los cargos que pudiesen ser incómodos porque dicen los delitos que cometen los políticos, todo ello muy democrático y bajo el control del poder ejecutivo, que es como decir el mando de los que ordenan, chantajean y amenazan a los jefecillos de esas corporaciones que llaman países.

Otro de los pagos es la muerte. Uno de los hijos de Soros ha publicado en x una foto en la que aparece un cristal roto por un disparo de arma blanca y al otro lado una mano mostrando un total de 47 dólares y dicho mensaje fue dirigido a Donald Trump, futuro candidato del partido Republicano. George Soros es uno de los ejecutores de los planes sionistas, al primero que recibió Sánchez en el 2018, recién elegido presidente tras moción de censura contra Rajoy y que su hijo haga eso es muy sospechoso. Si es elegido como 47 presidente de los EEUU, diríase que quisiera asesinarlo y estaría dispuesto a pagar a un sicario; es el precio que tendría ser presidente en un país donde los globalistas, como la peor mafia, no soportan oposición de ningún tipo, como REPSOL en el primer ejemplo expuesto.

La lista de políticos asesinados por sus ideas es larga: Isaac Rabin, Jovenei Moïse, David Amess, Jo Cox, Anna Lindht, Olaf Palme, Indira Gandhi, John Fitgerald Kennedy, Abraham Lincoln, James Garfield, William McKinley, Robert Kennedy, Martin Luther King, General Prim, Cánovas del Castillo, José Canalejas, Calvo Sotelo, Eduardo Dato, Luis Carrero Blanco, John Magufuli, Ambrose Dlamini, Pierre Nikusunziza, el zar Alejandro I, Antonio Miró Quesada, Velasco Alvarado y Sánchez Cerro, forman parte de la larguísima lista de personas influyentes que fallecieron de un disparo en la nuca. El Caso de Kennedy es especialmente llamativo porque por un lado pretendía consolidar el doble patrón de oro y plata, contrario a la Reserva Federal de los Rothschild, se negaba a enviar soldados a Vietnam y una semana antes de ser disparado habló de las élites de los grupos secretos. Todos ellos, personas de principios que no se doblegaron a los idearios de sus jefes en la sombra y que hicieron su rol como políticos, no como éstos que son títeres y sólo obedecen las oscuras reglas de la masonería internacional.

Por lo tanto, para conservar un cargo público hay que ser ignorante, torpe, carente de escrúpulos, no carente de algunos signos de estupidez, orgulloso, narcisista, psicópata, necio, engreído, torpe, servil, cobarde, arrogante, ambicioso, inseguro, acomplejado, sin capacidad ni de lógica ni de análisis racional, presuntuoso, autoritario, estratega, amante del lujo e insensible a todo tipo de críticas. Éste es el perfil perfecto de los nuevos políticos, a los que se pueden sumar otros como juventud, inexperiencia, desconocimiento, fanático y cruel, como buen aprendiz para ser un psicópata de grado 33. Todo ello bajo el control del CMR, los grupos de poder como la CIA, el Foro de Davos, el Club Bilderberg y otros que creen a su antojo. ¿No te has percatado de la juventud de muchos de los cargos, como Irene Montero, sin experiencia laboral alguna, salvo la de ser una trepa, al igual que Yolanda Díaz y muchos ministros, que sólo pueden describir en sus currículums experiencias en política, muchas de ellas con la sombra de la corrupción más apestosa debajo de la alfombra? 

¿No son los rasgos anteriores propios de aprendizajes de demonios con la imprescindible capacidad para el engaño y hacerse pasar por un ángel, con esa cara de santito de “yo no fui”? ¿Disfrazarnos sus satánicas intenciones con buenos deseos y una educación tan exagerada que adquieren la personalidad de los propios monstruos que han de ser mientras nos toman el pelo a los ciudadanos, unos modales propios de parlamentos y palacios de diamantes, donde los gobierna el odio hacia quién no es de su troupe y así, hacer el combate entre los partidos más emocionante? Sin embargo, estos seres, por llamarlos de algún modo, no saben el peligro que corren al tener estos cargos porque sus vidas penden de un hilo: el más mínimo fallo, varias decisiones que contraríen a sus amos y pum, o los sustituyen, los juzgan con procesos judiciales absurdos y falsos o simplemente los matan como si fueran perros, porque así son considerados, aunque llegue Hilary Clinton a darles un cariñoso toquecito en la espalda, antes de seguir su labor de adoctrinamiento globalista y de agenda 2030.

El ejercicio de la política se ha convertido en una profesión de altísimo riesgo pues la mano que les tiende la cuna y que les hace soñar que son dioses es peluda, cargada de garras y siempre los cuida, siempre y cuando los obedezcan y sigan los rituales de la política, que son similares a los satánicos, incluso en el contenido de las leyes que aprueban contra los ciudadanos. 

Cuídense mucho, porque no hay libertad de pensamiento a quien ya vendió su alma al diablo, eso sí, una vez llegue el momento de la muerte, sufrirán eternamente en el plano del dolor, como los fantasmas de los castillos de la Edad Media.Muchos morimos cuando nos llega la hora, otros fallecen cuando aún creen estar vivos. En fin, “los otros…

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