Película de 1986, “Saving Grace” (Gracia salvadora), del director Robert Young. El argumento, verbigracia: un Papa llamado León XIV abandona el Vaticano un año después de su elección para reconstruir un pueblo abandonado y en ruinas (como Pompeya) que está en cuarentena debido a una presunta epidemia. ¿Nos hallamos, una vez más, ante un evidente, evidentísimo caso de programación predictiva, como cuando en octubre de 2011 la excelente película del gran Nanni Moretti “Habemus Papam” “profetizó” la renuncia de un sumo pontífice anticipándose quince meses a la abdicación de Benedicto XVI, o José Mota propuso en su gag navideño de 2010 la elección de un Papa americano (ya llevamos dos)? Y, en sentido, sin poder olvidar el guiño trumpista vestido infantiloidemente de papa. Papa yanquilatino, pues. Ahí está «The Young Pope», la serie que predijo la elección de un papa estadounidense. O, imposible olvidar, la estimable cinta mexicana “El habitante”, una historia donde en la noche en la que el papa LEÓN XIV ha fallecido, tres hermanas irrumpen en una casa para robarle a un senador, pero ahí descubren que la hija de este político está encerrada en el sótano. El demonio que se hallaría dentro hija del senador ha hecho que dos de las tres hermanas se maten. María, la hermana que sobrevive es ayudada por el cardenal Pedro Natale quien logra, en principio, exorcizar al espíritu maligno, aunque eso casi le cuesta la vida. Tiempo después, María está viendo el cónclave para elegir al nuevo papa: Pedro Natale, nuevo líder. Pero para sorpresa de María, detecta en los ojos del cardenal que el demonio poseyó su cuerpo, por lo que ahora el diablo está ocupando el lugar más importante dentro de la iglesia católica. Y mientras vemos al diablo encarnado en Pedro II (Pedro el Romano, San Malaquías, memento) a la icónica balaustrada, en la parte inferior de la transmisión aparece turbador titular: “Israel ha comenzado a reconstruir el templo de Jerusalén”, otro símbolo comúnmente relacionado profecías apocalípticas (y no olvides, viajero, la novela Pope Bob de Bill Dodds y la tantas veces comentada “Cónclave”). Y qué decir de Los Simpsons. Hasta Carosone con su Tu vuò fà l’americano de 1956. Y la reciente versión de 2010 de Pa Panamericano de Yolanda Be Cool.
El número 14, IA, continuidad, ruinas, León de Juda…
- El número catorce es un claro ejemplo de gematria – un método interpretativo judío que asigna números a cada letra hebrea. La gematria calcula el valor numérico de una palabra en particular y luego la hace corresponder con otra palabra que tiene el mismo valor numérico, revelando de esta manera una conexión entre ellas. El evangelista Mateo construye su genealogía en torno al número 14 porque el nombre de David en hebreo (דוד) tiene un valor de 14. ד (dalet) + ו (vav) + ד (dalet) o 4 + 6 + 4 = 14. Además, David es el nombre decimocuarto que figura en la genealogía dividida en 3 bloques de 14 generaciones cada uno.
- «Precisamente, al sentirme llamado a proseguir este camino, pensé tomar el nombre de León XIV. Hay varias razones, pero la principal es porque el papa León XIII, con la histórica Encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial y hoy la Iglesia ofrece a todos su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo».
- Robert Francis Prevost, sucesor de un papa llamado Francisco, tan globalistas ambos, ha escogido el nombre de León, quien fuera el discípulo predilecto del pobre de Asís. A la vista de las palabras de León XIV en el balcón de San Pedro, en las que ha pedido permiso para “dar continuidad” a la bendición de Francisco, parece que la elección del nombre deja atrás la casualidad.
- León XIV fue nombrado papa el día 8 de mayo, día de la virgen de Pompeya a la que es devoto.
- El León de la tribu de Judá es un símbolo encontrado en Génesis y Apocalipsis. En el libro del Génesis, Jacob bendice a su hijo Judá, refiriéndose a él y su futura tribu como un cachorro de león y un león (Génesis 49, 9). En el Apocalipsis, este símbolo se ve nuevamente cuando se declara que el León de la tribu de Judá ha triunfado y es digno de abrir el rollo y sus siete sellos (Apocalipsis 5, 5). Jesús es el Único que es digno de abrir el rollo (ver Juan 5, 22). Por lo tanto, Jesús es el León de la tribu de Judá…
Conclusiones de lo anterior
Uno. El documento de Abu Dabi sobre «la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común», firmado en 2019 por el Papa Francisco y el egipcio Ahmed al-Tayeb, gran imán de la mezquita Al-Azhar, en El Cairo. Dos. En octubre de 2021, Francisco dio el visto bueno a la creación del parque religioso Pachamama en Argentina. Subrayó enfáticamente la fraternidad universal de todos los hombres, tal como la masonería ha hecho de ella un estandarte desde el siglo XVIII. Y no dejó de dar todo su apoyo a la construcción de un templo común de religiones abrahámicas en Abu Dabi. Tres. El viaje del papa Francisco a Kazajistán los días 14 y 15 de septiembre de 2022 para participar en el Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, clave. Y no olviden el lugar donde en principio iba a celebrarse el Congreso de Líderes de Religiones Mundiales: Pirámide de la Paz y la Concordia…
…Una religión global humana/transhumana que vampirice a toda religión habida y por haber. Ecumenismo y, sobre todo, sincretismo teológico. Resurrección, reencarnación, nirvana o un paraíso poblado por voluptuosas huríes: lo mismo da que da lo mismo. Y una moral kantiana, claro. El mínimo común denominador de lo que las instituciones internacionales consideren en cada momento histórico como bueno y malo (antaño, el aborto, abominable crimen; hogaño, derecho).
Nueva moral cívica sincretista, que solo puede surgir de colocar entre paréntesis de la verdad o falsedad de las religiones, y su reducción a la minima moralia artificiosa y convencional de las instituciones globalistas de turno, donde el Estados Unidos del adalid de la Bestia/IA, Donald Trump, deviene decisivo (memento la ineludible profecía de William Marrion Branham). Y si fuera realmente una moral natural, requeriría del Dios verdadero (si existe, claro) para satisfacer sus exigencias y no del sincretismo de los diversos dioses…
…Pues eso. Poder político y poder religioso: Bestias. O penúltimo papa de transición (2 Tes 2, 6-7). O último, hacia el denominado Juicio Final. En fin.