jueves, enero 30, 2025
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Más corrupción: Otra imputada por estafa y malversación

En las últimas semanas se ha hablado mucho de ella debido a las sospechas fundadas sobre su más que cuestionada labor en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) que ha dirigido hasta ahora. Por cierto, centro que depende del Ministerio de Ciencia e Innovación cuya titular es la ministro Diana Morant.

María Blasco ha sido imputada por un juez por los delitos de estafa y malversación. Esta decisión llega horas antes de que se haga efectiva su destitución del cargo que ha ocupado durante más de una década.

Según diversas investigaciones y denuncias, Blasco habría desviado fondos destinados a la investigación contra el cáncer para fines personales, incluyendo la compra de obras de arte y financiando viajes de placer. Sin embargo, la acusación más grave recae en el cobro de sobresueldos no autorizados. Se ha estimado que Blasco, según desveló una auditoría, habría recibido un sobresueldo anual de aproximadamente 30.000 euros durante al menos cinco años, lo que sumaría un total de 150.000 euros, aparte de su ya abultado salario de 230.000 euros anuales, uno de los más altos en la administración pública española. Este dinero, según las acusaciones, debería haber sido destinado a la investigación médica, particularmente en la lucha contra el cáncer.

Otra de las revelaciones escandalosas es el número de asesores que Blasco mantenía a su disposición. Se ha informado que contaba con un equipo de más de 20 asesores, cuyo coste anual superaba el millón de euros, una cantidad equivalente al presupuesto de dos grupos de investigación científica en el CNIO. Este gasto ha sido criticado especialmente porque, en contraste, el centro carecía de los recursos necesarios para sus investigaciones, lo que ha llevado a un declive en la productividad científica del instituto.

Paralelamente a estas irregularidades financieras, se ha descubierto que Blasco adquirió dos viviendas en Galicia, compradas al contado junto a su pareja, Ruth Toledano, quien también se encuentra vinculada a una fundación que ha recibido fondos del CNIO. Estas propiedades, situadas en el municipio de Carnota, La Coruña, suponen un claro conflicto de interés y una muestra de la mala administración de los recursos destinados originalmente a la ciencia.

La imputación y la inminente destitución de Blasco han provocado una intensa polémica en el ámbito científico y político español ya que no hay día en el que no salte algún escándalo de corrupción. Múltiples voces dentro del CNIO han pedido desde hace tiempo un cambio de liderazgo, citando no solo las cuestiones financieras sino también la gestión de los recursos humanos y materiales. La crisis ha llegado a tal punto que varios investigadores de renombre internacional han abandonado el centro en los últimos años, sumando a la ya deteriorada imagen del CNIO.

Esta situación no solo pone en evidencia las prácticas dentro de una de las instituciones más importantes de la investigación oncológica en España sino que también plantea interrogantes sobre la supervisión y control de las entidades públicas dedicadas a la ciencia. Recordemos que la ministro Morant no hace mucho que salió en defensa de la imputada Blasco. Habría que exigir la dimisión de la ministro por encubrimiento e inacción

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