Menudo panorama más sombrío que tenemos en España. Esta mañana, tal y como hacemos casi todos los días, hemos pegado un vistazo a algún medio de comunicación y redes sociales para informarnos de las últimas noticias.
En la red social X nos hemos encontrado con una tendencia que, a la hora de redactar este artículo, acumulaba más de 20.300 publicaciones. La palabra en cuestión de esa tendencia es: «Agresión».
Y nosotros, que seguimos siendo unos ingenuos, hemos ido a mirar de qué se trataba, por qué se estaba debatiendo tanto en X con esa palabra. Pues sí, era por el fútbol. Por el partido que ayer jugaban en Valencia, el Valencia y el Real Madrid.
La expulsión a Vinicius está totalmente justificada aquí el vídeo que demuestra la agresión al portero del Valencia pic.twitter.com/f9SDgtpYXl
— Republic1976 (@Republic1998504) January 3, 2025
El debate, a pocos metros de la gran masacre cometida en Valencia, es la agresión de un jugador de un jugador del Real Madrid a uno del Valencia.
A pocos metros de las colas del hambre, de la zona devastada por la riada criminal, de la misma zona en la que los niños están sufriendo, en la que los padres de esos niños están desesperados porque lo han perdido todo, al lado del lugar en el que han sido asesinadas cientos, o miles de personas, la gente debate y se rasga las vestiduras por un puñetero partido de fútbol.
Empieza a preocuparnos muchísimo la salud mental de la gente. Nos preguntamos si no será exactamente esta la situación que se nos describe en tantas películas de zombis que se han producido en los últimos años.
La empanada mental, la estupidez de tanta gente es alarmante. Las prioridades que tienen en la vida, su falta de empatía y de respeto por el prójimo nos parece alarmante. Que tengan a la vuelta de la esquina a gente que ha perdido a familiares, que ha perdido sus casas, que lo han perdido todo y anden todavía con los debates futboleros, no puede sorprendernos más.
Olvídense de Sánc-HEZ, del Rey o de Von der Brujen, el mayor problema que tiene ahora mismo España son los españoles. Una pena.
En Madrid y toda españistan está aumentando muchísimo la delincuencia y la inmigración,y ningún medio se hace eco.Mientras tanto la gente de tardeo ,pasando de todo.
En el metro y supermercados de Madrid los robos son constantes,la policía está desbordada.
Hay gente para todo. Aunque no seamos forofos de ningún equipo ni de ese deporte, como es mi caso, casi todos hemos visto un encuentro o un fragmento.
El fútbol en nuestra sociedad representa cuatro aspectos bien diferenciados pero simultáneos:
1. Es el que todos conocemos: El panem et circenses. Distracción y entretenimiento. Válvula de escape.
2. Negocio. Durante la Hélade griega era una actividad que ensalzaba el vigor y la salud, la camaradería y la destreza. Era competitiva, individual o por equipos, pero no orientada al lucro. Esos valores cambian con el auge de Roma. Y el deporte se adapta a su idiosincrasia (que ha prevalecido hasta hoy). En Roma la competición se transforma en negocio. No tanto para aquellos atletas o los gladiadores -generalmente cautivos y propiedad de sus amos- como para las casas de apuestas que son autorizadas por los patricios/oligarcas que establecen las leyes y el status quo.
3. Lavado de dinero. Por eso para determinados magnates el fútbol actúa cual excremento para las moscas. Recuerdo una persona empleada en Hacienda (y no precisamente como celador) la cual reconocía la enorme deuda que arrastraban determinados clubes (hoy corporaciones) con esa entidad. Sin embargo, ellos recibían órdenes políticas contrarias a su desempeño procedentes de la DI (Delincuencia Institucionalizada/Instituída) para no inspeccionar ni profundizar en aquél fraude. Evidentemente, esa persona al traicionar su cargo público se deslegitima a sí misma y convierte en otro funcionario cómplice.
4. Drenaje y ordeño energético en mayor o menor grado. Al ser ese un aspecto metafísico, directamente relacionado con los controladores de este mundo y por ello emparentado con los efectos que la religión organizada produce en sus practicantes, no me extenderé aquí en él.
«La verdad está oculta en aquello que es despreciado, y la sabiduría se encuentra en las palabras olvidadas.» (Bias de Priene)