El Congreso de diputados aprobó ayer una resolución, presentada a propuesta del PP, para solicitar al Tribunal Internacional de la Haya la detención de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. No es difícil imaginar ni el revuelo de esta petición en los pasillos ni el voto en contra del PSOE, Podemos o Sumar. Se sabe que la vicepresidenta Delcy pisó tierra española en presencia del ex ministro Ábalos, con la anuencia del presidente Pedro Sánchez, encuentro en el que se dejaron en barajas unas cuantas maletas con total descontrol. Se sabe también que este turbio asunto está en manos de la justicia española, pero aún sin resultados, dada la exasperante lentitud de nuestros tribunales, lo cual les viene muy bien a todos ellos porque, a lo mejor, para cuando todo haya salido a la luz, muchos habrán atravesado las puertas giratorias del poder, ésas que te sacan de los problemas por arte de magia potagia como a Teresa Ribera.
Finalmente, algunos de los socios del sanchismo votaron a favor y salió aprobada. El mutismo entre los socialistas es tan estremecedor como la complicidad a este tipo de regímenes fascistas. Tengamos en cuenta que lo de Delcy no es nada comparado con la problemática real y la envergadura del asunto. La tradición decimonónica de la izquierda, llena de personajes tan siniestros como Bronstein o Trotsky, Kissel Mordekau o Karl Marx para sus fans, y otros como Engels, quién le dio de comer a Marx, son joyas de la historia de la poca vergüenza a la hora de plantearnos la dialéctica de Hegel como un modo de retorcer la sociedad y destrozarla, de ser necesario, imponiendo un modelo comunista de corte fascista y antisemita, ideología que fue una tradición europea durante todo el siglo XIX. Queda entonces en sus mentes esos rezados trasnochados y fanáticos propios de quienes podrían ser perfectamente criminales. De hecho, todos los movimientos comunistas y revolucionarios, pagados y bien calentados por el odio sólo pretendían una cosa: salirse con la suya empleando la fuerza de ser necesario y sembrar el caos allí donde llegasen, como esa frase según la cual “donde pisaba Atila no volvía a crecer la hierba.”
El siglo XX también está lleno de víctimas inocentes en Cuba, China y en la Unión Soviética, donde Stalin asesinó a más millones que Hitler, a pesar de que sólo pasó por los juicios de Nuremberg el nazismo, mientras al comunismo no se le tocó un dedo, al estar siempre al servicio del sionismo. Sería largo y plúmbeo entrar en este turbio asunto, pero los hechos son los hechos.
Entrando ya en materia, es destacada la lista de trampas legales desde que se hizo trampa electoral para que entrara la horda salvaje que tenía como primer encargo cargarse la economía para que todos fuesen igual de pobres y así poder imponer el régimen comunista, creando una masa sumisa y obediente incapaz de rebelarse ante la autoridad del fascismo, el mismo recurso de siempre (se ve que eso de tener algo de imaginación a la izquierda le cuesta, y mucho). El control de todas las instituciones del estado, una por una, la aprobación de leyes para tener a la población cada vez con más miedo y bajo mayor dominio y menos libertad, incluso de pensamiento y, sobre todo, encontrar un modo de perpetuarse en el poder, bajo la fachada de una falsa democracia, mediante pucherazos en los votos son mecanismos que ya estamos viendo con Pedro Sánchez. Existen relaciones estrechas entre España y Venezuela a través de algunos miembros del antiguo Podemos o personajes masónicos tan siniestros como el expresidente del gobierno socialista José Luis Rodríguez Zapatero, cuyas hijas tienen negocios allí. Según el diario El debate sus dos hijas Laura y Alba crearon la compañía publicitaria What the Fav, con sede en la Castellana, empresa que desde 2022 invierte en Venezuela, llegando a crear un anuncio de búsqueda de personal en febrero de 2023 que, oh sorpresa, fue borrado. Además, el 6 de marzo de 2020 Periodista digital publicó que Zapatero es dueño de una mina de oro en Venezuela, en una zona de alto peligro e inseguridad, turbios negocios de la droga y se sospecha muchas desapariciones. ¿Será por eso que Zapatero ha sido tibio con Maduro y el PSOE también? Basta con leer la fuente inferior con detenimiento para que se hiele la sangre.
Con ocasión del fraude electoral del pasado 28 de julio, donde Maduro resultó ser reelegido por orden del Tribunal constitucional de Venezuela (bajo el control de quienes todos sabemos), quien se opusiera al régimen sanguinario de este sátrapa era detenido, torturado o resultados muchos peores, comparables a los de Pinochet en Chile o en Argentina. Juan Carlos Saínz-Borgo nos detalla en su informe titulado “Tráfico de drogas y crímenes contra la humanidad”.
Si Venezuela no fue más que un experimento del globalismo, igual la Unión Soviética, Cuba, China y este caso en concreto, vemos que los resultados son los mismos. ¿El mismo experimento en España a cargo de Pedro Sánchez? Se observa con sospecha como los pasos son muy similares (control institucional, leyes distópicas, encierros ilegales, orden de pobreza, amenaza de expropiaciones, censura y control de los medios díscolos con sus doctrinas wok, y otros elementos). Quizás vaya siendo hora de estudiar si esos delitos o algunos de ellos se han cometido en España (lo de la dana, sin ir más lejos) y en vez de pedir que detengan a Maduro por orden del Tribunal de la Haya, lo hagan con Pedro Sánchez, su gobierno, sus socios y sus cómplices, medios de desinformación incluidos.
Ya se les vio el plumero.
https://www.eldebate.com/gente/20240311/nuevo-negocio-hijas-zapatero-venezuela_180436.html
https://edatv.news/politica/las-oscuras-razones-las-empresas-las-hijas-zapatero-venezuela
https://www.researchgate.net/publication/228218601_Lesa_Humanity_The_Venezuela’s_Practice