viernes, noviembre 22, 2024
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Le Pen no es la Peste, ¿o sí?

Por Alfonso de la Vega

          “Pues sabía lo que la muchedumbre en fiesta ignoraba y puede leerse en los libros, a saber: que el bacilo de la peste no muere ni desaparece nunca, que puede permanecer adormecido durante años en los muebles y la ropa, que aguarda pacientemente en las habitaciones, las cuevas, las maletas, los pañuelos y papeles y que quizá llegue un día en que, para desdicha y enseñanza de los hombres, la peste despierte sus ratas y las envíe a morir a una ciudad alegre.” (Albert Camus, La Peste)

En su obra maestra, La Peste, Camus nos habla de una plaga que amenaza la ciudad alegre y confiada como diría otro premio Nobel, Jacinto Benavente. La ciudad dichosa e inconsciente hasta que se manifiesta el mal latente, oculto a los ojos de la sociedad. La peste presenta varias cepas. Una de las más peligrosas es la peste psíquica contra la que nos prevenía el doctor Jung o la Tradición religiosa o metafísica. Otra manifestación de la peste moderna es la convertida artificialmente en “pandemia”, aunque nos ha servido para tomar conciencia de nuestra realidad, mucho peor de lo que creíamos. La del fracaso o traición de la mayoría de nuestras instituciones políticas, económicas, sociales, religiosas o científicas. La de vegetar en una abrumadora mentira de múltiples caras. La de nuestra incompetencia espiritual e intelectual para enfrentarla. 

Cuando apareció la obra de Camus se consideró una alegoría del nazismo, esa peste que infectó cuerpos y almas antes de arrasar Europa. También de otro movimiento totalitario, el comunismo, causante aún de más muertes y continuadas desgracias. Pero no es cosa del pasado sino asunto de extraordinaria actualidad, la alegoría profética de un mundo que se nos desmorona desde hace unos años sin que hasta ahora hayamos advertido la profundidad y gravedad de la amenaza. En lo que llevamos de siglo XXI parece que vuelven muchos males que creíamos ya erradicados. Como nos advierte Camus: el bacilo de la peste ni muere ni desaparece jamás.

Hoy el actual Poder encanallado se lamenta en público de la clara victoria del partido de Marine Le Pen en las últimas votaciones francesas. Un movimiento entendido como de legítima defensa de la sociedad contra unas instituciones usurpadas y una política de devastación nacional al que sin embargo se considera la nueva peste emergente. O eso se publica por la mayoría de la prensa al servicio de los amos del mundo. Progres y sesudos comentaristas enmucetados de la falsa derecha farisaica complaciente en cama redonda con el socialismo compiten en jeremiadas acerca del peligro que ello supone para las instituciones como si la amenaza real no viniera del globalismo y la siniestra agenda 2030 que ambos sirven y perpetran. 

Jeremiadas que no dejan de ser curiosas cuando la bolsa francesa ha amanecido hoy lunes con subida y nos pueda quedar la duda de la razón última de la inoportunidad de tal extemporánea llamada a las urnas que parecería haber sido impuesta al declinante títere globalista Macron ¿para perderlas? Esa hipótesis pudiera resultar reveladora de lo que pudiera ocurrir, si se tratase de una maniobra para involucrarla en una inminente guerra europea o bien de tratar de asimilarla dentro del calamitoso y ruinoso tenderete actual de la UE para desactivar así cualquier alternativa verdadera al sistema. Lo de que sea mujer como la Von Leyen o la Meloni fueren los que fueren sus méritos personales también ayuda pues tal es la moda de aparente renovación.

Las cosas no suelen ser tal como nos las presentan. Estamos viendo un juego de partidas simultáneas en diferentes tableros y tampoco se comprende bien que el dep state norteamericano siga manteniendo a un senil seguro perdedor como candidato por mucho pucherazo que se pudiera preparar. Actúa como si también quisiese un recambio.   

El siglo XXI nos muestra un nuevo proceso radicalmente revolucionario. La emergencia del mal ahora en forma de una nueva especie de neocomunismo devastador pero sin uniformes, cánticos ni correajes como en los años treinta. Un proceso de disolución del orden social, de la familia, de desestabilización y destrucción de la clase media, víctima de leyes inicuas y de la hipertrofia de lo financiero, transformado en poder absoluto y autónomo, inaccesible en castillo inexpugnable y desligado de lo real. Los nuevos servidores del despotismo y mercenarios del gran capital reniegan de los símbolos patentes de orden y jerarquía. Son agentes de entropía moral, intelectual, económica y social. En el caso de España la situación se agrava con los intentos de descomposición nacional y disgregación en partes independientes y enfrentadas. La credibilidad institucional entre la reducida gente informada se encuentra bajo mínimos.

Pero la peste se manifiesta y ataca a todos, sin respetar a los inocentes. Mas varían las actitudes de los diferentes personajes ante la peste. Así, el patético y abnegado Tarrou que la combate contra toda esperanza. Entre ellos, me quedo con el heroico y lúcido doctor Rieux, quien «decidió redactar la narración que aquí termina, por no ser de los que se callan, para testimoniar a favor de los apestados, para dejar por lo menos un recuerdo de la injusticia y de la violencia que les había sido hecha y para decir simplemente algo que se aprende en medio de las plagas: que hay más cosas en los hombres dignas de admiración que de desprecio

Tras el proceso de descomposición programada que padecemos ya desgraciadamente no estaría tan clara tal apreciación optimista o filantrópica del Doctor Rieux. 

En La Peste, Camus más que como alguien que predice, es decir: pasará esto, hablaba como un profeta: esto va a pasar si no cambiamos tal cosa. En efecto, ciertos profetas nos explican que el futuro de la Humanidad nos amenaza con un modelo mundial global, habitualmente conocido como NOM, parecido al actual chino con ribetes raciales: capitalista judío oligárquico, sin libertades, con una pequeña clase dominante con todos los privilegios y el resto de dominados cerca de o en la esclavitud. Una esclavitud terrible e irremisible porque como los prisioneros de la caverna platónica ni siquiera sabrían que existe otra realidad más allá de las sombras que tienen por mundo real. La clase media, base de la sociedad y de la civilización como ahora se entiende, habrá desaparecido. Pero para llegar a esta situación se precisan una serie de pasos. Y desde luego premeditados porque si bien nos advierte Camus: «el bacilo de la peste ni muere ni desaparece jamás», habría que matizar que dicho bacilo puede ser creado, guardado y manipulado y al final soltado para agredir y acabar con la ciudad dichosa, alegre y confiada. Es decirpara obtener objetivos estratégicos inconfesables con métodos criminales.

La Peste fue escrita en 1947, tras los horrores de la Segunda Guerra mundial. Entonces la principal amenaza de la humanidad era el comunismo clásico. Hoy la amenaza es otra forma de despotismo, encubierto o enmascarado en sus primeras etapas, llamado globlalismo o NOM, uno de cuyos paradójicos instrumentos es el neomarxismo cultural, peligrosa peste que pretende acabar con la civilización occidental tal como la conocemos y que tampoco descarta el tremendo recurso a la guerra en Europa. 

Desde luego que vivimos momentos apasionantes e inquietantes.

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8 COMENTARIOS

  1. La peste son todos ellos, derecha , centro e izquierda son y trabajan para la misma mierda, a mi cada vez me dan más asco los políticos del gobierno y la oposición y nunca le voy a conceder mi perdón a ese montón de basura que trabajan para las élites financieras y la banca de la usura.

  2. Si nos remitimos a los hechos,también Milei era ‘otra peste’.Y en lo poco de tiempo que lleva en el poder,ya ha conseguido darle la vuelta a la economía argentina,dirigiéndola hacia la prosperidad.

    Aquí en España sería imposible,la gente es demasiado mala,envidiosa,malintencionada…socialista,todos son socialistas mires donde mires.

  3. Un unico banco dividido en dos con dos ideologías que van al mismo camino.
    En cierto bosque se encuentra un animal muy peligroso y tienes dos caminos si vas por uno te coge, si vas por el otro te coge tambien, la solución es no tomar ningún camino, salir del bosque sin seguir caminos confiando en que no te coja el aminal. Pues ese es el Sistema y hasta que no mates al animal cojas el camino que cojas te va a coger. Toda esta elite alienigena tiene siervos y ellos lo son, hay que cazar al alienigena antes de que te de caza el a ti.

  4. Sí, mi predicción es que el guion contempla una entrega simulada de la cosa a sus peones «de extrema derecha», en el momento de implementar la fase aguda (carestías graves, imposiciones esclavistas climáticosostenibles, mandatos de guerra, válvula de sobrepresión migratoria saltando, etc) para así sumar fatalmente todas esas medidas «fachas» con disturbios gravísimos de los perros callejeros adiestrados durante sesenta años para salir «a quemar las calles» ante determinados estímulos pavlovianos.

    Independientemente de que la señora gabacha sea un peón de ellos (desde luego lo parece) o una genuina ultranacionalista gala, el escenario es de pesadilla para España. Los patrioteros españoles salivando con esta tía o con un personaje como Salvini, el del guiño de la estelada y la ikurriña y la secesión del norte de Italia, demuestran una vez más no enterarse de nada.

    A ver si se entera la peña de una vez de las profundas diferencias entre ser nacionalista y ser patriota.

    • Los perros callejeros domésticos, con los cuales hacen ensayos periódicos de coordinación e instrucción para la guerrilla urbana, más los Straftbataillons extranjeros que han ido trayendo por decenas de miles, repartidos por el territorio, y acuartelados en las propiedades robadas a los españoles y al propio ejército y guardia civil, que quedan representados en esa imagen charificada de Margarita Robles disfrazada de hormiga atómica de camuflaje.

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