Ya este medio por pluma de Miguel de Cervera, que es el que os escribe y a mucha honra, por poder defender la verdad, os ha venido informando puntualmente de la interminable lista de escándalos en este famoso delito de antigitanismo en Santoña, pero lo vamos a resumir todo aquí para que os llevéis como yo las manos a la cabeza.
No es magia: ¡son tus impuestos!
- Los acusados lo hemos sido por protestar, con malas formas en algunos casos, contra una Administración que es lenta, cobarde y contradictoria. Poco o nada de esto tiene que ver con una etnia como tal a la que se ha querido victimizar, cuando las propias autoridades han reprimido por la fuerza a 21 familias de esa etnia, que se negaban a obedecerles, pero hay que reconocer que todo se ha hecho tarde, mal y nunca, por parte de esas autoridades, propiciando el descontento popular, vendido luego como «odio».
- Todo eso ha sido convertido a posteriori, por la prensa oficial y la Justicia, en un delito de racismo que además sale de la nada. Es decir: se intenta borrar de las mentes todo lo que ocurrió en Santoña en marzo de 2020 y se sustituye todo por un “genocidio” viral en redes de una masa de tarados, que no nos conocemos entre nosotros, pero que nos hemos puesto de acuerdo mediante la magia de Harry Potter.
- La “fuerza instructora” ha abusado de los acusados hasta el extremo de interrogar ilegalmente a dos de ellos por lo menos, saltándose TODOS nuestros derechos más fundamentales.
- A pesar de todo, no tienen ninguna prueba objetiva de nada de esto, pero el juez y el fiscal deciden que es un caldo de cultivo ideal para juzgarnos otra vez (el juez de Santoña ya me dejó suelto, a mí al menos, hace 4 años), sin tener en cuenta ninguna de estas circunstancias previas y NOTORIAS.
- Por si fuera poco, hasta en la puerta del juzgado ha habido personas interesadas en la causa hablándome de dinero, para ver si así aceptaba su realidad inventada y aceptaba unos daños mínimos a cambio de no meterme en la cárcel y cobrarme una barbaridad de pasta gansa.
Pero lo más grave de todo, en mi opinión de periodista y “genocida” en mis ratos libres, viene ahora:
¿Se ha comprado con dinero público el sacar a ciertas autoridades de un delito de racismo y odio?
Si así fuera, el tema es grave, porque la inocencia de esa persona la estaríamos pagando con dinero público concedido a posteriori (manda huevos), pero además intentando que seamos 3 idiotas aleatorios (uno de ellos yo, periodista de investigación, que siempre les estoy levantando las alfombras. Pero será otra casualidad, claro, como el hecho de que el fiscal jefe de Cantabria haya bajado de los cielos a intentar lo imposible: empapelarme con un delito de odio inventado, sin pruebas objetivas y mediando todo tipo de interrogatorios ilegales, incluso con un más que probable delito de falso testimonio por parte de un testigo Guardia Civil del que también me voy a ocupar personalmente.
Por de pronto, habrá que investigar muy seriamente por qué hay que darles tanto dinero a ciertos colectivos y, especialmente, después de que han denunciado a medio pueblo en falso, sobre la base de un delito falso de raíz y una realidad verdadera que intentan a todo trapo ocultar: el hecho incontestable de que un número indeterminado de miembros de cierta etnia desafiaron la tranquilidad pública en Santoña, en marzo de 2020, hasta el extremo de que todas las fuerzas vivas de la provincia se tuvieron que pronunciar al respecto y pasar a los hechos.
El ex alcalde de Santoña les regaló a los representantes de cierta etnia 14.000 euros del presupuesto municipal
Pero es que lo más fuerte viene ahora: el alcalde del PSOE de Santoña que ejercía por aquellos tiempos y que fue protagonista del “delito de antigitanismo en Santoña en 2020”, a consecuencia del covid y todo eso, fue sacado del sumario a toda prisa por sus denunciantes y poco tiempo después, oh sorpresa, resulta que ahora me entero de perdida de que les regaló a los representantes de cierta etnia ni más ni menos que 14.000 euros del presupuesto municipal público.
Dos noticias juntas se entienden mejor.
Yo no estoy diciendo que haya una relación directa entre una cosa y la otra, pero me parece curioso el tema, en especial cuando este alcalde (que tenía toda la razón en hacerse eco de la voluntad popular y obligar a unos vecinos concretos a cumplir ciertas normas mínimas de convivencia) salió corriendo y contento del sumario y en una sintonía total con el chiringuito que les había denunciado y todos tan amigos. Pero, claro, alcalde, te lo tengo que decir y lo dije desde un principio en todas partes: te olvidaste de que a tus espaldas dejabas tirados a un montón de vecinos y no vecinos de Santoña, con la cadena puesta y en la cuerda de presos, esperando que nos mandasen a las galeras en un delito inventado que tú sabes mejor que nadie que es una auténtica aberración.
Y sabes mejor que nadie que aquí hay mucha pasta de por medio. Porque yo no soy el ayuntamiento de Santoña, para pagar alegremente a estos señores “sin ánimo de lucro” ni más ni menos que 10.000 euros, sin contar que también tendría que ir a la cárcel, claro está, si no me bajo del burro y les pago lo que me dicen.
No es muy frecuente que un alcalde del PSOE sea denunciado por racismo y odio
No es muy frecuente que un alcalde del PSOE sea denunciado por racismo y odio y precisamente por intentar reprimir por la fuerza, mediante el llamamiento público a que actuase la Guardia Civil con este fin. No creo que esto sea absolutamente frecuente. Pero mucho menos lo es que se viera respaldado por Sanidad y la propia Guardia Civil, que movilizó recursos de toda la provincia para poder llevar a cabo una maniobra represiva tan masiva en esta localidad de Santoña.
De todo esto nunca más se volvió a hablar y la prensa afecta al Régimen, empezando por el Diario Montañés, se dedicó a intentar borrar los rastros de todo aquello y sustituir esa realidad por otra que les iba dictando cierto chiringuito “sin ánimo de lucro” y que realmente parece que son los que mandan en la Administración Pública y hasta en esta prensa oficial. Son estos mismos medios los que se han venido haciendo eco de todo el sumario y hasta de un juicio al que ni fueron, pero dejándose siempre intoxicar por un chiringuito que les manda su particular visión interesada del tema. En el caso del Diario Montañés, mucho peor, porque el cronista oficial de estos asuntos, un tal Verano, parece que ha estado en un juicio diferente al mío, ya que ni siquiera ha entrado en profundidad en lo mollar de la vista oral, y que es lo siguiente:
¿Por qué nos hemos tirado más de 3 horas de juicio si lo tienen tan claro?
Si lo tienen todo tan claro, si tan buenas son sus pruebas y todo lo que traen para enchironar a unos currantes sin antecedentes, y si sus testigos son tan cruciales, ¿por qué nos hemos tirado más de 3 horas de juicio y se ha pedido la suspensión del mismo por la ilegal metodología de unas autoridades judiciales y policiales que se saltan sus propias normas? ¿Por qué no se hace mención a que se cortó el interrogatorio de una de las defensas cuando se intentaba saber algo tan importante como por qué tiene que ser una asociación gitana y no otra la que “repare el daño” con el dinero que nos quieren sacar a toda costa? ¿Cómo reparan ese daño? ¿Por qué hay tantas asociaciones personadas? ¿Todas ellas representan a la totalidad de los gitanos afectados? ¿Cómo es posible que se siga adelante con un juicio si la acusación reconoce la vulneración de derechos importantes y encima dicen que lo han hecho “por el covid”, cuando este tema absurdo empezó precisamente por qué unos cuantos señores se saltaron las normas del covid y además enfermos de covid?
Ahora pondré aquí una relación de los comentarios que me han ido llegando, no pocos de los cuales de personas cualificadas y hasta pertenecientes a los cuerpos de Seguridad y Justicia:
Intentar por todos los medios inculpar a gente y más en una basura de «delitos» como éste
Sí, te creo, claro, pues una cerdada me parece. Una cosa es hacer tu trabajo dentro de las mierdas de leyes que dictan los corruptos, con el beneplácito de los votontos, ya que no queda más remedio al parecer, y otra muy distinta es intentar por todos los medios inculpar a gente y más en una basura de «delitos» como éste.
Un funcionario policial.
Para cuantificar los daños hay que hacer un estudio y valorar y, además, ¿con qué criterio se elige a una asociación de gitanos y no a otra? ¿Quiénes son ellos para asumir esa responsabilidad de reparar un daño que no se cuantifica y que no se puede cuantificar? ¿Por qué se acepta como normal un criterio tan banal, que no se practica en ninguna otra situación?
Un perito judicial.
Nuestros defendidos se han acogido a su derecho a no contestar más que las preguntas de su abogado igual que el fiscal jefe a nivel nacional ha hecho hace poco, luego no es nada tan extraordinario.
Alberto Bedia. Abogado especialista en delitos de odio en Cantabria.
Me ofrecieron muy barata mi salida de este lío monumental si pagaba un 10% de lo que me pedían al principio y aceptaba mi «culpabilidad», pero no quise ceder a un chantaje en la puerta misma del juzgado. Pero insisto en que nunca hay que negociar con un auténtico chiringuito y sus esbirros públicos, que utilizan a un determinado colectivo oprimido para justificar ayudas públicas entre otras monsergas económicas. No tienen ninguna prueba de nada y por eso tuvieron que interrogarme ilegalmente e inventarse pruebas, como ha quedado claro ya al 100% en el juicio. La mitad de la GC de Santoña desfiló ante los presentes para reconocer que nunca vieron nada claro sobre mi tema. Lo más objetivo que tienen es el testimonio de un testigo Guardia Civil que a lo mejor faltó a la verdad en el juicio y al que es casi seguro que voy a denunciar si al final tienen en cuenta semejante argumento. Y seguramente es por ello también que elevaron al máximo las amenazas penales y económicas contra mí, desde el principio, para luego rebajármelas en el último instante a precio «de saldo».
Miguel de Cervera (el que escribe). Autónomo y periodista de investigación.
¿Será por esto último que sigo trabado en este tema? Visto lo visto, señores, es para pensárselo.