Hablando de chiringuitos que nos cuestan un ojo de la cara, que dividen a los españoles y que además se tocan los huevos a cambio de miles de millones de euros. A dos años del inicio del ambicioso plan del Gobierno de Pedro Sánchez para la exhumación e identificación de restos en el Valle de los Caídos, ahora denominado Valle de Cuelgamuros, los resultados están lejos de cumplir las expectativas. Desde junio de 2023, apenas 18 cuerpos han podido ser identificados, pese a que en el enclave se conservan los restos de más de 33.000 personas fallecidas durante la Guerra Civil y los primeros años del franquismo. El fracaso de las multimillonarias exhumaciones del Valle de los Caídos.
De los asesinados por la mafia del Frente Popular y sus “incontrolados” ni nos acordamos
De acuerdo con cifras oficiales del Ministerio de Memoria Democrática, esos 18 restos corresponden a víctimas procedentes de cajas trasladadas desde Aldeaseca (Ávila) —de donde se identificaron 11— y desde Borja (Zaragoza), con 5 identificaciones adicionales. A ellos se suman dos casos particulares: el de Constancio Allende, jornalero de Burgos vinculado a la Falange, y Luis Domenech, un tejero aragonés asesinado por falangistas. Estos resultados son el balance de 24 meses de trabajo forense y de archivo.
De los asesinados por la mafia del Frente Popular y sus “incontrolados”, por supuesto, ni nos acordamos.
Durante este periodo, el equipo liderado por Ángel Víctor Torres ha convocado diversas reuniones informativas con las familias de las personas enterradas en el lugar. Sin embargo, la respuesta social ha sido escasa: sólo 155 familiares han visitado los laboratorios instalados en el recinto, un número mínimo si se considera que allí reposan los restos de más de 33.000 individuos. A pesar de esta baja participación, el Ejecutivo ha intensificado su apuesta por el proyecto. Recientemente se ha licitado un contrato de 415.000 euros para ampliar los análisis genéticos de los restos que sigan siendo exhumados. Dichos análisis se registrarán en el Banco Estatal de ADN de Víctimas de la Guerra y la Dictadura, como parte del esfuerzo por trazar un censo de víctimas entre 1936 y 1939, con una posible ampliación hasta 1942.
Escaso interés de escasas familias que contrasta con el presupuesto de la Ley de Memoria Democrática
Hasta ahora, sólo 190 familias han formalizado solicitudes para recuperar los restos de sus seres queridos, lo que representa apenas el 0,56% del total de posibles descendientes. Este escaso interés contrasta con el importante presupuesto que el Gobierno ha destinado a este capítulo de la Ley de Memoria Democrática, promovida por el Ejecutivo y respaldada por partidos como Bildu.
La iniciativa busca no sólo identificar restos, sino también resignificar el conjunto monumental de Cuelgamuros. Para ello, el Gobierno ha anunciado que destinará cerca de 30 millones de euros a transformar el espacio, siguiendo modelos internacionales como el Monumento al Holocausto en Berlín o el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile. En los próximos días se abrirá un concurso internacional de ideas, destinado a artistas, arquitectos e historiadores que quieran proponer una nueva lectura del lugar.
Tirar más millones para hacer una componenda progre en el Valle de los Caídos
El objetivo del proyecto es dotar al enclave de un centro de interpretación que incorpore perspectivas democráticas, inclusivas y educativas, preservando el valor arquitectónico del monumento, pero alejándolo de su carga simbólica original, vinculada al franquismo. Según declaraciones recientes del Ejecutivo, el nuevo enfoque pretende transformar la experiencia del visitante, invitando a la reflexión sobre la historia, el arte y los derechos humanos. A pesar de los recursos destinados y de la voluntad política expresada, el proyecto avanza con dificultad, marcado por una limitada respuesta ciudadana, múltiples desafíos técnicos y un entorno cargado de significados contradictorios que lo convierten en uno de los capítulos más complejos de la política memorialista en España.