El mal, por su propia naturaleza, ha de ser impuesto sí o sí, no entiende de razones. Aquéllos que vendieron sus almas al diablo se dedican a esconderse como las serpientes y se deslizan lentamente con tal de imponer su reino de terror, se camuflan si es necesario o actúan de manera sibilina sin que el enemigo lo sepa. Todo ha sido pensado previamente, todos los planes ya están encima de la mesa y nadie los puede discutir, en una reunión de aquelarre, siendo conocimiento de los que forman parte de la secta de Satanás los que los conocen y saben cómo se van a ir articulando, paso a paso. Además, en el lenguaje diabólico no existe el concepto de derrota y, si se produjere una, van a volver a hacer lo mismo mejorado para evitarse sorpresas, las cuales no soportan de muy buen grado.
Aún recordamos el impacto de la plandemia, de aquel 2020 en el que encerraron a la población meses en su casa de manera ilegal, privaron a muchas personas de sus negocios, asesinaron a miles de personas de la tercera edad en sus residencias al estilo de un campo de concentración y comenzaron con la dictadura, todavía vigente en 2025 y que parece resistirse. Para ello instituyeron la censura en las redes sociales, silenciando a toda persona que expresase una opinión contraria a la oficial. Las pseudo vacunas criminales, con su reguero de víctimas nada casuales, los cientos de miles de efectos secundarios de las estadísticas y otras medidas que siguieron inspirándose en estos principios aplicadas al feminismo, LGTIBI, imposición del plan Kalergui, la comisión de delitos como práctica social propia de una sociedad satánica y la defensa de los grupos que ocasionan estos males a las sociedades en otrora estables, son excelentes ejemplos.
Dado que el covid no vende, han intentado vendernos la moto con el virus morduk, la viruela el mono, las enfermedades de los mosquitos, todas falsas alertas de Bill Gates, el gran genio de la bola de cristal, y otros medios para volver a repetir ese 2020. Ahora están viendo qué hacer, aprovechando el sarampión y la vacuna triple vírica. ¿Recuerdan aquél accidentado comentario en la sala oval cuando alguien dijo que sería una buena inversión comprar muchas vacunas? El actual secretario de salud de los EEIU ha dicho que, en base a un solo caso de fallecimiento de un niño en Texas (el cual no sabeos ni quién es) y por la existencia de 147 casos en un estado que tiene 50 millones de habitantes, es necesario que los padres vacunen a sus proles contra estos peligros con la triple vírica, o el próximo producto de mercado que impulsa el criminal de Bill Gates y las empresas farmacéuticas conocidas.
El mismo proceso del covid, alertas, avisos, miedos y otros recursos hasta llegar al punto deseado. De momento ya son 9 los estados de EEUU con personas con esta enfermedad. Está claro que fiarse de esas noticias es como creer que Pedro Sánchez se preocupa por ti. Los planes de despoblación mundial siguen en marcha…. ¿Qué contiene la vacuna triple vírica? ¿En qué se parece a la del covid, tiene grafeno, metales pesados como el polisorbato 80, engendros extraños, lípidos creados de material artificial, ARN para alterar el ADN? Porque, siguiendo la lógica, la que fabriquen, sin pasar ningún periodo de prueba, no serán como las del siglo XX. ¿Entonces?
Recientemente Goolag ha alterado sus normas de censura para impedir la desinformación que afecte a los que estos criminales llaman la salud pública. Aplicando sus principios a esta nueva enfermedad, por la que apuestan para su nuevo plan de seguir vendiéndonos veneno para hacer negocios, han decidido impedir cualquier mensaje que vaya en contra de sus principios criminales, endureciendo la censura. No permiten mensaje alguno ni documentos ni vídeos, ni incluso enlaces externos que critiquen la triple vírica, ya sea por su composición, porque el polisorbato 80 tiene relación con los casos de autismo en los niños, por sus efectos secundarios, por el número de fallecidos, por describir aspectos críticos, por negar su eficacia o por cualquier razón, elaborada en una larguísima lista que aquí no vamos a introducir porque haría este artículo demasiado largo, para evitarse los problemas que surgieron con el covid 19. El fin es construir la muralla antes de hacer el nuevo palacio del terror que no quieren que veamos y poner una mordaza a las mentes críticas, siguiendo con la moda fascista de la censura o la única manera de mantener la dictadura que llevamos sufriendo desde hace 5 años. Cuando la mentira no se impone por las buenas, será por las malas, empleando el miedo de ser necesario y silenciando a todo aquél que incomode en las redes sociales para no impedir la expansión del falso discurso de las empresas farmacéuticas, en un modelo en el que los gobiernos no gobiernan (no es un juego de palabras), sino que sus intereses están por encima de las inquietudes patrias, de modo que han de cumplir las voluntades de sus amos, como si fuesen administrados a sueldo de empresas genocidas y criminales, como funcionarios de la misma muerte.
El cambio en las reglas de Goolag, por otra parte, no resulta nada sorprendente, dado que las decisiones de los satánicos, de por sí ingenuas e infantiles, al casar perfectamente con estas intenciones hechas para retrasados mentales, sin saber si ellos son así. Un análisis de sus cambios, por cierto, caprichosos, nos recuerdan al niño que manda a callar a otro niño y que se si no lo hace le provoca un terrible acoso escolar que le puede llevar a la muerte, simplemente porque su presencia ya es una gran molestia, al estilo del juego infantil del matón de barrio. Esta es la ideología que subyace en Goolag, una sociedad a cargo de Larry Page y Sergei Brin (educado en la religión judía y cuya cadena de éxitos desde 2002 nos dice que hay una mano negra detrás), sus mayores accionistas. Larry Page es pionero en la inteligencia artificial ya en 1996, y madre es judía. Creó Goolag, cuyos mayores accionistas son Vanguard, Blackrock y State Street Corporation. Si nos vamos a cualquier farmacéutica que quiere volver a los dorados años de la plandemia, Pfeizer tiene entre sus acciones a Vanguard, Blackrock y State Street Corporation, las mismas exactamente. Cualquier acción de estas empresas genocidas queda aclarada con estos datos, coincidiendo todo ello con la crisis de la OMS desde que EEUU retirarse dejándola sin muchos millones. Se ve que tiene prisa y que, como demonios que son, no descansan.
Por lo tanto, para ir cerrando, desobediencia, rebeldía, indiferencia, promoción de la verdad incómoda y políticamente incorrecta, joderles sus planes de censura fascista y hacerles de rabiar hasta que se queden completamente calvos estos sicarios que no merecen compartir nuestro bello planeta, sino irse directamente al mismo infierno, su hogar.