jueves, marzo 6, 2025
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Annabelle en Podemos

Annabelle es una muñeca que está en el museo de los Warren de Monroe, en Connecticut, empleada para hacer varias películas de terror, aunque para ver una sólo tenemos que asistir a un discursito de Ione Belarra o de su buena amiguita Irene Montero. Cuando agarran el micro empieza a soltar palabrotas como si el mismo demonio se apoderara de sus almas, aunque no se sabe si ya fueron poseídas porque que de sus palabras sale puro odio con un olor a azufre tan insoportable que con sólo escuchar sus tonitos de voz de muñequitas endiabladas dan ganas de vomitar, pues te quitan hasta las ganas de comer. Cada vez que Irenita, por ejemplo, habla de derechos y de justicia, se nota que su cerebro ha entrado en shock, tipo MK ultra, incapaz de soltar una sola idea humana y contándonos cosas para subnormales, aparte de que se repite como un disco rayado, como a aquélla cuyo su cerebrito, pobre mujer, no da para más. Igual ocurre con Ione Belarra, que fue ministra de la satánica agenda 2030, (tal para cual para su cargo), que sufre y, muchísimo la pobre mujer, cuando ve que el mundo no sigue sus reglas y que hay personas que no son de su cuerda, llamándolos racistas, nazis, de extrema de derecha y nazis,  ya está en tan lamentables condiciones porque su cerebro (pobre mujer) no da para más que para eso. Debe ser que sus neuronas se han quedado obstruidas y sólo sabe decir eso, como una autista o algo mucho más grave.

El hecho es que estas muñequitas de pesadilla sólo saben aprovechar para soltar sus odiosos discursos. Si por ellas fuera, nadie podría abrir la boca sin su permiso, ni pensar ni moverse de la silla, como esas antiguas institutrices de las pelis de blanco y negro en los que los pobres niños sufrían de la dureza de una educación absolutamente esclavizante (¿Será que eso quiere de nosotros?), criticando a los ricos, al estilo de lo que nos decía el fanático de Karl Marx para así cargarse nuestro sistema social y arruinarnos la vida al completo, y, por supuesto, reprimiéndonos nuestras ideas fachas porque para estos trozos vestidos para la ocasión, cuando les dan cuerda para hablar, porque eso es un pecado de tal gravedad que se escandalizan las pobres mujeres, que sufren de una manera terrible por todo y, por supuesto, hay que evitarles los dolores de cabeza y los problemas. Hay que ser malvado para verlas con los nervios de punta por lo que escuchan.

El hecho es que, mientras hablan como si fuesen las salvadoras de la humanidad, están soltando a violadores a las calles para que siga la fiesta y el infierno en la tierra, siguiendo las normas del satanismo, y ellas tengan argumentos para seguir soltando blasfemias. Todo ello, mientras tienen sus partidos llenos de acosadores sexuales como Monedero o el de Más Madrid, y a saber qué otras prendas tendrán por ahí escondiditas, sujetos puramente machistas con una sexualidad desenfrenada, lo cual es normal según la guía de Anton Zander LaVey, y su biblia satánica. Los demonios están obligados a dar alas libres a sus deseos sexuales, no importa ni la persona ni el momento ni la edad, ni tan siquiera que sea un animal. Aquel día en que salió la retrasada de Irene Montero diciendo que las niñas, los niños y les niñes tienen derecho a tener sexo con quienes les plazca y que la única limitación es su consentimiento, ahí vimos que Podemos apoyaba la pedofilia y nadie se sonrojó ni lo más mínimo, de hecho, la muñequita Irene salió de la sala con el agradable rezago de quien le había dado cuerda como siempre, el mismo Lucifer. Algo parecido ocurre cuando a la muñequita Ione le tocan el tema de la inmigración o de la ocupación ilegal y de los que para ella son seres de luz, o, mejor dicho, hijos del demonio, que salen con cuchillos, violan o se te meten en tu casa dejándote durmiendo debajo de un puente, muchos de ellos con antecedentes penales, incluso en delitos cometidos ya en España, saliendo de rositas y siempre después en la calle para ver como aterrorizar a algún estúpido español, al que odian a muerte. Claro, luego los defienden porque son hijos de la misma hermandad fascista y demoniaca, siguiendo las normas de las constituciones masónicas de 1723: “Cuando alguien de tu grupo esté en peligro, tienes que encubrirlo y protegerlo, sin importar el daño que haya cometido, siendo una obligación moral por pertenecer a la masonería.” ¿Casualidad? Para nada, los mismos principios luciferinos en un partido que dice defender a los pobres y luego los deja en la cuneta, como hace Maduro y todos los criminales comunistas que siguen vivos hoy en día. ¿Cuánto dinero reciben estas bellas mujeres por soltar estos mensajes mesiánicos y demoniacos? ¿Es el USAID, es Soros, es Podemos una especie de chiringuito pagado por manos oscuras, con uñas y negras para estar a ahí en el parlamento español? Todo apunta a que sí, dado que no se entiende tanto amor al demonio como el que profesan estas damas terroríficas y de pesadilla.

Por otra parte, dados los escándalos, ellos dirán que son de Podemos, pero entre ellos dirán follemos, entre nosotros, nosotras y nosotres y, sobre todo, de manera vengativa a quienes nos detestan, eliminemos el respeto por cualquier ser humano y destruyámoslos sin contemplación, siguiendo las recomendaciones de su amo y señor Lucifer. Puestas ahí para tener el ambiente animado, cuáles payasas del circo, no paran de generar huecas sesiones de humo para que los pobres mortales no veamos absolutamente nada en la niebla, como en las películas de las brujas. Visto esto, está claro que cumplen muy bien su papel, aunque para ello en vez tener materia gris con un poquito de serrín les sobra. 

Podemos está de más, es un insecto venenoso en la política española, desde el principio allá cuando los perros flauta crearon la farsa del 15M. Igual ocurre con Sumar y todas sus muñecas diabólicas, como formas de la peste, cada vez más malolientes.

 

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