Cuando oyes al PresiMiente y sus ministros decir que España es la locomotora de crecimiento en Europa o que la economía española va como un cohete y luego te enteras de noticias como la que acabamos de conocer, algo no cuadra.
Este miércoles, el fabricante de electrodomésticos BSH ha anunciado el cierre de su planta de Navarra, España.
En una decisión que ha sorprendido tanto a los trabajadores como a las instituciones locales, BSH Electrodomésticos ha anunciado el cierre de su planta en Esquíroz, Navarra, que emplea a más de 660 trabajadores de forma directa y otros cientos empleos indirectos. La noticia, dada a conocer por la propia compañía a través de un comunicado oficial, ha supuesto un duro golpe en el tejido industrial de la región.
La fábrica de Esquíroz, especializada en la producción de frigoríficos y lavavajillas, ha sido una parte integral de la industria navarra desde hace décadas. Sin embargo, en los últimos años, la planta ha experimentado una reducción significativa en su carga de trabajo, con una disminución del 50% desde 2015, según denunciaron los sindicatos en meses anteriores. Esta caída se atribuye en gran parte a la deslocalización de la producción hacia otras plantas del grupo BSH en Polonia y Turquía, donde los costos laborales son considerablemente más bajos.
La presidente de Navarra, la socialista María Chivite, ha calificado el anuncio como «inesperado» y ha subrayado que la prioridad del gobierno autonómico será la plantilla afectada (ya veremos…) También ha criticado que la comunicación dela decisión haya sido por carta, asegurando que esto no es habitual en las relaciones entre el Gobierno y las empresas.
Los sindicatos, por su parte, han expresado su desconcierto y han calificado la noticia como «un golpe muy duro» y han declarado que todas las opciones de movilización están abiertas, destacando la edad media de la plantilla, que ronda los 50 años, lo que complica aún más la reubicación laboral de los afectados.
El cierre de la planta no solo afecta directamente a los empleados de BSH, sino también a las empresas auxiliares que dependen de la producción de la fábrica. La comunidad de Esquíroz y sus alrededores pueden enfrentarse a un impacto económico significativo, con la pérdida de empleos directos e indirectos. La preocupación se extiende más allá de los trabajadores, llegando a las familias y a la economía local en general.
BSH, que abarca marcas reconocidas como Bosch, Siemens o Balay, tiene una presencia histórica en España de más de 35 años. A pesar de este cierre, la compañía sigue operando en otras regiones del país, con fábricas en Zaragoza y Santander. Sin embargo, este movimiento plantea interrogantes sobre la estrategia de BSH en España y el posible desmantelamiento de su infraestructura industrial en el país.
La guerra entre el parásito y el productivo sólo termina cuando el productivo y la materia prima colapsan, se fracturan, se agotan. Esta absoluta escoria de la esfera embaucadora-verbal llama «ir bien» a mamar de la burbuja ficticia extraída al productivo, que se traduce en que el productivo les cultiva, transporta construye, limpia y abastece de bienes materiales a cambio de unas migajas de la burbuja ficticia que a su vez le da para vivir en unos mínimos.
La humanidad necesita una de esas purgas drásticas que se dan una vez cada cien años. La «reducción de población» es imperativa, pero tiene que hacerse con criterios naturales, eternos y universales, y no «progresistas y sostenibles». La chivita es uno de esos seres que no sirven de abono orgánico, pues tiene pinta de tóxica y contaminante. Y quien dice la chivita dice aproximadamente la mitad de la chusma «comedora inútil e INMERECIDA» que puebla el país.
Siempre tendrán la opción de ser empleados como ‘asesores’ de Pedro S.
Incluso puede que cree un nuevo Ministerio inútil,no solo para enchufar a los miembros con carnet del SOE,sino para seguir despilfarrando el dinero,que necesitan los españoles.
Al Gobierno le es indiferente que se vayan al paro,que se mueran ahogados o intoxicados.La,agenda es la agenda.
De otro modo,vemos cada vez más claro,lo mal que están haciendo las cosas,es decir que no sirven para gobernar,ni para administrar.
Quizás hay mejorar las expresiones.El simple hecho de ser español no te convierte en un buen gobernante por qué ya no estamos en tiempos de Roma.
Mientras que las Monarquías se caracterizaron por una administración perfecta,grandes obras públicas,y una engañosa justicia social.
Al decir mala administración,nos referimos a proyectos vanos en los que se invierten cantidades de dinero cuando el pueblo está sufriendo dificultades.
Sabemos que tampoco depende todo del Gobierno,cuando España carece de soberanía al estar sometida a las decisiones de Bruselas.
Y por algún motivo nos viene en mente el Nacional sindicalismo de J.Antonio,y su sindicato vertical de la Falange,que tanto bien hizo a Patronos como a obreros.
Aquí nunca se critica a los sindicatos de la izquierda UGT y CCOO,por qué casi todos están afiliados…incluso gente de todos los partidos políticos.