Pertenecer a DDLA quiere decir ser MAESTRO como capitán de barco, como genio musical, como jefe indio o como profeta y, a la vez, ser APRENDIZ como el alumno de un conservatorio, el marinero novato que se alista, el niño que ahora es guerrero o el pueblo que sigue a su líder. Todo esto para, poco a poco, ir TRANSMUTANDO igual que la noche pasa al día convirtiendo las lágrimas en brillantes perlas o la oruga que dentro de la crisálida se transforma en mariposa. Siempre en contacto con la magia del bosque, de la Luna, de los espíritus, de las cosechas, de la astuta ardilla, del nido de polluelos sobre un fuerte roble o de la mariposa que vuela hacia los planos más altos del espíritu montando y desmontando el mundo como si de un puzzle se tratara y posándose en bellas flores para meditar y recordar que una vez fue una oruguita.