La llamita multicolor

El fuego olímpico era la representación del dios Zeus en la antigua Grecia; despertemos porque los rituales de hace miles de años nos persiguen de manera obsesiva. Lo peligroso de ello es que desconocemos el significado del simbolismo pagano y no olvidemos que Zeus creó al ser humano del Kakos o lugar del desorden, donde nace y se engendra la maldad humana. Luego nos venden eso de las olimpiadas como el triunfo de todas las naciones, unidas en un solo propósito. Buena muestra de ello es que las repúblicas y reinos de aquella época, completamente en estado de disputa permanente y mutua, paraban todas sus guerras durante esas sagradas olimpiadas, con un sentido completamente religioso. ¿Acaso dejamos de enviar dinero a Ucrania por las olimpiadas de París? Al menos en aquellos lejanos tiempos la gente tenía ciertos principios, mientras en estos tiempos tan modernos y chulos, donde todo está al alcance de una pantalla, lo que reina es el caos absoluto.

Mas, dejando de lado el recuerdo necesario de la historia, París es hoy la capital del mundo, toda una muestra de los efectos de la agendita 2030, allí donde los Iluminatii planificaron la revolución de 1789.. Los resultados de las elecciones legislativas en Francia muestran a las claras el sesgo y el fraude no sólo electoral, sino ideológico. El partido ganador, el Frente Popular, es una amalgama de musulmanes, comunistas y socialistas, así como todo bicho viviente que ven peligrar sus privilegios y chiringuitos por la agenda citada, en forma de subvenciones. No escarben en el bien común, porque eso es un cuento chino.

No hay que mirar el caos en el que se está convirtiendo nuestro vecino galo, donde han boicoteado tres rutas de trenes de alta velocidad, han tenido que parar siete veces un partido porque los marroquíes se han dedicado a tirar piedras a los jugadores o los turistas son robados impunemente en París, eso si no se atreven a ir con un cuchillo en plena calle, como aquél lo hacía con niños en un parque o, simplemente, inmolarse en el nombre de Alá. Repito que no estoy generalizando entre ellos, pero es un hecho que, si dejas entrar a cualquiera y sin supervisar si tiene antecedentes penales, judiciales o policiales, muy mal andamos. No olvidemos que robar en Marruecos es mucho peor que en España o en Europa, pues las leyes que tenemos les favorecen al ser un colectivo “vulnerable”, por lo tanto, han de darles la oportunidad de que se adapten a nuestra cultura y que renuncien a los principios religiosos de tipo fanáticos que sostengan, sólo los que tengan, obviamente…

No es de imaginar que, en Francia, donde millones de extranjeros se han colado de manera impune, donde ya son el 20 por ciento de la población, el clima social no sea tan relajado ni tan recomendable para auspiciar algo tan importante como los juegos olímpicos. Estoy seguro que si los hubieran organizado en Chile, Perú, Colombia, Brasil o en Marruecos, sin ir más lejos, todo estaría mejor organizado (sé que decir que Europa se está convirtiendo en el trasero del mundo, donde desean rescatar a todos los que sufren, supuestamente, no suena tan absurdo, razón por la que dejaremos de ser el primer mundo si ya no lo hemos dejado de ser…).

Así, que bajo la luminosidad de Zeus, Francia vivirá su propia representación del kakos, de donde surgirán todos los nuevos héroes de la nueva cosmovisión europea, de donde sacarán los nuevos líderes, porque los actuales ya están más quemados que la pipa de un indio y aparecerán unos cuantos ideólogos, cuyo fanatismo es prueba más que suficiente de que son alumnos muy aventajados, razón por la que recomiendo una visita del Klaus Schwab para que entre en contacto con ellos, les enseñen mejores métodos de convencimiento, les den unos cuantos millones de dólares o de euros, aún mejor si es posible, y se integren en las hordas que defienden el satanismo con uñas y dientes, para sembrar el caos.

Todo ello, mientras brille la llamita multicolor en la Torre Eiffel y se muestren al mundo los frutos de estos cuatros años de dictadura 2030. Miedo dan éstos, pues si así son en 2024, cuando lleguemos al objetivo o año citado, mejor emigramos a otro planeta. Mientras tanto, mis estimados lectores, disfruten con gozo de estos días de festividad con mucho deporte y competiciones, donde saldrán todo tipo de demonios para hacer de las suyas. No sé si Macron tenía pensado todo esto (en cuyo caso describirlo moralmente provoca el vómito con solo pensarlo) o si es tan ignorante que no sabe ni donde pisa, del mismo modo que actúa como si todo esto fuese un juego o una apuesta con dados.

Mientras tanto, desde televisión espantosa, antena 2030, lo país, lo mundo o público, no saben cómo tapar tanto follón a los bien informados españoles, los cuales no pueden tener acceso a ciertas historias porque somos tan vulnerables que puede herir nuestros sentimientos, todos anhelando la verdad, esa verdad en la que podamos dormir sin preocupaciones, mientras el vecino del al lado ya sufre las consecuencias de sus torpes decisiones, perdón, del Foro de Davos…

Lo malo de todo ello es que, mientras brille la llamita multicolor, estaremos todos entretenidos, pues el brillo nos durará todo el año, aunque acabemos con la luz de una triste vela. 

Bienvenidos a las olimpiadas presentes y futuras. Ya nos visitan los fantasmas que nos pintan el mundo tal como será si no les ponemos freno y evitamos que estos nuevos seres de luz nos impongan su santa voluntad con el paso de los años, porque no olvidemos que esto va para largo y, sí, señores, la competitividad de los deportistas será un ejemplo, tipo primado negativo, de lo que viviremos para tener un plato de lentejas, por más que nos sigan contando que no pasa nada.

París, la ciudad de la luz, es la ciudad, valga la redundancia del reflejo del mundo que se nos avecina en toda Europa. Bienvenidos al inicio de los juegos olímpicos que viviremos en nuestras propias carnes, sin necesidad de moverse del asiento, porque nos levantarán de ellos.

Alors, bienvenus aux feux d´artifice!