Por Alfonso de la Vega
El eclipse del día 8 que va ser visible en varios lugares especialmente en EEUU ha desatado toda una inusitada suerte de dimes y diretes de carácter especulativo. Allí se habrían dado instrucciones prácticas de mantenerse en los domicilios, cerrar autopistas, enfrentar posibles apagones, hacer acopio de víveres…
La NASA va a aprovechar la ocasión para mandar cohetes direccionados.
También explican que coincidiendo con el eclipse en Ginebra el acelerador de partículas CERN va a buscar “agujeros de gusano” y colisionar hadrones, para abrir un portal entre dimensiones. Acción que algunos se malician pueda compararse más con una especie sui generis de invocación a los demonios más propia de la magia negra o goecia que de una forma de teurgia.
Se ha anunciado que Bergoglio también va a aprovechar la oscuridad para sacar uno de sus panfletos contra la tradición católica: “Dignitas infinita”.
De modo que en una situación tan peligrosa para la estabilidad mundial como la que vivimos no deja de haber alguna expectación por lo que pudiera acontecer por el andar enredando con las cosas de comer. En todo caso parece ser que poderes ocultos estarían tratando de generar más miedo e inquietud por el futuro como forma de control y avasallamiento de la humanidad.
El famoso polígrafo y teósofo extremeño Mario Roso de Luna teorizaba sobre este fenómeno astronómico y su significado esotérico:
“Siempre detrás de los planetas se proyecta eternamente en el espacio un cono fijo de sombra (fijo, se entiende, para la rotación, ya que no para la traslación), un verdadero cucurucho de eternas negruras… un efectivo «cáliz de dolor» cuya copa de oscuridad o noche tiene un contorno, un cono truncado e inverso de penumbras… Si la luz es alegría, su dolor es eterno, si la luz es vida, la muerte o la atonía es su lote inevitable. Este cáliz es a la vez monte santo si se le mira por fuera, puesto que en su falda o superficie toda, reina constantemente un como crepúsculo o aurora, y en su cúspide el astro luminoso deja ya de ser eclipsado totalmente por el planeta oscuro… los paganos iniciados, como los diversos sacerdotes de las viejas religiones de Oriente, sabían todo esto, y cada uno, según su peculiar manera de traducir el gran Emblema a la respectiva religión vulgar que profesara, hizo, digámoslo así, un cáliz terrestre o humano con arreglo a otras claves y en simbólico recuerdo de aquel magno Cáliz celeste.»
Ya a finales del siglo XVI el padre jesuita Martin del Río, uno de los más afamados estudiosos de la magia, protestaba vehementemente en su Diquisitionum magicarum libri sex sobre la pretendida capacidad mágica de alterar las órbitas de los astros: “la magia es incapaz de parar el movimiento del cielo o de los astros, o hacerles desandar sus cursos definidos, porque eso sería perturbar el orden universal….San Agustín apoya nuestra conclusión… las fábulas antiguas nacieron de no saberse la causa natural del eclipse de la luna, como dice Plutarco…”
Pero quizás lo más intrigante y curioso de todo sea la noticia del ritual judío de los cinco terneros “coloraos” llevados a Israel desde Tejas para ser sacrificados con ocasión del eclipse y la llegada de su Mesías. No para alterar el curso de los astros, como diría el P. Martin del Río, ¿sino para aprovechar la oscuridad?
El ritual tendría que ver con lo indicado en Números, 19, donde Jehová da instrucciones detalladas de cómo desea que le hagan sacrificios rituales:
“1 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo:
2 Esta es la ordenanza de la ley que Jehová ha prescrito, diciendo: Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca de pelo rojizo, perfecta, en la cual no haya defecto, sobre la cual no se haya puesto yugo.
3 Y la daréis al sacerdote Eleazar, y él la sacará fuera del campamento y la hará degollar en su presencia.
4 Y tomará el sacerdote Eleazar de la sangre con su dedo, y rociará siete veces hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión con la sangre de ella;
5 y hará quemar la vaca ante sus ojos; hará quemar su cuero y su carne y su sangre, con su estiércol.
6 Luego tomará el sacerdote madera de cedro, e hisopo y escarlata, y los echará en medio del fuego en que arde la vaca.
7 El sacerdote lavará luego sus vestidos; lavará también su cuerpo con agua, y después entrará en el campamento; y será impuro el sacerdote hasta el atardecer.
8 Asimismo el que la quemó lavará sus vestidos en agua; también lavará en agua su cuerpo, y será impuro hasta el atardecer….”
Los ritos son símbolos en acción. Este ritual también estaría relacionado con la reconstrucción del Templo de Salomón en Jerusalén en el monte donde está la mezquita de Al Aksa, desde donde según la tradición islámica Mahoma subió a los cielos montado en Al Borak. Y tendría que ver con la esperada venida del Mesías judío. Lo que faltaba para aumentar la desestabilización cuando la situación en Palestina ya está bastante complicada.
Sin embargo, quizás el eclipse más preocupante sea el de la Intelectualidad en el mundo posmoderno, la sombra de penumbra y oscuridad que se cierne sobre las conciencias.