lunes, mayo 20, 2024
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Baila como un auténtico godo en la Fiesta Goda de Pampliega, en Burgos

Es curioso que este peculiar rey godo haya dado título a una localidad, la única de toda España cuyo nombre empieza por W, ya que Wamba fue proclamado monarca en lo que entonces se llamaba Gérticos y hoy es el pueblo de Wamba, en Valladolid. Pero más curioso todavía es que el pueblo de Pampliega esté tan orgulloso de haber sido el sitio de la muerte del rey, ya como monje, pues un golpe de Estado lo destronó por la fuerza antes de obligarlo a entrar a un convento con la cabeza rapada.

La Fiesta Goda del Ayuntamiento de Pampliega recuerda la efeméride local de haber sido el pueblo en el que cerró los ojos uno de los personajes más curiosos y admirables de nuestra historia. El próximo sábado, 13 de abril, la Fiesta Goda os espera en Pampliega, Burgos.

Wamba fue un rey visigodo que reinó desde el año 672 hasta el 680. Su ascenso al trono fue resultado de una serie de conflictos y luchas de poder dentro de la monarquía visigoda. No muchos personajes pueden personificar tanto un período entero de la historia de nuestro país como Wamba. El sabio rey falleció en el año 688 en el Monasterio de Monjes Negros de San Vicente en Pampliega, Burgos, y sus restos fueron trasladados posteriormente a la iglesia de Santa Leocadia en Toledo. Su legado perdura en la memoria colectiva, siendo recordado como un rey que enfrentó desafíos con determinación y mantuvo la estabilidad en el reino visigodo durante un período tumultuoso de la historia de España.

Es muy probable que la vida de este señor fuera la típica en un noble godo de su época. Seguramente se ocuparía de administrar grandes territorios, ya que pertenecía a la casta superior de la nobleza visigoda de la que salían los reyes por elección directa de los demás nobles más poderosos. También tendría una vasta formación militar, pues la aristocracia goda se ocupaba del gobierno y del Ejército como formas de perpetuar su poder. En su caso, una vez muerto su antecesor, en la misma localidad de veraneo en la que pasaba las vacaciones, la asamblea de los nobles aclamó a Wamba como el sucesor. Sin embargo, el ya veterano noble no quería complicarse y rechazó la elección, pero sus compadres de la casta nobiliaria le insistieron en que debía aceptar y él puso una condición: ser proclamado rey formalmente en Toledo, la capital del reino, a manos del arzobispo de esa capital. Y los demás nobles aceptaron con mucho gusto.

Aunque inicialmente rechazó el nombramiento debido a su avanzada edad, finalmente fue forzado por la nobleza a aceptar el trono en la localidad de Gertici o Gérticos, que posteriormente fue llamada Wamba en su honor. Para asegurar la legitimidad de su reinado, exigió ser coronado en Toledo, convirtiéndose así en el primer rey español en ser ungido. Su reinado estuvo marcado por numerosos desafíos, incluyendo conflictos internos de la nobleza, tensiones religiosas entre católicos y arrianos, así como enfrentamientos con la población hispanorromana y diversas rebeliones de grupos como los astures y vascones.

Wamba fue un rey anciano, pero se ponía las botas para pelear contra los enemigos

Los nobles godos tenían un problema fundamental que les impedía vivir tranquilos y dar esa tranquilidad a los súbditos. Era lo que San Isidoro de Sevilla llamaba la enfermedad de los godos y que no era otra cosa que su manía de matarse entre ellos. Y es que muy pocos reyes godos murieron en la cama, pero Recesvinto y su sucesor Wamba fueron dos de los poquísimos casos, aunque ya hemos comentado que este último fue rapado al cero por la fuerza para ser ingresado en un monasterio como parte del golpe de Estado que lo destronó.

También hubo otra gran amenaza repetitiva la historia de los visigodos y fueron las constantes revueltas populares y agresiones extranjeras, inclusive por parte de los bárbaros que había por todas partes en su reino: cántabros, astures o vascos competían con los levantiscos habitantes de Sierra Morena en ser los más hostiles a la unidad de España que representaba el trono de Toledo. Pero también hubo amenazas más serias en forma de estados como los suevos, los bizantinos o los francos, que fueron siempre los peores enemigos de los visigodos hasta que entraron por aquí los musulmanes y les demostraron el Estrecho de Gibraltar también era una fuente de problemas si no se le prestaba atención. Una situación de la que somos muy conscientes desde entonces, aunque a veces no lo demostramos.

Este sabio y determinado rey no dudó en atacar a los vascos desde Cantabria, por ejemplo, para castigarlos por su hostilidad hacia su reino, pero se encontraba en plena campaña con doble llegaron noticias de una rebelión mucho más seria. Se trataba de un noble modo que se había levantado en las provincias de la Galia contra él. Y cuando Wamba envió a otro noble para acabar con esa revuelta nobiliaria, Paulo, para su sorpresa, ese noble en el que confió se puso al mando de la revolución. Pero el viejo rey no era una persona que se dejase abatir por los problemas y rápidamente se puso él mismo al frente del ejército y, después de arrasar a los vascos una vez más, como tantos reyes anteriores, corrió hacia la Galia con sus tropas para poner orden.

Uno de los eventos más destacados de su reinado fue la Rebelión de Ilderico y Paulo, en la región de Septimania en la Galia, donde enfrentó la insurrección de nobles liderada por Ilderico, quien se proclamó rey. Wamba envió al duque Paulo para sofocar la revuelta, pero éste inició su propia rebelión en Narbona, proclamándose rey. Wamba logró aplastar la rebelión y capturar a Paulo, quien fue humillado públicamente. Después de estos eventos, Wamba promulgó una ley militar que obligaba a los nobles y eclesiásticos a acudir con tropas en caso de invasión o rebelión, con duras penas para aquellos que no cumplieran con esta obligación.

El castigo ejemplar contra el traidor Paulo: ser paseado en burro por Toledo antes de su ejecución

El usurpador Paulo no se quiso dar por vencido y resistió con todas sus fuerzas la invasión del ejército del rey, acorralado en esa provincia de la Galia que había ido a pacificar, pero todo fue en balde. Las tropas reales quemaron las puertas de las ciudades fortificadas y la lucha se llevó hasta las últimas consecuencias con batallas de película dentro de los anfiteatros romanos donde usado los gladiadores en la Galia, así como duelos personales entre nobles dentro de iglesias. El resultado final fue que el rebelde Paulo fue paseado en burro por la capital toledana en la que tal vez soñó ser coronado algún día. Y en la cabeza llevaba una raspa de pescado como corona.

Como castigo por su grave rebelión y traición, además, Paulo fue ejecutado, pero las rebeliones no acabaron ahí.

Wamba sabía que su reino estaba muy amenazado por enemigos internos y externos y que necesitaba unas Fuerzas Armadas masivas y profesionalizadas para combatir a cualquier invasión externa o insurrección interna. Por lo tanto, promulgó una ley militar que a muchos les pareció dura, pero que él vería como la única solución para asegurar la soberanía y la integridad nacionales. No obstante, el reino visigodo no tenía remedio debido a sus traiciones internas y los moros lo aprovecharon en el 711, cuando entraron en la Península Ibérica y se apropiaron de ella durante siglos. Tampoco a Wamba lo protegieron sus propias reformas, ya que fue destronado por un complot de nobles que lo raparon al cero por la fuerza y lo metieron en un monasterio para evitar que pudiera volver a ser rey. Una medida que  denota lo popular que debía ser Wamba, ya que el final habitual de estos golpes de Estado solía ser la muerte violenta del rey o su cegamiento. Por el contrario, raparlo para humillarlo y convertirlo en monje, tal vez narcotizado para que aceptase esta solución de buen grado, constituía una forma de quitárselo de en medio sin matarlo. Y en ese monasterio situado en Pampliega murió, poco después, siendo este fallecimiento en su pueblo un motivo de orgullo para los locales, que reclamaron a Toledo los restos de tan gran monarca.

Se cree que Wamba fue depuesto en un golpe liderado por el noble Ervigio, quien luego ascendió al trono como rey. Wamba fue engañado, narcotizado y tonsurado, renunciando así a la corona y retirándose a un monasterio.

Felicitaciones al Ayuntamiento de Pampliega por esta Fiesta Goda

Creo que es de muy buen gusto reclamar el pasado épico y tan lleno de cultura de nuestros antepasados y, en concreto, de los godos. Un pueblo que ha sido demasiado olvidado por nuestra historia, pero que al fin y al cabo ha sido un periodo larguísimo del cual tenemos mucho que aprender. Por eso felicito al Ayuntamiento de Pampliega por este evento que han llamado la Fiesta Goda. Y esperemos que mucha gente se acerque por allí para bailar al ritmo de la música electrónica y disfrutar de un ambiente festivo que esperemos que sea, también, lo más cultural posible.

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