Por Pascual Uceda Piqueras
Doctor en Filología, especialista en Cervantes y escritor
Sobre la mesa de juego, entre fichas del casino, dinero en metálico y escrituras de propiedad, se mantiene suspendido, entre el humo de cigarrillos mal apagados y perfumes baratos de rastrillo, el único bien inmaterial que podría hacer saltar la banca de este siniestro casino.
Hemos empezado este artículo como si fuera un fragmento extraído de una novela negra. La incursión en este universo ficcional se justifica desde la intención que tenemos de contar una crónica negra de la actualidad, donde auténticos lobos con piel de cordero –véase presuntos benefactores de la humanidad—, han decidido “jugársela” al género humano con la finalidad de esclavizarlo y conducirlo mansamente a los corrales.
Porque nos estamos refiriendo a la pérdida de “uno de los dones más preciosos que a los hombres dieron los cielos”, que, relegado por el común a reliquia de otros tiempos, es entregado hoy con poco escrúpulo al mejor (im)postor. Sí, en efecto, ustedes ya lo habrán adivinado. Se trata de nuestra propia libertad. La suya, la mía, la de todos. Hablamos de la siniestra Agenda 2030.
Se entenderá, pues, que en esta partida desigual a la que todos hemos sido invitados –en diferente grado y circunstancias— “haya gato encerrado”. No de otro modo, las cartas han sido marcadas previamente y el tahúr que reparte los 20 o 30 naipes que componen la baraja es un maestro en el arte de “birlibirloque”. Ha llegado el momento de “tomar cartas en el asunto” y desenmascarar al tramposo.
¡Las cartas boca arriba!
Encontramos hasta 17 marcas, cada una de ellas con un claro objetivo a desempeñar en la partida, confundidas entre los palos de la baraja tradicional: los bastos con el elemento tierra, los oros con el fuego, las copas con el agua y las espadas con el aire, en una especie de abigarrada confusión de tintes universales.
¡Pintan bastos! Que se dice cuando una situación se presenta desfavorable. Aquí debe interpretarse que el avieso hierofante juega sus triunfos con la finalidad de hacerse con la tierra que nos da de comer. Las actuales políticas torticeras en materia agrícola amenazan con despojar, con todos los ardides posibles, a los pequeños agricultores de sus posesiones para venderlas a precio de saldo a las grandes fortunas que, de este modo, tendrán el monopolio de nuestra “mala alimentación” en sus manos. Un ejemplo del hartazgo de esta situación lo hallamos en las actuales manifestaciones de agricultores que inundan las calles de las principales ciudades europeas.
¡Pintan oros! La estrategia de estos siniestros jugadores se basa ahora en una táctica de “tierra quemada” o empleo del fuego de manera indiscriminada; lo cual, no solo contribuye a reforzar la “jugada a bastos” que hemos consignado más arriba, sino que servirá también a otros propósitos; como es el hecho de arrasar grandes extensiones de arbolado o generar alarma y miedo en la población. Desde las cloacas del Estado profundo la consigna de juego podría resumirse aquí en la expresión: “¡que arda Troya!”, pues el poder luciferino del fuego y su efecto devastador resulta ser un potente inhibidor de conductas, dejando al jugador postrado en la mesa de juego desolado y falto de iniciativa. Recuérdese, en este sentido, el fuego/explosión que asoló determinados símbolos de la civilización occidental, como las Torres Gemelas en Nueva York, la catedral de Notre Dame de París o la emblemática Torre Windsor en Madrid. Además de los miles de hectáreas de bosques que arden de manera habitual e intencionada no solo en España sino en todo el mundo ¿Sabían ustedes que existe un invento español que es implacable en la lucha contra el fuego? Se trata del Ecofire, un producto completamente ecológico y fácil de aplicar creado por César Sallén. Claro que el cambio climático necesita de estas devastaciones para poder seguir alimentando su propio discurso catastrofista.
¡Pintan copas! Y, de entre ellas, la imagen de ese “copero de los tiempos”, Acuario, símbolo de la recién estrenada era que apunta, con su actitud de querer derramar su jarro y según las profecías más arraigadas, a la postrera inundación diluvial. No casa, pues, con este acuoso final de los tiempos, eso otro apocalipsis que pretenden “meternos de farol” envidando a chica; es decir, haciéndonos creer que el mundo se seca. Una vez más, y en nombre del sacratísimo –discúlpese la ironía— cambio climático, se promueve la carencia del líquido elemento con políticas destinadas a propagar el miedo a una sequía universal entre la población. De este modo, y en nuestras propias narices, se destruyen y desaguan pantanos, se decretan restricciones alarmistas de consumo, se escamotean los abundantísimos acuíferos que poseemos y se ignoran los eficaces avances en materia de desalación que no quieren poner en práctica.
¡Pintan espadas! La espada, símbolo universal de poder, representa con su doble filo ese fin antagónico y complementario que sugiere su hoja: matar y sanar. Ocurre, sin embargo, que en esta decisiva partida en la que nos encontramos solo nos enseñan uno de los filos, permaneciendo el otro oculto como “as en la manga”. ¿Adivinan cuál es el filo que nos muestran y cuál el que esconden? La jugada, advertido el señuelo, no deja lugar a dudas: afiladas aeronaves surcan el espacio sobre nuestras cabezas dejando tras de sí unas sospechosas estelas (chemtrails) que, al estar dirigidas a las ciudades y núcleos de población, invalida cualquier intento de justificación buenista que quiera dársele, pues claramente señala al ciudadano como su objetivo ¡Esto es un órdago a la grande!
A pesar de la evidencia de las trampas y la desvergüenza de los tramposos, todavía habrá jugadores que “se mantengan en sus trece” y piensen que la partida se está desarrollando con arreglo a la (Nueva) normalidad. Mirarán al cielo y verán en las estelas que dejan los aviones una nueva versión progre del maná hebreo, en la sequía persistente las consecuencias de nuestra propia irresponsabilidad ante el cambio climático, en la proliferación de incendios la mano del psicópata aislado y en la ruina del campo una cuestión menor.
¡“Rompamos la baraja” y “cantemos las cuarenta” antes de que nos obliguen a “jugárnoslo todo a una carta”!
Agenda 20 Mierda para la ONU y todos sus derivados, como nos tenían engañados estos desgraciados con lo de los derechos humanos, no le importan y nunca le importaron al igual que a la OMS nuestra salud, para esta mafia no somos más que ganado y que nos quieren tener pinchados cada vez que se les antoje, las Naciones Unidas no fueron creadas para los derechos humanos, le importan un pimiento, fueron creadas para lo que estamos viviendo en estos momentos, para el Nuevo Orden Mundial de control total sobre la humanidad y está llena de maldad.
El tráfico de niños en España se cuece en los Casinos de juego.Alli es donde las logias masónicas compran o venden vidas humanas,en especial niños y normalmente para hacer rituales o pactos de Estado.
La familia Franco de los recreativos Franco de Madrid es dueña de todos los Casinos…eran más rojos que la sangre…pero el dinero todo lo cambia,y terminaron relacionándose con la alta sociedad española,y en Cotos de caza mayor.
No es de extrañar que un proyecto globalista y genocida como la agenda 2030,de raíz ideológica comunista,caiga en manos de los comunistas más ricos de España,los de los recreativos Franco (el mismo apellido que el del Generalísimo),dueños de Cadinos Reales,salas de juego,prostíbulos y muchas más cosas.
En diciembre de 2022 salía está noticia,recuperada hoy:
El pasado 10 de diciembre dos menores de edad, de 11 y 17 años, desaparecían en el barrio madrileño de Carabanchel por la tarde. Sus nombres son Ángel y Fernando y eran primos entre sí.
Antes de que se les perdiera la pista, ambos se encontraban con un familiar que se había quedado esperándolos en una lavandería, situada a 50 metros de donde estaban, mientras ellos iban a un supermercado a comprar unos bocadillos.
Los niños aparecieron muertos en contenedores de basura…los medios comunistas hechan las culpas a los gitanos!,fácil no?,como con las niñas de Alcácer…
Mientras el caso mediador paso página…cuando un alto mando muy borracho pedía churumbeles para hacer sexo,y los medios dijeron que los churumbeles no son niños menores de edad sino travestis (mentira).
Y ahora con el caso Koldo…pues solo eran prostitutas…siempre lo mismo.
Así que esas agendas…y esos personajes ‘tan importantes’,innegablemente siempre tienen relación.