sábado, julio 27, 2024

TIC TAC, TIC TOC

Se dice que el tiempo es el causante de los cambios, de la evolución o lo inverso, la llegada al punto de origen, donde todo se inició porque la situación ya no da para más. En este año que agoniza, del mismo modo que nuestra respiración se hace cada vez más difícil en este entorno de toxicidad social que comienza a ser insoportable por el veneno que lanzan los gestores de las res pública, hemos comprobado como el segundero sigue y sigue, como la mentira, la blasfemia, la traición, la hipocresía, el egoísmo, la maldad encubierta, las acciones criminales propias de psicópatas y los planes oscuros, en la mente siniestra, siguen paso a paso: tic, tac, tic, tac, van eliminando derechos ciudadanos, nos van calentando el agua, mientras los que están al mando no sólo no lo sueltan, sino que quieren amenazarnos si hacemos frente a su repugnancia moral y a su escasa inteligencia, propia de la podredumbre espiritual más vomitiva, hasta el punto de dar cuentas al mismo demonio de sus actos, destrozando a Dios.

Este año 2023 ha sido un buen ejemplo. La Unión Europea nos ha dado unos cuantos: por un lado, acordando en octubre el inicio de la campaña para eliminar el dinero físico con el que compramos todos los días en un plazo de dos años, todo ello para, con el euro digital, dejar la puerta abierta a la nueva identidad digital que, según los sabios de Europa nos hará más libres, perdón más esclavos, para ser políticamente incorrectos; por otro, aprobando el proyecto de la nueva ley de inteligencia artificial que, supuestamente protegerá nuestros derechos y la democracia, mejor dicho, los echará abajo y nos hará vivir en una dictadura insoportable. Serán los logaritmos los que gobiernen y los gestores, tan acostumbrados a seguir la norma del mínimo esfuerzo (ya lo hacen siguiendo a rajatabla los planes sionistas de la agenda 2030), tendrán ordenadores que tomarán todas las decisiones: la excusa perfecta por si ocurre algo que se les sale guion para decir que ellos no tuvieron nada que ver y que fue responsabilidad de una máquina.

En el 2024 los proyectos son implementar los dictados de la satánica religión del cambio climático. A partir del 1 de enero los coches que no tengan la tarjeta verde o pegatina A no podrán circular en el área que comprende la M-30 madrileña, so pena de ser multados (ya se sabe de las ansias de dinero que tiene la nueva aristocracia genocida, de vidas y de bienes ajenos), ampliando las prohibiciones de acceso de coches contaminantes del área de la almendra de Madrid a toda la zona que tiene como muralla esta avenida que rodea a toda la capital de España. Pero no sólo eso, sino que a partir del 15 de enero se encenderán las cámaras para vigilar matricula por matricula, de ese modo el gobierno se asegurará que la gente obedece sus dictados sin rechistar. Todo ello, mientras el dictator Sánchez tomó su avión privado para recorrer 40 kilómetros porque tenía un mitin, con la contaminación que ello supone para el medio ambiente que ellos tanto dicen cuidar. ¡Hay que ser hipócritas, caraduras, miserables y malvados para ir por la vida presumiendo de moral para después hacer lo que les salga de los forros y nadie puede decirles nada, incluso la misma ministra de Hacienda, Chiqui Montero, negó que es era cierto, ¡diciendo que era mentira!! Eso sí, a los madrileños no se les permite entrar en Madrid con el coche porque contamina. Después nos vendrán con el impuesto por contaminar y ser niños malos, que insinuaron el Abu Dabi hace poco en la cumbre climática y harán la huella de carbono. Ya no sólo afectará a los que tengan coche, sino a todos por igual, perdón, a ellos no (hecha la ley, hecha la trampa, dice el dicho…).

Dentro de poco el plan se trasladará al resto de las grandes ciudades y ya nadie podrá desplazarse ni un cuatro por cuatro, salvo ellos, los que vamos a detestar cada vez más. Tic tac, tic tac…¿Aún no escuchas el sonido del reloj?

También planificarán el futuro nuevo pacto de pandemias, acuerdo que espera con ansia la mema para volver a encerrarnos en casa. La OMS se reunirá en mayo para modificar las reglas que acuerden una plandemia o farsemia, con el fin de que la voluntad del diabólico presidente de la Organización Mundial de Sicarios decida que hay una nueva enfermedad de la que cuidarnos, para seguir con sus sucios planes de esclavitud y miseria, que es lo que nos desean esta sarta de delincuentes. Ya tienen los muertos por haberse inyectado en veneno (una maniobra que deja a las cámaras de gas de Hitler como una broma) y emplearán a los futuros para justificar cuentos chinos de pandemias que sólo existen en mentes diabólicas como las de Bill Gates, Klaus Schwab, y otros que son titulares de entidades financieras, como el BCE. Es decir, la pandemia es un proyecto, y para asegurarse su éxito, han de anular a todas las constituciones, por muy deficitarias que sean y desprotegidas que estén. De eso se aprovecha el dictador Sánchez, gestor de la corporación económica Reino de España, puesto a dedo por la CIA, George Soros, Bill Gates y toda su panda de socios adoradores de Satanás.

De este modo van implementando medida tras medida y, curiosamente, la gente sigue con su vida como si tal cosa, como si la tal agenda 2030 fuese un cuento o algo que sólo está en la mente de unos cuantos locos conspiranoicos que, además, son llamados negacionistas por las lumbreras, tales como Sánchez, sus ministros, y sus socios de banda psicoterrorista, empleando la información si hace falta. Hace poco que ya la agenda EFE ha sido controlada por Pedro I el torturador de las masas para que en los medios se diga lo que quiera, aunque sea fruto de la ignorancia, la mala educación y la falta de modales (la misma con la que salió del parlamento europeo en pleno debate de la presidencia española, un desastre absoluto, justo cuando insinuó que el líder del PP europeo era un nazi). ¡Y son ellos, precisamente ellos, los que nos tienen que decir qué es verdad y qué deja de serlo, cuando la estulticia y la escasa inteligencia son habilidades esenciales para ser buenos servidores de esas élites!

Tic tac, tic tac, tic tac… Y el tiempo transcurre, mientras los psicópatas nos gobiernan, con la anuencia de nuestra cobardía, resignación, egoísmo, insolidaridad, odio al vecino, al que no piensa como nosotros y esperanza en que el líder nos salve del desastre, como si hubiésemos caído en una suerte de Síndrome de Estocolmo.

La historia ya la han escrito ellos, lo llevan haciendo desde hace mucho tiempo y tal control produce un placer tan agradable que no creo que suelte el juguete, a menos que los ciudadanos, en total desobediencia a los tiranos, nos organicemos y desafiemos sus leyes. ¿En qué momento despertará el pueblo español, cuando ya esté prácticamente muerto?

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