Como ya hemos dicho en repetidas ocasiones, este tipo de sucesos se están dando con demasiada frecuencia últimamente y todos nos imaginamos por qué.
El último del que hemos tenido conocimiento se ha producido en Málaga capital, donde cinco menores, de cuyo origen no habla ningún medio, han sido detenidos por la Policía Nacional acusados de participar en varias agresiones sexuales a una joven, también menor de edad, quien lo denunció a las pocas horas.
Al parecer, los hechos tuvieron lugar en la noche del 22 de septiembre cuando, durante la celebración del cumpleaños de una amiga de la víctima en un descampado de la capital, uno de los jóvenes asistentes a la fiesta le ofreció una copa y ella se la tomó.
A partir de ese momento, la adolescente declaró a los investigadores del caso que comenzó a sentirse indispuesta y llegó a tener sospechas de que le habían introducido algún tipo de sustancia en la bebida, extremo que aún está pendiente de corroborar.
Según publica el diario Sur, la víctima relató que comenzó a notar que varios jóvenes que se encontraban en la celebración del cumpleaños le realizaron tocamientos. Más tarde, un grupo de jóvenes se desplazó al domicilio particular de uno de ellos. La menor aseguró que tenía lagunas con respecto a lo sucedido en esa vivienda pero sí recordaba verse con la ropa bajada y varios chicos desnudos a su alrededor. La víctima contó que abandonó el lugar para regresar a su casa y que dos de los jóvenes la siguieron, la llevaron a una zona apartada y la agredieron sexualmente entre dos coches.
A la mañana siguiente la menor contó lo sucedido a un familiar y éste la llevó a un centro hospitalario donde se le realizó una exploración médica, activándose el protocolo ante casos sospechosos de agresión sexual. La alerta del centro llegó al Juzgado de guardia y a la Policía Nacional que inició una investigación que condujo a la detención de los cinco menores el pasado 10 de octubre.
Los individuos pasaron a disposición de la Fiscalía de Menores de Málaga. Sobre uno de ellos se decretó su ingreso en un centro de reforma (reformatorio), mientras que el resto quedó en libertad vigilada (adivinen por qué) a la espera de ver cómo avanza la investigación.
Si este caso apenas ha trascendido y no ha provocado que se organicen manifestaciones multitudinarias ni que la ministra montero y toda su corte hayan hecho el mínimo comentario al respecto, ya nos podemos imaginar el motivo.
Según los datos publicados en la Memoria anual de la Fiscalía General del Estado, que se presentó hace un par de meses, de la que se hizo eco el diario 20 Minutos, en solo cinco años, las agresiones sexuales cometidas por menores en nuestro país se dispararon un 116%: de las 456 causas registradas en 2017, a las 974 de 2022. Según el organismo, en los últimos años se ha producido un «alarmante» incremento, encontrándose la causa, dicen, en la carencia de una adecuada formación en materia ético-sexual, siendo preciso evitar que muchos niños y menores accedan a un visionado inapropiado y precoz de material pornográfico violento». Todo menos reconocer que esto tiene, a todas luces, una relación directa con la entrada masiva de «son sus costumbres» en nuestro país.