Artículo escrito por Alfonso de la Vega
En esta España inerme y traicionada por quienes tendrían que la obligación de defenderla, no sabemos a qué se dedica el Jefe del Estado ni si contempla la penosa representación impasible el ademán como si la cosa no fuese con él, mientras nos echan a rodar por el despeñadero del ridículo y del descrédito. Se constata una y otra vez que nuestra corrompida clase dirigente trata de dar la razón a los peores creadores y difusores de la leyenda negra contra España. El enemigo ya no tiene que inventársela, basta con poner un espejo plano para reflejar la triste realidad actual esperpéntica y contra natura del reino filipino.
Por si ya no tuviésemos bastante ahora se nos abre otra infamia, una nueva reedición del caos cantonal, inspirada en la desastrosa primera república de hace siglo y medio.
La escaramuza de los pinganillos de sus señorías cantonales además de una presunta prevaricación y malversación de caudales públicos escenifica uno de los peores males promovidos o consentidos por el Régimen: la del ninguneo o menoscabo de la gran Cultura española y de su medio de expresión, la lengua española, cimiento de la Hispanidad y hablada por cientos de millones de personas en todo el mundo. Probablemente por eso mismo están intentando sea relegada a favor de los idiomas indígenas locales y el inglés imperial. Esta es una de las claves a mi parecer del desastre actual del real desempeño y de la derecha española, incapaz de defender los legítimos intereses de la sociedad y de la nación.
En el circo del Parlamento borbónico actual los leones están fuera, vigilando impertérritos, inasequibles al desaliento, fríamente pasotas, ajenos al espectáculo interior del hemiciclo sin ensayar siquiera un disuasorio rugido de circunstancias. Pero el Régimen promueve los cantones y la infección ya ha sido entronizada en el dimitido asiento de la ausente soberanía nacional, ahora indigenista y suicida cantonal. Sí, el autogolpe sigue progresando sin oposición ni menos esperar siquiera a formalismos considerados ahora de leguleyos como sería el que las cosas no se perpetrasen como puñalada de pícaro, sin que estuviesen previamente aprobadas, legalmente vigentes, incluso al modo torticero y encanallado del abuso de decretos como ya es costumbre.
Ayer, último martes de este absurdo verano, nueva payasada para abrir temporada otoñal en la torre de Babel. Un indígena lucense, tras dejar la acémila a pilas aparcada en zona de emisiones cero zapatero, ha osado endiñar una proclama indigenista de elevado interés geoestratégico, todo un feliz himeneo lingüístico transgénico propio del que ha perdido el decoro y la virginidad del terruño:
“Soy de Lujo y no lo niejo y tenjo un higo estudiando para clérijo en Santiajo. Y lo dijo sin arrojancia…”
Pues sí, sin la arrogancia de un bizarro “capitano” caricatura de la leyenda negra, pero haciendo el pertinaz ridículo que le corresponde a la cuadrilla paleta e ignorante de la insufrible secta de Castelao y Breogán. El medio es el mensaje y el mensaje es que aquí vale todo hasta los mayores disparates si está dirigido a la destrucción de España y el descrédito de sus instituciones. Pura viva leyenda negra.
La encerrona de los pinganillos también escenifica el actual deterioro de la derecha española. Con la parte más subvencionada y jaleada de ella aliada del enemigo no se puede ir a ninguna parte salvo al estercolero.
Los diputados del PP están acostumbrados a estas felonías. Los de Galicia ya vienen entrenados porque les tienen prohibido hablar en español en el oneroso parlamentiño regional. El único del reino, creo, en que se perpetra esta traición a la ciudadanía que consiste en vulnerar sus derechos civiles hablando solo y únicamente en indígena recauchutado transgénico. No obstante, uno de los chicos de confianza de Feijoo, gran esperanza del nuevo socialismo centrista, para que no se diga que no están en el mismo ajo colaboracionista que la PSOE, se ha puesto a hablar en perfecto batúa bereber a mayor gloria y promoción del caos y del tópico “a mí Sabino que los arrollo.”
En cambio, al menos los diputados de VOX se fueron dejando el humillante e hipócrita pinganillo en el escaño del falsario, ausente en esta tan alta ocasión. Antes de abandonar el circo fue preciso protestar por la fragante prevaricación presidencial que ignora leyes y reglamentos para satisfacer al capo. Todo sea por tanta heroica causa como es el ridículo institucional, el cobarde y ruin sometimiento al chantaje de delincuentes o la humillación y degradación de España.
Tampoco nos sorprende ya nada en el pertinaz socialismo borbónico. Pero es una lástima que la catalanista señora Armengol que tanta prisa se ha dado para perpetrar este esperpento ilegal o antes para promover lucrativamente a su pareja, no haya sido tan diligente y eficaz en proteger como era su deber moral y legal a los pobres niñas a su cargo, que terminaron prostituidas con la aparente complicidad de las instituciones que debieran ampararlas. Hembras vocingleras, muy feministas de quita y pon, pero que son capaces de amparar por acción u omisión la vulneración de lo más sagrado como es el bienestar e integridad física y emocional de la infancia y los adolescentes bajo su responsabilidad institucional. Un mérito por el que acaso ha sido premiada por el Régimen. Lo que avalaría la idea de que no ha sido elegida para tan alto cargo como tercera autoridad de la Monarquía por tonta, catalana e incapaz que no se entera, sino por mercenaria malvada.
Desengañémonos, hoy la leyenda negra ya no requiere plumillas falsarios con imaginación y calumniosas malas intenciones, ni tampoco un Ramón J Sender para hablarnos del cantón: sólo necesita cronistas de costumbres que tomen nota de la realidad y la cuenten.
Una locura de cojones lo de los pinganillos,una torre de Babel en pleno siglo 21,
¿Neuromodulacion???,lo más probable…