El Colegio de Psicología de Castilla y León (COPCYL) emitió un comunicado en el que expresó su pesar por la conducta del colegiado Lucas Burgueño en relación al exalcalde de Valladolid, Óscar Puente. Además, el colegio está evaluando posibles medidas disciplinarias deontológicas.
En el comunicado, se subrayó la esencia de la profesión de psicología, que tiene como objetivo fundamental ayudar a las personas. Los profesionales de este campo adquieren conocimientos específicos para comprender y analizar el comportamiento humano, con el fin de mejorar la salud mental de los individuos. La actitud de Burgueño fue calificada como contraria al ejemplo que se espera de un psicólogo en ejercicio.
Adicionalmente, se recordó que esta no es la primera vez que el COPCYL se ha visto en la necesidad de tomar medidas disciplinarias con respecto a Lucas Burgueño. En el pasado, ya había sido objeto de sanciones en dos ocasiones previas, una relacionada con cuestiones deontológicas y otra de naturaleza administrativa.
Así funciona la república bananera de Espena. Suponemos que Óscar, la pobre víctima a la que un miserable miembro de la «plebe» ha osado preguntar, recurrirá a sus miles de influencias para tratar de arruinar la vida a este chico.
Y tengan en cuenta que es el mamporrero oficial de Sánchez, lo cual es ya un grado, con lo que las represalias en esta España soviética están más que aseguradas. Además, tratarán de que sean ejemplares y, sobre todo, públicas para que todo el mundo se entere lo que le puede pasar a cualquier que se le ocurra incomodar a cualquier miembro de la banda de Sánchez.
A los colegios «profesionales» hay que bajarles los humos y pararles los pies.