viernes, julio 26, 2024
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La batalla por Francia

Estos días estamos asistiendo todos los europeos, con una falta de sensibilidad fuera de lo común, a una guerra desatada contra la cultura occidental, por parte de sus enemigos: los comunistas y los musulmanes.

En España, esta falta de sintonía por los problemas que acaecen en Francia, esta agravada por la constante presión mediática que las elecciones generales del 23J, imponen a los españoles. Pero dada la idiosincrasia de nuestros compatriotas, sino hubiera elecciones generales en tres semanas, también verían con lejanía y desdén, lo que es el futuro de todas las naciones europeas occidentales, un futuro cercano, que se desarrolla actualmente en Francia.

Con la excusa de la muerte de un delincuente de origen norteafricano, musulmán, a más señas, llamado Nahel, la izquierda francesa, esta agitando a la carne de cañón de origen argelino y marroquí, para combatir a la República Francesa, a la cual odian con la misma fuerza con la que sobreviven sin trabajar gracias a las “paguitas” que el “maldito” Estado Francés proporciona a estos delincuentes, con el único objetivo de evitar la delincuencia y la agitación social, ante una población francesa envejecida.

El objetivo de estas revueltas de jóvenes marginales, es destruir la República. No es la protesta en venganza por la muerte de un delincuente de 17 años llamado Nahel, que conducía un Mercedes AMG amarillo, que no obedeció a un control de la policía y al que el policía disparó en cumplimiento de la Ley Francesa, concretamente del artículo L435-1 de la ley 2017-258 “relativa a la seguridad pública”, con la que se permite el uso de armas de fuego en estos controles, ante casos de “no cooperación susceptible de perpetrar, en la huida, ataques a la vida o la integridad física de los agentes o de cualquier otro”

El policía cumplió una ley, que fue polémica en su momento y que aprobada por el gobierno del socialista François Hollande. El agente actuó conforme a la Ley, no asesinó al delincuente juvenil, con antecedentes de todo tipo. El delincuente se saltó el control policial, intentó huir con el vehículo, el policía le disparó al brazo, con tan mala suerte que la bala llegó al tórax. El acompañante del herido, otro musulmán, escapó a pie. La prensa ha ocultado que fue el mismo policía que disparó, el primero en socorrer al herido. Lo sucedido no es más que la consecuencia del cumplimiento de la La Legislación Francesa, unido al intento de escapar de un delincuente. Pero el presidente de Francia ha pedido perdón y han encarcelado al policía, por cumplir con su deber.

Se nos olvida que hace pocos días, el pasado mes de junio, un sirio apuñaló en un parque a 4 niños blancos, entre 3 años y 22 meses, y a sus madres en la ciudad francesas de Annecy. El 16 de octubre de 2022, una argelina de 24 años, degolló a una niña blanca francesa de 12 años, metiendo el cuerpo marcado con los números ‘1’ y ‘0’.en una maleta que fue encontrada en el 19º de París. Cuatro personas fueron detenidas, dos hombres y dos mujeres, todos ellos nacidos en Argelia, el crimen está vinculado con el tráfico de órganos. Se nos olvida los asaltos constantes a iglesias en Francia, por parte de musulmanes o el asesinato del sacerdote católico Jacques Hamel, a manos dos musulmanes, el 26 de julio de 2016, que le corto el cuello, después de obligarle a arrodillarse en su propia iglesia.

Nadie quiere saber ni recordar, como en Francia son destruidos sistemáticamente los cementerios judíos. Como se profanan los camposantos católicos rompiendo las cruces y robando los cristos de bronce de las tumbas. Recordemos cómo se quemó la catedral de la Notre Dame de París, mientras los musulmanes se hacían fotos con los móviles y sonreían ante el siniestro.

Por estos crímenes y otros muchos más, no salen las turbas a protestar o destruir Francia y la propiedad privada de los franceses. El presidente de Francia, esclavo de los masones, no pide por eso perdón a los franceses ni a las víctimas de los musulmanes. El presidente de Siria no pide perdón a los padres de los los niños apuñalados, ni a la niña degollada. El presidente de Argelia, tampoco pide perdón.

Los que cada noche queman coches, saquean tiendas y roban hasta los helados del Burger King, son musulmanes alentados por los miembros del partido comunista francés, llamado Francia Insumisa (amigo de Podemos), que luchan contra Europa y por destruir nuestra libertad. Jean-Luc Mélenchon, su líder, ha hecho unos llamamientos para alzarse en armas contra la República, convirtiendo a cada militante comunista en un miliciano. Musulmanes y comunistas son aliados contra la Europa Cristiana. Esa es la batalla que se está librando en Francia. 

Nos es una guerra civil entre franceses, es una guerra entre dos mundos diferentes, uno que invade al otro y que tiene una quinta columna de odiadores en los barrios periféricos franceses, donde impera la Ley Sharía, suburbios en los que Francia ha dejado de estar hace muchos años.

Francia hoy, es la imagen del futuro del resto de Europa mañana. En Cataluña existen barrios y pueblos donde viven ya pocos españoles.. Los musulmanes ocupan las casas que los cristianos dejan, por lo insoportable de convivir con ellos.

Francia ha sido siempre, el lugar donde estallan las revoluciones que después contagian a toda Europa. Comenzó con la abominable Revolución Francesa de 1789, siguió la de 1830 y continuó con la del 1848. Luego llegó la de 1968 con el comunismo entrando en la sangre de la política francesa, lo que ha degenerado en la cultura Woke e ideología de Género, ya convertidas en arietes del comunismo en Europa y America. Los musulmanes y comunistas se han convertido en aliados circunstanciales para destruir Francia y Europa en una nueva revolución que se desarrolla en las calles de Francia, cuyo objetivo es destruir la nación. Después llegará la guerra entre ellos para ver quién se queda con los despojos.

Una vez derrotada Francia, los revolucionarios y musulmanes aliados atacarán a las naciones europeas que se encuentran en las mismas condiciones que Francia, con grandes masas de musulmanes, esperando la orden de salir a la calle para destruir los estados nación que les alimentan y les mantienen sin trabajar.

Los comunistas tenían preparada la revuelta, favorecían con sus políticas de inmigración musulmana en Europa y con sus teorías de “papeles para todos”, alentaban la llegada de estos ejércitos silenciosos de nuevos bárbaros que asolaron Roma. Y de Roma, no quiero ni hablar, por tener alojado a uno de los principales cómplices, entre sus Siete Colinas.

El multiculturalismo, esa horrenda mentira globalista y progre, ya esta desenmascarada. Ahora son los obreros de los barrios pobres, que conviven con los inmigrantes, los que sufren la invasión de extranjeros facilitada por los líderes de izquierda a los que ellos votaron. Ellos son los que se enfrentan a los criminales que asolan sus calles.

A los obreros sólo les queda la patria y van a luchar por ella, aunque la prensa progre les llamen ultraderechistas. Los millonarios no van a combatir, cambiaran de playa, y además son izquierdistas.

Europa se encuentra al borde del caos. En la propia Suiza, han habido esta noche, algarabías de musulmanes en las calles, imitando a sus hermanos de Francia. Suecia está a punto de caer en manos de la Ley Sharia, mientras los socialdemócratas miran hacia otro lado en busca del voto inmigrante.

De esto no se habla en la TV, dado que no le interesa al PSOE ni al PP, en plena campaña electoral. Ellos a lo suyo, a heredar uno al otro. Mientras, en las calles de España  se prepara el estallido de un polvorín, como en Francia, en caso de que gané la derecha. Cuando Francia estornuda, Europa se constipa. El combate por Europa ha comenzado.

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