Quien siembra vientos recoge tempestades. Y eso es lo que está haciendo la clase política traidora con la permisividad en la entrada de inmigrantes ilegales a España, sembrar vientos. Pero el problema es que las tempestades las recogemos todos nosotros y no ellos, que permanecen impasibles en sus poltronas y con sus sueldazos millonarios.
En el día de ayer se produjo el asesinato de una mujer de 61 años en la plaza de Tirso de Molina de Madrid. Los hechos ocurrieron sobre las 13.30 horas en el interior de una tienda de barrio dedicada a la venta de ropa situada en el número 4 de la citada plaza, según han informado fuentes de Emergencias Madrid.
Según recoge El Mundo, un vecino de la zona dijo que el autor del asesinato es de origen marroquí. «Yo estaba cerca en un bar, y dijeron que un tipo marroquí entró a robar a la tienda. La mujer no lo dejaba ir y él la apuñaló», detalla otro vecino de la zona. Fuentes policiales confirman que tenía «fisionomía árabe».
«En esta plaza, con toda la gente que se dedica a la droga, hay siempre problemas. Con lo que no contaba yo era con que fueran a entrar a robar a la mujer. Encima, estaba sola porque normalmente suele estar con su marido», afirmó una señora que regenta una lavandería en el barrio.
Después de saber de este asesinato a manos de un inmigrante, nos encontramos con lo que sucede siempre en estos casos con la bazofia política: silencio absoluto. Y es que a personajes, como Irene Montero y toda su camarilla de hipócritas, lo único que les importa es quién cometa un asesinato y no que se cometa el asesinato.
No les importan las víctimas, les importan los culpables para que ellos, y toda su banda de asociaciones subvencionadas, sigan viviendo del dolor ajeno.
Esto no puede acabar bien.
No se trata de hipocresía. Se trata de MENTIRAS. Y por lo tanto hay que romper este bucle estéril de reproches.
Estos personajes son el resultado de una programación mental hecha a gota malaya desde los 80. En el caso de Irene Montero además todo indica que es producto directo de fábrica. No tratan igual el crimen A que el crimen B porque MIENTEN y están programados para tener ese COMPORTAMIENTO para que sea replicado por las masas y sobretodo convertido en ley, primero de facto y con el tiempo escrito. Dejad de esperar racionalidad, ética, justicia y perspectiva en esos trozos de carne basurientos programados. Jamás lo verán vuestros ojos. Han sido adiestrados conductistamente para destruir los países blancos como capa corrosiva.
La inmigración masiva y descontrolada y bajo régimen de «discriminación positiva» es producto de un inmenso ENGAÑO, que se ha podido aplicar a base de mentiras, manipulación mediática (¿alguien se imagina la sociedad si los mass mierda tratasen la delincuencia importada como trataban «la pandemia», o si hablasen de «la balanza fiscal» como se hizo para envenenar a los catalanes? La mayoría de los borregos «buenistas» y los «equidistantes» se volverían los más feroces e irracionales «nazis»), activistas a sueldo, neuromárketing y corrupción política, judicial y policial (de las cúpulas, los de la calle son las primeras víctimas y han resultado domados y ahora les viene la peor parte). Exactamente igual que con todos los otros ataques sobre la población europea. Idéntico patrón. Como siempre, los mass mierda como agente de guerra principal y el borregamen como parapeto.
Hoy lo resume a la perfección Dani Díaz en su canal de Telegram.
«🇫🇷 Francia anuncia cortes de internet y de teléfonos a partir de hoy día 3 de julio de 2023
Cortan las comunicaciones con la excusa de que «las revueltas» las organizan por teléfono e internet.
Las «revueltas» que ellos mismos han propiciado preparando el terreno desde mil ángulos desde hace décadas. «Revueltas» que ellos mismos han generado moviendo las piezas por el tablero de ajedrez en aras de destruir la civilización europea occidental.
«Revueltas» que no son revueltas, son la excusa para iniciar la quema de todas las culturas europeas.»
Preparando el terreno desde mil ángulos desde hace décadas. Mil ángulos que una pequeña proporción de nosotros veníamos observando, comprendiendo y atando, y que son inconcebibles para esa gente de gran simpleza mental, como una Belarra cualquiera, que la más compleja conclusión a la que pueden llegar es a gritar «xenófobo».