sábado, noviembre 23, 2024
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Judaísmo, sionismo, Hispanidad 2023

Artículo de Alfonso de la Vega

En la conmemoración de este año 2023 cabe reconocer que vivimos muy malos tiempos para la Hispanidad y para lo que ella representa en la historia de la Cultura y de la Civilización universales.  Los valores que informaban esta ingente y descomunal labor están hoy en almoneda incluso paradójicamente en la propia España. Gran parte de nuestra clase dirigente por complicidad, cobardía o ignorancia adopta los valores y mañas del enemigo.

El propio nombre de Hispanidad es relegado. Aunque allí apenas nadie hable latín, se usa habitualmente el falsario e insidioso de Latinoamérica para sustituir al más veraz de Hispanoamérica.  Se ignora la pionera legislación del derecho de gentes para protección de los nuevos súbditos. Aunque la criminal leyenda negra empieza a ser combatida de modo contundente por muchos investigadores de una u otra orilla del océano sigue usándose para atacar a España. Incluso, lo que ya es el colmo, increíblemente por la ingrata, sectaria y corrompida máxima jerarquía actual de la Iglesia Católica. Olvida que debe a la extraordinaria obra evangelizadora de España el que no sea una institución religiosa más apenas limitada a la ribera norte del Mediterráneo. Y se permite publicar una declaraciones lamentables como la reciente sectaria y presuntuosa Nota conjunta sobre la Doctrina del descubrimiento, perpetrada por los Dicasterios para la Cultura y la Educación o el del Servicio del Desarrollo Humano Integral, todo un Aconcagua de falsedades.

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El problema no es de ahora. Ya uno de los evangelizadores y cronista de Indias, fray Toribio de Motolinía se permitió escribir a Carlos V para exponer algunas verdades en relación con los pueblos primitivos y las enormes atrocidades de algunos de ellos:

“Sepa V. M. que quando el Marques del Valle entró en esta tierra, Dios nuestro Señor era mui ofendido i los hombres padescian mui cruelíssimas muertes, i el demonio nuestro adversario era mui servido con las mayores idolatrías i homecidios mas crueles que jamas fueron; …i quando los Cristianos entraron en esta nueva España, por todos los pueblos i provincias della havia muchos sacrificios de hombres muertos mas que nunca, que matavan i sacrificavan delante de los ídolos, i cada dia i cada ora ofrescian á los demonios sangre humana por todas partes i pueblos de toda esta tierra, sin otros muchos sacrificios i servicios que á los demonios siempre i públicamente hacian, no solamente en los templos de los demonios, que casi toda la tierra estava llena dellos,… pues impedir i quitar estas i otras muchas abominaciones i pecados i ofensas que a Dios i al próximo públicamente eran hechas, i plantar nuestra santa fee cathólica, levantar por todas partes la cruz de Jesu-Cristo i la confision  de su santo nombre, i haver Dios plantado una tan grande conbersion de gentes donde tantas almas se han salbado i cada dia se salban, i edificar tantas Iglesias i Monesterios, que de solos Frayles menores hay mas de cinquenta Monesterios habitados de Frayles, sin los Monesterios de Guatemala é Yucatan, i toda esta tierra puesta en paz i en justicia, que si V. M. viese cómo por toda esta nueva España se celebran las Pasquas i festividades, i quán devotamente se celebran los oficios de la Semana Santa i todos los Domingos i fiestas, daria mill veces alabanzas i gracias á Dios. No tiene razon el de las Casas de decir lo que dice i escrive i emprime, i adelante, porque será menester, yo diré sus celos i sus obras hasta donde allegan i en qué paran,…”

Menéndez Pidal haría el retrato psiquiátrico del encomendero y fraile sevillano tan poco ilustre. Como bien glosa la romanza de fiel espada triunfadora la milicia se empleó en defensa del derecho y la razón. Para poner “paz y justicia”, llevar la civilización donde antes imperaba la tiranía, el canibalismo o los sacrificios humanos.

Sin embargo, tras la independencia empezó la decadencia a marchas aceleradas y en algunos lugares incluso genocidios impunes de indígenas a manos de la burguesía. Cuando el virreinato de Nueva España acabó, el Méjico de entonces era una de los pueblos con más renta per cápita del mundo, al poco se fue empobreciendo y degenerando. Por corrupción e incompetencia, las élites criollas se dejaron arrebatar casi la mitad del territorio a manos del voraz enemigo anglosajón e iniciaron persecuciones religiosas.  Hoy, dos siglos más tarde, por desgracia Méjico es un narco Estado con enormes problemas de todo tipo.

En otras partes de Hispanoamérica el neo comunismo y el sionismo aliados al narcotráfico también amenazan a sus sociedades. 

Judaísmo y sionismo

Vivimos tiempos de confusión y se mezcla o vale todo. El árbol de la Mentira luce cada vez más frondoso y toda clase de pícaros bandoleros e incluso asesinos se refugian bajo su sombra. Se confunde el judaísmo con el sionismo.

El legado del judaísmo en España es muy importante y valioso, empezando por su influencia para consolidar el español como una de las primeras lenguas cultas europeas desde la escuela de traductores de Toledo. Quizás para intentar contrarrestar la influencia del latín, lengua eclesiástica.  El propio Cervantes se refiere veladamente a ello con los famosos papeles de Cid Hamete Benengeli encontrados en Zocodover. Según gramáticos, catedráticos y expertos, la lengua hebrea y el español poseen sintaxis muy parecidas.  Sin olvidar algunos nombres o refranes de origen hebreo. Ni la influencia en la mística y la literatura españolas, la escriturística o muchas profesiones de todas clases. España es el lugar de composición de El Zohar, una de las obras capitales de la Cábala.  O de la Fuente de la Vida, obra del neoplatonismo, con influencias de Filón de Alejandría. Posiblemente, ni El Quijote ni la Biblia Políglota de Amberes del insigne hebraísta y bibliotecario de El Escorial Arias Montano se habrían elaborado sin la influencia sefardita. Ni, en un orden más prosaico de cosas, tampoco el famoso cocido, ingeniosa receta para salvar el sábado.

Recuerdo hace unos años que invitado a visitar la sinagoga de Madrid por un amigo mío me contaba muy emocionado la humanitaria labor del general Franco para salvar miles de judíos de una muerte segura. Mientras gentuza como el entonces adolescente George Soros traicionaban, saqueaban y eran cómplices del asesinato de sus correligionarios por los nazis, nuestro personal de la embajada española en Budapest con la figura heroica del diplomático don Ángel Sanz Bríz protegía a muchos de ellos proporcionándoles pasaporte español en calidad de pretendidos sefarditas. Interpretando así de modo muy generoso y humanitario una ley del general Primo de Rivera. Otra forma de la Hispanidad, de protección del débil amenazado.

Porque una cosa es el sefardismo, procedente de Palestina y el Mediterráneo y otra muy diferente, casi opuesta el universo askenazi, procedente del antiguo reino khazaro, ni étnica ni geográficamente ni religiosamente relacionado con los judíos palestinos de la diáspora.

Durante el reinado del califa cordobés Abderrahmán III principal personaje de la corte fue el médico y erudito judío Hasdai ben Schaprut. Como responsable de la política exterior del califato supo a través de una embajada bizantina de la existencia de un reino que seguía la ley de Moisés cuyo rey, Joseph ben Aaron tenía relaciones de amistad con el emperador de Bizancio.  Y preparó una carta que habría de ser entregada por la que daba cuenta de la situación de los judíos en España y de su deseo de establecer relaciones. Preguntaba a qué tribu de Israel pertenecía y sobre las esperanzas de restauración así como la posibilidad de fijar su residencia allí. Tal carta no fue entregada pero sí otra similar a través de los esclavones. Respondió el rey kazaro mostrando su gratitud y refiriendo la historia de la conversión de los khazares o kazaros que mayormente habitaban en lo que hoy es Ucrania, el Sur de Rusia y Georgia. Pretendían una forma de protección nacional frente al imperio cristiano bizantino y los audaces avances del Islam. Más tarde, Yehuda Ha Levi se hace eco de ello en su rescatada obra Cuzary, reeditada por Bonilla y Menéndez Pelayo.  A principios del siglo XI el reino kazaro fue totalmente conquistado. La dispersión de su población daría lugar más tarde a los askenazis.

Entre kazaros y sefarditas las relaciones fueron pues muy superficiales. Forman parte de etnias y culturas sociológicas diferentes. También el yiddish centroeuropeo de los descendientes de los kahzares es diferente del hebreo sefardita. En general las relaciones entre los askenazis y los pueblos huéspedes fueron habitualmente difíciles, con desconfianza mutua o poco pacíficas. Muchos de los revolucionarios y nihilistas o terroristas anti zaristas eran judíos.

Hay dos herejías del judaísmo no confesional o incluso ateo de origen askenazi, aunque más emparentadas por la cabeza de lo que se suele creer. El comunismo y el sionismo.  Ambas combaten a la Hispanidad y por desgracia, es preciso reconocer que hasta ahora van ganando.

El sionismo no se inspira en las ideas de las tradiciones del judaísmo, al menos el nuestro, el sefardita. El sionismo considera al judaísmo como una nacionalidad sui generis más que como una religión. Y a pesar de lo que cabría suponer de su financiación plutocrática por el gran capital está influenciado por el marxismo, tanto en las ideas comunistas más o menos actualizadas o woke, como en la socialdemocracia hasta ahora dominante.

La plutocracia judía mediante sus medios de comunicación o grupos de presión como al Liga Antidifamación impone una visión unilateral de la historia y califica de “antisemitas” a quienes critican alguna cuestión o no les bailan el agua.  Para colmo, como ya hemos explicado los kazaros no son semitas y los árabes en cambio sí.

Teodoro Herzl, uno de los pioneros del sionismo explicaba que ”la cuestión judía existe, no es una cuestión religiosa ni social, es una cuestión nacional.”  Como remedio proclama “la necesidad de un Estado judío independiente”. En África, América del Sur o la propia Palestina el caso era montar un Estado para judíos.

Paradójicamente, y desde cierto punto de vista, Hitler se convertiría en un gran favorecedor pragmático del sionismo. La historia más reciente del Estado de Israel es conocida.  Se trata de un Estado racista judío, sin igualdad ante la ley, con escasa separación de poderes que Netanyahu aún pretende disminuir más, que ocupa territorios ajenos, muy subvencionado por el gran capital porque de lo contrario resultaría inviable. Y que desde su fundación se ha convertido en un foco inacabable de conflictos, persecuciones, terrorismo de Estado y sufrimiento de la población civil palestina anteriormente residente. Y en el que los mismos sefarditas son relegados y del que algunos de los judíos tradicionalistas coherentes u ortodoxos reniegan.

Un obstáculo para la coexistencia pacífica en la región. Una influencia nefasta en la política exterior norteamericana. Una auténtica desgracia, las antípodas del papel de civilización de la Hispanidad. Nunca debería confundirse el judaísmo y menos el nuestro, el sefardita, con el sionismo.

A mi parecer, una de las muestras del actual declinar de la Hispanidad como inteligencia de la razón de ser en la Historia se encuentra en el unánime apoyo al Estado sionista de Israel, no ya de fantoches corruptos como Biden “no hace falta ser judío para ser sionista”, sino de nuestra clase política española y resto de alabanciosos próceres casi al completo. Sionismo e Hispanidad constituyen visiones antagónicas del sentido de la vida, de la civilización y de la humanidad.

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