Desde hace un tiempo, muchos cargos públicos y periodistas están tratando de demonizar a los hombres en general por los casos de violencia de género que están teniendo lugar en España de los que, por cierto, suelen ocultar el país de procedencia de los agresores.
Pero cuando se trata de violencia ejercida de la mujer hacia el hombre, estas noticias suelen silenciarse y apenas pasan de soslayo en algún medio de comunicación autonómico o local. Un ejemplo de ello es el caso ocurrido recientemente en Palma de Mallorca:
Esta semana ha sido detenida una mujer por presunto delito de «malos tratos en el ámbito familiar» al clavarle unas tijeras en los genitales al hombre que había sido su pareja.
Según publica el Diario de Mallorca, la víctima, un hombre, se encontraba tumbado en el sofá cuando, de repente, la mujer se le abalanzó y le clavó unas tijeras en sus testículos sin que a la víctima le diera tiempo a reaccionar, lo que le ocasionó serias lesiones en los genitales.
El hombre ya había sido víctima de continuos malos tratos, tanto físicos (puñetazos en la cara, arañazos, bofetadas, mordiscos…) como psicológicos (insultos, comentarios ofensivos, comentarios hirientes…) , por parte de esta mujer desde hacía tiempo, motivo por el cual dormía en una habitación cerrada con llave en el piso que aún compartían, por temor a ser atacado por su expareja por las noches.
En este mismo mes de julio se producía otro caso de lo más siniestro protagonizado por otra mujer, esta vez en Madrid:
La policía detenía a una mujer como presunta autora del homicidio de un hombre al que mató y posteriormente quemó para tratar de que no fuera identificado. La víctima, el hombre, era un marino mercante y la asesina, mujer, pretendía quedarse con su dinero.
La perversa criminal había extraído las piezas dentales y los dedos del varón para que no pudiera ser identificado. A pesar de ello, tras las dificultades encontradas por la policía para identificar a la víctima, gracias a los agentes de los equipos de científica y homicidios, se pudo averiguar la identidad del cuerpo de la víctima asesinada.
Tal como publica El Debate, la mujer se había ganado la confianza del marino mercante para que le entregara el dinero de las nóminas que ganaba cuando se encontraba faenando fuera de España para custodiarlo, pero ella se apropiaba de forma indebida del mismo. En uno de los encuentros que mantuvieron, se desplazaron a la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz donde la asesina tenía alquilado un local, en el que presumiblemente se produjo el asesinato. Posteriormente, con el vehículo que le prestó un amigo, la asesina trasladó el cuerpo de la víctima hasta un pinar donde procedió a quemarlo.
Según continua relatando El Debate, una vez puesta a disposición judicial, se decretó el ingreso en prisión para la asesina y, posteriormente, encontrándose en la cárcel, ésta fue acusada de otro homicidio. Menuda perla, la MUJER.
Estos son casos que han podido trascender, que han ocurrido estos días, y que hemos podido conocer, donde la persona que maltrata o que asesina es una mujer. No oirán ni una palabra de condena por parte de la mayoría de los líderes políticos ni, por supuesto, del Ninisterio de Igualdá, ni de la Delegada del gobierno contra la violencia de Género, Victoria Rosell, ni de la Secretaria de Igualdá, Ángela Rodríguez Pam. Ya nos imaginamos el porqué.
¡La violencia no tiene género!