miércoles, febrero 5, 2025
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Las elecciones de Bielorrusia y el empleado de Soros

Con motivo de la celebración de los comicios para la elección de presidente en la República de Bielorrusia, el Gobierno Español, por medio del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha emitido un comunicado oficial poniendo en duda la limpieza de estas elecciones y el resultado de la misma, interfiriendo en los asuntos internos de una nación independiente y soberana. 

Es pública y notoria la hipocresía de los gobiernos de la UE y especialmente la del gobierno de España, que estando inmerso en los más escandalosos casos de corrupción,  imputados por la Justicia diversos ministros del Gabinete, además de miembros del partido socialista y de familiares del Presidente de Gobierno, da lecciones de democracia a un pueblo soberano como es el bielorruso. 

Es inexplicable la falta de pudor de Pedro Sánchez, opinando  sobre la calidad democrática de Bielorrusia, cuando en España el deterioro de la democracia es tal que existe un sólo ministro (El tres en uno) para llevar las carteras de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, es decir, todo un símbolo de la destrucción del mito descartiano de la división de poderes. 

En la España de Sánchez, la Justicia y los jueces están acosados por el propio Gobierno para que no instruyan diligencias contra el partido y contra la familia del presidente. Como si se tratase de un sátrapa cualquiera, Sánchez cambia a su capricho las leyes penales, civiles y administrativas  para amoldarlas a su interés y al de sus socios de legislatura, buscando su auto amnistía e inmunidad ante los delitos que les imputan los juzgados.

El fariseísmo de Sánchez es tal, que mientras que de “boquilla” Sánchez se une al coro woke internacional de apoyo a Ucrania, España es uno de los mayores compradores de gas ruso de Europa. Las compras de España a Rusia de productos energéticos han crecido exponencialmente desde el inicio de la guerra en Ucrania. Mientras Pedro Sánchez critica en público a Rusia y a su aliado Bielorrusia, mientras cacarea como propias las sanciones que imponen los gobiernos occidentales a estas naciones,  las empresas españolas y europeas compran más caro petróleo ruso en Asía para bordear las presuntas sanciones de la Unión Europea a los productos energéticos de este gigante país euroasiático.  España paga miles de millones de euros a Rusia por la compra de energía, mientras sólo le dona a Ucrania material de guerra obsoleto, sirviendo como ejemplo de esta afirmación, la ridícula donación de 6 carros de combate Leopard 2A que se encontraban en los almacenes de un cuartel de Zaragoza para su desguace. Al mismo tiempo que esto sucedía, los barcos de gas licuado y de crudo ruso llegaban a los puertos españoles por un valor de cientos de millones de euros cada uno.

En ese comunicado oficial al que hemos hecho mención al comienzo de este trabajo, el Ministerio español de Asuntos Exteriores dudaba del resultado de las elecciones en Bielorrusia a causa de una presunta ausencia de oposición y de candidatos contrarios al actual Gobierno Bielorruso, sin percatarse que estaba mirando la paja en ojo ajeno, no viendo la viga en el suyo.

Sánchez no se atreve a llamar dictador al sanguinario Maduro, pero es capaz de dudar del resultado de la voluntad de la soberanía popular del pueblo bielorruso que se ha manifestado libremente en las urnas. 

Sánchez incumplió la prohibición de que la vicepresidenta del narcoestado venezolano Delcy Rodríguez pisara territorio de la Unión Europea, permitiendo que se apeara de un avión y entrará en territorio español con él único objeto de que descargara 40 maletas de contenido secreto, pero a la vez es capaz de dudar de la existencia de democracia en Bielorrusia. 

Acepta el golpe de estado de Nicolás Maduro y no reconoce oficialmente como presidente, al presidente electo de Venezuela Edmundo González, pero es capaz de criticar la elección de Lukaschenko como presidente por el pueblo bielorruso, en unas elecciones sin incidente alguno y en celebradas en un clima festivo. 

España tiene el único gobierno de Europa con ministros comunistas y Pedro Sánchez nunca ha denunciado las dictaduras de China, Corea del Norte, Nicaragua, Cuba y Venezuela. Pedro Sánchez es el único gobernante del mundo Occidental que canta la Internacional en público y con el puño cerrado, haciendo suyo el símbolo del odio y la amenaza socialista. Ha implantado la censura en medios periodísticos no afines a su persona y ahora lo quiere hacer también en las redes sociales, censurando y controlando los algoritmos de selección de temas utilizados por empresas privadas.  Sánchez utiliza presuntas empresas de “verificación”  y de Opinión Sincronizada con la Moncloa,  donde su veracidad  y solvencia son parte de la mentira. Esto quedo de manifiesto cuando uno de los dirigentes de estas “verificadoras” durante la jornada del 11-M de Madrid, dieran la noticia falsa que en los trenes dinamitados, se habían  inmolado terroristas musulmanes, con el cuerpo rasurado y con tres capas de calzoncillos, según le habían informado diversas fuentes policiales. No se encontraron ni calzoncillos de terroristas ni restos corporales afeitados, de los mismos. Desconocemos cuales fueron esas fuentes policiales. Nunca lo sabremos ni se podrá verificar.

El presidente del Gobierno de España quiere destruir por todos los medios a sus oponentes políticos utilizando el aparato del estado, a la vez que critica la no existencia de oposición en las elecciones a presidente de Bielorrusia y el presunto exilio de unos presuntos oponentes de los que nadie recuerda su nombre en Europa Occidental.

Cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores español critica el proceso electoral bielorruso, parece que se le ha olvidado al Sr. Sánchez que en las últimas elecciones celebradas en España en el año 2024, utilizó la artimaña de convocarlas en pleno mes de julio, intentando que las vacaciones de parte de la población y el calor echara para atrás a muchos votantes en zonas no fines al gobierno, buscando una menor  participación que le beneficiara. Todo muy democrático. 

Tampoco recordará como se averiaron, casualmente, los trenes que hacían el recorrido desde Valencia a Madrid llevando como pasajeros a más de 10.000 madrileños para votar  en esas elecciones de julio de 2024. A causa de esta avería, muchos no pudieron llegar a tiempo para ejercer su derecho a voto. Sánchez sabía que Madrid es un feudo antisocialista, y que de esos 10.000 viajeros, pocos le iban a votar. También tengamos en la memoria el caos de Correos, donde había colocado a dedo como presidente a un amigo íntimo de Sánchez, el cual se negó a contratar personal de refuerzo los días previos a las elecciones, y como consecuencia a esa «negligencia»,  hubo votos por correo que no se emitieron o que llegaron tarde a su destino. Es notorio lo sucedido con las quejas de los residentes en el extranjero con el voto emitido en los consulados, la ausencia de papeletas de todos los partidos en las oficinas diplomáticas españolas y su discutido  resultado a la hora del recuento.

El gobierno de Sánchez no tiene fuerza moral para criticar a una nación soberana en sus asuntos internos, como es Bielorrusia, porque los socios de gobierno de Sánchez son terroristas, comunistas woke, separatistas y enemigos de España. En España se da el caso único del mundo, que el Gobierno de una nación es enemigo de esa nación. En Bielorrusia sucede todo lo contrario,  el presidente es un patriota más, que ha sido elegido por su pueblo que desea que le guíe a la modernidad y que lleve la prosperidad a su patria, sin renunciar a su pasado, como base de un futuro en paz. 

Quién ha redactado la nota del Ministerio de Asuntos Exteriores español, desconoce lo que ha sucedido en Bielorrusia y en sus elecciones presidenciales. Los bielorrusos han votado libremente a favor de quienes se ha presentado, es decir, cinco candidatos. El que no quería votar, no ha votado; el que quería votar contra todos los candidatos, lo ha hecho. Nadie ha obligado al ciudadano a votar a favor o en contra de uno u otro candidato presidencial. Las jornadas electorales han sido celebradas en un ambiente de paz , en el que el pueblo y su gobierno han desmontado cualquier sospecha que Occidente tenga sobre ellos. Ambos, pueblo y gobierno,  aman a su nación y juntos han elaborado en conciencia, un cuerpo electoral que no estaba formado sólo por el censo de los bielorrusos existentes, sino que en ese plebiscito popular votaba toda la patria bielorrusa: los vivos, los muertos y los que están por nacer. Todos ellos tienen derecho a decidir sobre el futuro de su patria y de caminar juntos por la senda de la Historia. 

Esto nunca lo podrá entender el nihilista Gobierno Español con Pedro Sánchez a la cabeza. 

Los miembros del gobierno de España y el propio Sánchez, son peones de cuarta fila del siniestro Soros, adalid diabólico de un mundo caduco que se suicida y que arrastra consigo a todo el pueblo europeo occidental, el cual,  antes de la dictadura de la Comisión Europea que paga bajo cuerda a los ecologistas para destruir la agricultura y la ganadería europea, fue libre. En Bielorrusía hay autonomía alimentaría. En Europa nos llevan a la dependencia y esclavitud alimentaria para que los jerarcas y millonarios woke, como Gates, nos alimenten con insectos y con césped. 

Sánchez es un aprendiz de gallo en el gallinero de Bruselas donde la gallina clueca Von der Layen cuida de sus polluelos woke, mientras comen de las migajas de pan que los superiores de Soros y redactores de la Agenda 2030, les echan de comer. Esa Agenda esclavizadora de los pueblos de Europa, se ha convertido  en la mayor dictadura política y social de este siglo y en el experimento de ingeniería social más esquizofrénico y fanático que ha existido en esta centuria, que lleva directamente a Europa a su empobrecimiento y destrucción. 

España y Europa no están autorizadas para opinar sobre el resultado de las elecciones presidenciales de Bielorrusia, porque el cristal con el que miran este acontecimiento, esta obscurecido y translucido por el odio que rezuman los dirigentes de Bruselas, contra las patrias de Europa y las tradiciones de sus pueblos. Estos gobernantes traidores, nunca entenderán nada más que lo que este escrito en las órdenes que reciban del Mal, es decir, la instrucciones de suicidio colectivo que reciban de la ONU, de la OMS y del Mundialismo. 

Ajenos a la falacia globalista, en Bielorrusia parece que no hay cambio climático, aun estando en el mismo continente que la UE, siguen existiendo las estaciones del año, Primavera, Verano, Otoño e Invierno. Allí las fábricas producen y dan trabajo a sus ciudadanos con sus chimeneas humeantes. Existe la energía nuclear y van a construir más centrales para tener independencia energética y ser competitivos con la fabricación de productos manufacturados con electricidad barata. Son conscientes de que el mito de la descarbonización es una ilusión de histéricos wokistas. Saben que difícilmente la UE puede salvar al mundo de su destrucción apocalíptica causada por la mano del hombre, sobre todo mientras sus líderes incoherentes sigan volando, carbonizando los cielos, con aviones privados para llegar cómodos y rápido a conferencias mundiales sobre el clima. La gente en Bielorrusia se sorprende de que la UE no conoce su verdadero tamaño e importancia en el mundo actual. Europa es solamente es un 9% del Mundo, y el 91% restante sigue quemando carbón y petróleo para obtener energía barata y abundante que dé prosperidad y calor a sus pueblos, y al 91% del mundo, le importa un bledo el fanatismo climático, descarbonizador y  destructor de la economía del otro 9% del planeta que representa Bruselas.

Hoy nadie se acuerda de las opiniones vertidas en la prensa de España sobre el proceso electoral bielorruso, pero  en la rueda de prensa internacional que se celebró en Minsk el 25 de enero de 2025, protagonizada por el Jefe de la Comisión Central de las Elecciones, Igor Karpenko,  no había ni un sólo periodista español. Sí había alguno de ellos en Bielorrusia, no estaban en esa gran sala donde se celebró la rueda de prensa. Ninguno se presentó  para realizar preguntas al responsable del proceso electoral bielorruso, pero aun así, aparecieron  artículos de prensa, en España, sobre el evento.  En ese acto, todos los periodistas y observadores internacionales, que libremente plantearan cuestiones referentes al proceso electoral, recibieron  cumplida respuesta del Sr. Karpenko. 

En la prensa europea a la cual he tenido acceso, y particularmente en la española, se ocultó, tal vez por desconocimiento, que en los colegios electorales, en la calle y en los centros de control del recuento electoral,  había decenas de observadores internacionales independientes, entre los que destacaba una amplia representación observadores de las naciones europeas. Una gran parte de ellos eran profesores universitarios, eurodiputados y diputados de los parlamentos nacionales y regionales de la Unión Europea, que actuaron como testigos  independientes y desinteresados,  invitados por el Gobierno Bielorruso. Se completó el grupo de observadores, con nacionales de países de  Asía, África y América, que sin traba alguna, pudieron comprobar cómo la prensa internacional abría platós televisivos y radiofónicos sin problemas de censura, entrevistaban por la calle a la gente sobre las elecciones y constataban que el ciudadano bielorruso era libre para ir por la calle, para votar, para llenar los restaurantes en modo festivo y para acudir a las iglesias (especialmente llenas  las católicas) repletas de fieles jóvenes y entusiastas de preservar sus tradiciones y rezar.

Los días de las votaciones, 25 y 26 de enero, la gente estaba feliz porque otros europeos y gente del mundo entero, como observadores internacionales de sus elecciones a presidente, podían verificar que lo que se dice fuera de Bielorrusia no obedece a la verdad. Lo demostraron con un espectáculo musical muy hermoso en el Gran Hall del Palacio de la República de Minsk, sito en la bonita Plaza de Octubre, donde mostraron a los presentes su historia y sus anhelos como pueblo. Los bielorrusos recibieron a los extranjeros, con una sonrisa de agradecimiento y con una hospitalidad envidiable. 

Mientras se votaba en los colegios electorales de Bielorrusia, se veía como los centros comerciales estaban repletos de productos y de marcas internacionales, entre ellas las de moda española, y la abundancia era la tónica general en los supermercados y comercios. Los centros deportivos y de ocio eran numerosos en una ciudad moderna, como es la capital Bielorrusa. Las familias llegaban en sus vehículos particulares para votar y en cada colegio electoral se celebraba una pequeña fiesta protagonizada por niños, con exhibición de los productos de Bielorrusia, especialmente de alimentación.

Los otros candidatos a la presidencia y los ministros del gobierno bielorruso, posaban en el momento de la votación, ante sus admiradores y ante los observadores internacionales, y paseaban como un ciudadano más por las calles, se mezclaban con la gente y respondían a cualquier pregunta que les formulaban. No iban con guardaespaldas ni con coches blindados. No tienen miedo a su pueblo, porque están para servirle, no para servirse de él. Los funcionarios del Estado también se volcaron con el proceso electoral.

El presidente de Bielorrusia acudió a votar sin francotiradores en las azoteas (a diferencia de Pedro Sánchez), estrechó la mano de la gente que aplaudía su presencia y no organizaron perímetro de seguridad de 200 metros. No llevaba cientos de policías para protegerle, no se acordonó la zona por seguridad de su persona, ni el presidente tuvo que salir corriendo para emular al muy democrático y neroniano «Manso de Paiporta». Solamente los tiranos tienen miedo a su pueblo y huyen cobardemente ante las protestas de este.

Terminando este texto, sigo sin entender como un gobierno como el español, cuyos miembros no pueden salir a la calle por miedo a sus gobernados, ha sido capaz de criticar el resultado de la decisión soberana del pueblo bielorruso, y poner en duda el proceso electoral de esta república europea, ocultando la realidad de ese proceso electoral a los españoles.

Posiblemente a la prensa nacional y al Gobierno de España, la verdad ni les interese. Un lugar donde la mujer del presidente hace negocios desde el palacio presidencial y que está imputada en los tribunales por corrupción en los negocios; un lugar en el hermano del presidente del gobierno está imputado por diversos tipos de corrupción, un lugar en el que la opinión pública ignora hasta cual es la fecha de nacimiento cierta, de las dos que obran insertas en los varios currículos conocidos del presidente del gobierno y que permite que aun hoy, este individuo siga como presidente existiendo muy serías dudas sobre la autoría de su doctorado, es evidente que nunca se cuestionará si la nota de prensa emanada del Ministerio de Asuntos Exteriores sobre las elecciones a presidente en Bielorrusia, es cierta o no, o si ésta se ha emitido al dictado de los Maestros Supremos de esta Logia que acabará con 2.000 años de Historia de una civilización.

Todo forma parte de una fábula grotesca que representa la tragedia de España a la que sus hijos espurios la están dejando morir. Una Europa sin rumbo, con una España a la deriva, contrastan con otras naciones que como Argentina y EEUU han sabido encontrar recientemente su camino en la Historia, 

Y después de lo escrito ¿Aun dudáis del proceso electoral en Bielorrusia? 

 

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2 COMENTARIOS

  1. Sánchez solo cumple órdenes de sus satánicos amos. Él no está ahí por nuestros votos sino por el arte de birli birloque de Pucherazos Soros Indra. Si no lo cree vaya al acto público del próximo escrutinio general de su provincia (cinco días después de las elecciones) y verá como allí no se suman los votos de todas las actas como ordena la ley electoral (sí, los líderes de todos los partidos parlamentarios están en este luciferino ajo)

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