El corazón de las penumbras

Por Alfonso de la Vega

Uno de los enigmas más interesantes del momento en lo que se refiere a España es averiguar hasta qué punto el doctor falsario mantiene el apoyo de los grandes poderes fácticos globalitarios o bien si estaría dando sus últimos coletazos como los peces fuera del agua, ya caído en desgracia de sus amos. Es decir, si su presente desafío contra Trump es producto de un soroche o mal de altura debido a su encumbrado narcisismo o bien aún se siente respaldado por lo más siniestro y degradado del deep state nacional e internacional.

No son ya los tiempos de arúspices y de destripar gallinas para alumbrar los presagios o arcanos del futuro sino que conviene observar otros signos indicadores como el comportamiento de la Bolsa hoy en manos de cuatro grupos oligopolísticos o ciertos comentarios de la prensa globalista apesebrada. La Bolsa titubea como los venados en una montería bebiendo los vientos de por dónde van a ir los tiros. Aquí, el jaque a Telefónica no ayuda a crear tranquilidad al inversor común ni a “crear valor para el accionista” como dicen los comentaristas afines.

Pero Trump ha tomado posesión rodeado de la flor y nata de la oligarquía anglojudía, la mayoría de la cual le atacaba sin piedad hace solo pocas semanas. De modo que al menos parece que, si acaso pudiera haber labor de zapa o de zancadillas escondidas, no así un enfrentamiento público.  Haya habido o no pacto, Trump tampoco debería fiarse y desatender los futuros idus de marzo. Salvo que lo suyo simplemente sea una tregua, una forma de des aflojar el dogal demasiado apretado sobre el público al que tanto deben esos enriquecidos artistas. Al cabo, la democracia desnaturalizada y arruinada por la demagogia se ha transformado en tiranía política al servicio de la plutocracia.

Parte de la farsa o bien simple estupidez, las amenazas contra Trump del gran timonel de la Moncloa o las anteriores en Israel amonestando a Netanyahu quien le miraba perplejo ¿de dónde habrá salido este audaz panoli que no sabe con quién está hablando?, resultan como poco imprudentes. Y me han recordado otra vez un famoso texto profético de Joseph Conrad titulado El corazón de las tinieblas.

Un libro en el que se basa la trama psicológica de la película Apocalipsis Now de Coppola.  Y también, en cierta forma, El corazón del bosque de Gutiérrez Aragón. Esta última sobre el maquis de la posguerra española. En la novela de Conrad, el protagonista, Marlow, ha de encontrar al desquiciado y embrutecido Kurr y devolverlo a la civilización, pero éste muere durante el regreso. En las dos adaptaciones cinematográficas citadas, el capitán americano recibe órdenes de eliminar al antes prestigioso coronel Kurr refugiado en Camboya e igualmente el Partido comunista decide lo mismo con su descontrolado maquis en España. Se trataría de gentes tan desquiciadas, tan poco fiables ya, que irían por libre y no sirven a los amos, ya no son útiles para el plan.  Se hace preciso eliminarlos antes de de que provoquen algún desastre descontrolado o fuera del plan o contrato inicial.

Este pudiera ser el caso del falsario presidente del gobierno que ensimismado y ensoberbecido continúa andando aunque su linde se haya acabado. O no. Pero Sánchez muestra ser poco prudente al ponerse en situación de sufrir en carne propia las delicias del pensamiento único que él mismo está estableciendo en su dictadura española. Prócer de lecturas muy limitadas, entre maquinación y maquinación no debe tener tiempo ni para leer las notas que le pasan sus miles de asesores, becarios, legos y mandarines y resto de onerosa tropa. Si se me permite una sugerencia, haría bien en recordar un caso de memoria histórica: la suerte de su predecesor Suárez se torció fatalmente para él, con golpe del sistema incluido, cuando le dio por enredar con el estrecho de Ormuz y a favor de la causa palestina. Tampoco ayuda demasiado la constancia de sus amistades peligrosas como la tenebrosa narcodictadura de Maduro o la comisionista jefa de la UE. 

Pudiera ser que acostumbrado a salir victorioso e impune de cuanta fechoría aborda, al falsario se le hubiera subido el cargo a la cabeza. Como la decadente diva Norma Desmond (Gloria Swanson) en El Crepúsculo de los dioses el caso es bajar la escalera de la esquiva fama entre flashes, bien sea por algo heroico o por perpetrar un crimen o fechoría. Olvida acaso su condición subalterna de mero títere como no la más adecuada para llevar la contraria al amo titiritero. O el que no todos sus opositores son tan febles e inútiles como los actuales monárquicos filipinos o el PP de Feijoo, hoy desubicado víctima de su propio desconcierto. Ni que tampoco se puede obviar la servidumbre y reconocimiento al Padrino sin que tal actitud acabe teniendo consecuencias indeseables. Comerse el peón sanchista antes que al final del tablero se convierta en una más peligrosa reina puede ser simple distracción de partidas simultáneas para Trump. 

De modo que si Sánchez pretendía ser un heroico coronel Kurr, puede que ya se hayan dado o se vayan a dar órdenes de amortizar a un tipo tan engreído y soberbio que se habría convertido en un peligroso verso suelto. Un tipo al que cierto famoso caballo volador llamado Pegaso antecedente del falcón acaso le pueda estrellar antes de rescatar a su amada «Andrómeda». Pero una cosa es comerse un peón enemigo y ganar posiciones en el tablero de ajedrez y otra distinta tirarlo junto con la mesa de juego.