El panadero de Colorado, Jack Phillips, ha estado inmerso en una prolongada batalla legal que ha durado más de una década debido a su firmeza en defender sus convicciones cristianas. Su caso cobró notoriedad en 2018 cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos falló a su favor en una decisión de 7-2, determinando que la Comisión de Derechos Civiles de Colorado había actuado de manera hostil e inconstitucional hacia Phillips y su negocio, Masterpiece Cakeshop. Esto ocurrió después de que Phillips se negara a crear un pastel para una pareja del mismo sexo, argumentando que sus creencias religiosas le impedían respaldar el matrimonio entre personas del mismo género.
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Sin embargo, la victoria no marcó el fin de los desafíos legales para Phillips. Posteriormente, un abogado transgénero le pidió que horneara un pastel para celebrar su transición de hombre a mujer, a lo que Phillips también se negó, lo que resultó en otro proceso judicial. A pesar de este nuevo conflicto, la Corte Suprema de Colorado desestimó el caso en octubre de 2023, basándose en motivos de procedimiento, lo que representó un revés para los demandantes.
Phillips ha señalado que estas prolongadas batallas legales han fortalecido su fe y han unido más a su familia. Según declaraciones a Fox Digital, Phillips comentó que esta experiencia le ha enseñado que «Dios provee», especialmente durante los tiempos difíciles, cuando su negocio se ha visto afectado por no crear los pasteles que se negaba a realizar.
Este caso pone de relieve una de las tensiones fundamentales en el sistema legal y político estadounidense. Phillips ha pasado años defendiendo el principio de que, según la Constitución, nadie debería ser obligado a actuar en contra de sus creencias religiosas, lo que ha resonado entre muchos que valoran la libertad religiosa como uno de los pilares fundamentales de los Estados Unidos.
En un momento en que las creencias cristianas a menudo son objeto de crítica o ataque en ciertos sectores de la sociedad, Phillips sigue siendo un ejemplo de resistencia para aquellos que creen en la importancia de proteger los derechos individuales.
Un héroe.
Vendo mis productos a quien me da la gana, no hay monopolio y el cliente puede ir a cualquier otro sitio. Pero aquello es USA, los querellantes sabrían de qué pie cojeaba éste y litigaron para ver si podían trincar una suculenta paguita por una sentencia favorable.
Pues si por qué si los trans quieren un pastel o los gays pues que se hagan pasteleros y se lo hagan estos mismos.Desde nuestro punto de vista el panadero es libre de escoger a sus clientes,pero mejor dedicarse a la pastelería que a la prostitución.Tampoco es bueno llevarlo todo a los extremos,todos somos personas.La única diferencia entre unos homosexuales y otros es que los del lgtbi son pedofilos,cuando veáis su bandera huid.El resto son personas como tú o yo.
Hay homosexuales cristianos,entendemos al hombre perfectamente,las bodas solo pueden ser entre un hombre y una mujer el matrimonio es un concepto cristiano,lo demás pueden ser uniones de hecho.
Por el simple hecho de ser heterosexual,no hay una regla de tres que garantize ser buena persona,los matrimonios de hoy en día son muy violentos,y hay mucha prostitución.
Lo de los trans es culpa de los heterosexuales,que permiten que en los colegios a los niños se les lave el cerebro con escuelas de sexualidad que son pura corrupción,o que les inyecten venenos experimentales.
Si también hay que defender la heterosexualidad y todo eso …la solución no es negar los alimentos.Y dividir a la gente por su condición sexual,sabiendo que unos son mallorias y otros minorías es discriminatorio y abusivo,pues muchos se hacen jueces sin serlo.
Nosotros nos ponemos a la agenda 2030 al partido demócrata,a los jazaros sionistas,a las redes de trafico de seres humanos que parece que otros no ven…y no estamos dispuestos a soportar ningún apartheid ni que nos metan en campos de concentración,donde eliminen a todo aquel que no encaje con ese supuesto ideal heterosexual,personalmente no nos gustan la transexualidad.