En el mismo instante en que Sánchez (farsante confirmado) salió en la tele, a anunciar aquella gran farsa que puede resumirse en un bicho que nadie vio, unas máscaras que solo sirvieron para enriquecer a unos pocos pícaros y un remedio que causó mucho más daño que el catarro que pretendió evitar, tomé tres decisiones, para mí trascendentales:
La primera fue apagar la tele. Cinco años después aún no la he enchufado, ni creo que lo haga ya pues, cuando la veo activada en alguna casa ajena, me entran ganas de decirle a mi anfitrión que la desactive. Sus colores y tertulianos chillones me irritan (Digamos que me he vuelto más sensible).
La segunda fue explicarle a mi hijo lo que estaba pasando y lo que iba a pasar. No me equivoqué en nada (y mira que me hubiera gustado) salvo en una cosa: No creí, y aún me cuesta, aceptar que haya tanto ceporro. Si no admites que has sido engañado ¿Cómo vas a salir del engaño?
La tercera fue tomar, como prioridad, el asunto de desengañar a mis semejantes, hermanos, prójimos… Por su bien pero también por el mío pues si, por ejemplo, los corruptos consiguen, engañando a la «opinión pública», el poder de inocularnos lo que quieran cuando quieran, bien podemos darnos todos por lisiados, o por muertos.
Al principio hice algunos videos que colgué en Facebook y Youtube, que fueron vistos por centenares de miles de personas, antes de que una y otra plataforma los borraran. Viendo entonces que la mayoría de los “periodistas de verdad” optaban por la mentira, empecé a colaborar en alguno de los pocos periódicos que no practican la censura, en los que he publicado más de trescientos artículos, a los que se puede acceder libremente.
En suma, he intentado demostrar, a mis compañeros “de abajo” que precisen demostración, que se puede vivir sin creer y sin temer a los “de arriba”, utilizando también la música ¿Por qué no? Al fin y al cabo, lo que más suele molestar a los “malos” es que te lo pases bien.
“Despertar”, la canción que ahora presento, es la octava que, los «Irrégular», hemos grabado en estudio; y la décima que hemos publicado en nuestro canal de un Youtube que prometió menos censura… Veremos si cumple.
Se benevolente, amigo melómano, ten en cuenta que también nos metimos en esto, al comprobar que la mayoría de los “músicos de verdad” optaron por callar.
Si te gusta leer artículos como éste y quieres apoyarme, para que pueda seguir escribiendo en libertad, compra mi nuevo libro AQUÍ.

