Por Alfonso de la Vega
En este mundo alucinado, donde ya nada parece poder asombrarnos sin embargo surgen nuevas joyas que parece imposible se hayan podido originar. Así por ejemplo el reciente sermón europeo del consorte de la consorte, perpetrado no en español sino en la lengua de los piratas. Que traducido a la lengua de Cervantes que debiera ser la suya por supuestamente representar a quien dice representar, resulta que el presunto soberano que aparenta renegar de la soberanía dice así:
“Ahora quisiera dirigirme a las voces que intentan explotar esta incertidumbre para cuestionar aún más la integración de la unión europea. Voces que resuenan en toda Europa y que todos debemos desafiar, que debemos confrontarlas. Voces peligrosas y equivocadas que argumentan que los europeos serán más libres, independientes y soberanos si viven en comunidades políticas separadas y trabajan solos para abordar los desafíos globales. Nada más lejos de la realidad. Les digo sin la menor duda: Europa sólo será poderosa si se mantiene unida. Europa necesita desarrollar su poder duro y debemos hacerlo juntos. No puede haber seguridad sin una visión global. Sin una estrategia compartida, sin una determinación común.”
Desde luego que hay que felicitar al soberano dimisionario por juntar tantos disparates en tan poco espacio. Tantos, que no se sabe por dónde empezar.
Don Felipe se supone que es el rey de España, una nación soberana, incluso con cierto abuso de lenguaje él mismo recibe el nombre de “el soberano”, que malamente se mantiene unida a la espera de la pepitoria final pero se permite dar lecciones de unidad. Desde luego que no es el rey de Europa que, por cierto sería ya lo única desgracia que le faltase al hoy devastado continente. Por si acaso lo recordamos aunque como presume de exquisito rey constitucional debiera saberlo: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.”
No dice nada de soberanía de la UE, la OTAN, la ONU, la OMS o ningún otro tinglado parecido.
Sin embargo, el artículo 56 de la esa misma constitución explica que “El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.”
De modo que no comprendemos dónde queda esa neutralidad para «arbitrar y moderar» cuando toma partido descarado y para mayor INRI, en el liberticida y anti democrático bando enemigo que pretende eliminar la soberanía de la nación española. En su calamitoso reino la mayoría de los patriotas que quedan son soberanistas, de modo que se dispone a combatir a quienes defienden la soberanía de la nación española y por imperativo constitucional actual su propia figura. Desengáñese Su Majestad: no cabe un rey de España sin España sea o no reino.
Puede entenderse en abstracto. En Álgebra se estudia que existen sistemas de ecuaciones con cierto número de variables independientes, es decir “soberanas”. Si un sistema de ecuaciones tiene más ecuaciones que variables, generalmente no tendrá solución, a menos que algunas ecuaciones sean linealmente dependientes. Cuando hay más ecuaciones que variables, significa que se está tratando de imponer más restricciones de las que las variables independientes pueden satisfacer. Ser linealmente dependiente es hacer lo mismo y carecer de soberanía real. Por ejemplo, la OTAN viene a España y obliga a subir el presupuesto de la llamada defensa, si no hay soberanía se acata y se cumple la orden. Aparte del ámbito internacional esto también vale para las taifas españolas que requieren las pomposamente llamadas conferencias de presidentes para cohechar la oportuna combinación lineal dependiente que no haga gripar al sistema por muy resilente que se venda.
Lo del “poder duro” en labios de un personaje como él se presta a toda clase de chascarrillos, chistes verdes o poco piadosos. Mejor no meneallo.
Lo de la estrategia compartida, según, cómo y con quién. Ábalos, Koldo y Cerdán son ejemplos actuales de estrategia compartida con el jefe de gobierno de Su Majestad amén de aguda visión global para detectar oportunidades de mejor desarrollo del proyecto. Otro reciente motivo de orgullo y satisfacción globalista: la rendición ante Gibraltar ofrece grandes sinergias de estrategia compartida y visión global a narcotraficantes, pederastas y delincuentes en general, lo que sin duda redundará en grandes oportunidades de negocio.
La verdad es que lo de don Felipe resulta incomprensible desde la perspectiva patriótica española. E insostenible con o sin cambio climático. Querer desprenderse de las responsabilidades de la soberanía, renunciar a los tratos de reinar, sin dejar de disfrutar para sí y para su familia los privilegios del cargo no resulta ni ético ni estético. Varios de sus preceptores educativos solían comentar sottovoce que era indolente e inepto. Pudiera ser. Pero al menos debiera hacer el esfuerzo de rodearse por asesores con algo de inteligencia y patriotismo, que intentaran ahorrarle tanto ridículo personal e institucional. Ahora bien, la posible explicación racional de su novísimo discurso o su desempeño es que intente halagar y complacer a los amos globalistas sobre toda otra consideración aún en perjuicio de España. Claro que entonces también su figura como rey estaría vista para sentencia.
O quizás no, Sun Tzu sostenía que «el éxito en la guerra sigue el camino del engaño«. Pero, ¿a quién engaña ya don Felipe?