En un intento por manejar la narrativa y proteger su imagen pública, Abu Mohammed al-Jolani, líder del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), habría ordenado a sus militares que dejen de grabar las masacres violentas que se están cometiendo en Siria, según ha informado el periodista Rubén Pulido en un post en publicado en su cuenta de X.
Al-Jolani ordena a sus combatientes que dejen de grabar las masacres violentas, en un claro intento por controlar la narrativa y proteger su imagen pública. Ante los crecientes testimonios de atrocidades y limpieza étnica en las costas de Siria, teme que más pruebas en video… pic.twitter.com/Rq2zbDzxeH
— Rubén Pulido (@rubnpulido) March 9, 2025
Esta decisión llega en medio de un creciente número de testimonios sobre atrocidades y limpieza étnica en las regiones costeras del país, donde se teme que más pruebas en video expongan la brutalidad de las fuerzas de al-Jolani y erosionen el apoyo que aún mantiene.
HTS, bajo el mando de al-Jolani, emergió como la fuerza dominante en la oposición siria tras liderar la ofensiva que capturó Damasco en 2024, derrocando a Assad después de más de una década de guerra civil. Sin embargo, la transición hacia un gobierno estable ha sido turbulenta.
Las acusaciones de limpieza étnica en las áreas costeras de Siria, donde predominan comunidades alauíes y otras minorías, han generado preocupación internacional. Testimonios y reportes sugieren que las fuerzas de al-Jolani están empleando tácticas brutales para consolidar su control, desplazando a comunidades enteras y cometiendo actos de violencia sistemática. Estos hechos han sido denunciados como parte de un esfuerzo por establecer un dominio islamista en las regiones estratégicas del país, lo que ha intensificado las tensiones entre diferentes grupos étnicos y religiosos.
La decisión de al-Jolani de prohibir las grabaciones de estas acciones parece ser una respuesta directa a la creciente presión internacional y a la posibilidad de que las imágenes de las masacres comprometan aún más su posición. Aunque HTS ha intentado presentarse como una fuerza política más moderada desde que al-Jolani rompió vínculos con Al Qaeda alrededor de 2016, su historial como antiguo líder del Frente al-Nusra y su designación como organización terrorista por la ONU, Estados Unidos y Reino Unido (con una recompensa de 10 millones de dólares por su captura) mantienen las sospechas sobre sus intenciones.
La orden de al-Jolani no solo refleja un intento de controlar la narrativa, sino también el temor a perder el frágil apoyo interno e internacional que HTS ha logrado acumular tras la caída de Assad. Sin embargo, las respuestas en las redes sociales al post de Pulido, incluyendo indignación y críticas hacia las acciones de al-Jolani, muestran que la percepción pública sigue siendo profundamente negativa. Comentarios en X describen al líder como un «demonio» y exigen justicia por las víctimas, mientras algunos usuarios critican la aparente hipocresía de permitir las masacres pero prohibir su registro.