Los datos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) sobre su previsión para España son un recurso recurrente para que los de Sánchez construyan sus discursos. En sus proyecciones más recientes, la OCDE estima que España crecerá un 2,1% en 2025. Esta estimación está siendo utilizada por ministros como Mª Jesús Montero como herramienta para destacar logros, justificar políticas o prometer un futuro próspero. Sin embargo, cuando se confrontan estas narrativas con la realidad tangible de indicadores clave como el paro y la deuda pública, la brecha entre el discurso político y los hechos se hace evidente.
Este lunes el Banco de España ha publicado los últimos datos de deuda de las Administraciones públicas a cierre de enero de 2025 y revelan que la deuda pública ha alcanzado los 1,630 billones de euros, es decir, Mil seiscientos treinta miles de millones de euros, un incremento del 2,8% respecto al mes anterior. Esta cifra supone el segundo registro más alto de la serie histórica, solo por detrás del máximo de 1,636 billones anotado en septiembre de 2024. En términos interanuales, el endeudamiento ha crecido en más de 57.000 millones de euros, un 3,7% más que en enero de 2024.
El Gobierno, liderado por Sánchez, suele destacar que la ratio deuda/PIB está en una trayectoria descendente gracias al crecimiento económico, que la OCDE estima en un 2,1% para 2025, por encima de países como Alemania o Francia. Sin embargo, el volumen absoluto de la deuda sigue disparándose, impulsado por un gasto público sostenido que incluye transferencias a la Seguridad Social para cubrir su déficit y emisiones del Tesoro Público para financiar las necesidades del Estado. Esta realidad choca con los compromisos de consolidación fiscal enviados a Bruselas y pone en cuestión la sostenibilidad de las finanzas públicas.
Desglose de datos en los distintos niveles de la Administración:
- El saldo de la deuda del Estado se elevó a 1,482 billones de euros, con un incremento interanual del 4 %, mientras que para las Otras Unidades de la Administración Central el saldo fue de 36 mil millones de euros.
- El saldo de deuda de las Administraciones de Seguridad Social se situó en 126 mil millones de euros, un 8,6% más que el año anterior.
- Con respecto a las administraciones territoriales, la deuda de las Comunidades Autónomas creció hasta los 335 mil millones de euros en enero de 2025, con una variación interanual del 3,4%, mientras que la deuda de las Corporaciones Locales se situó en 22 mil millones de euros en este mes.
- En relación a la consolidación en el conjunto de las Administraciones Públicas -es decir, la deuda en poder de los diferentes subsectores que componen dicho sector- esta aumentó un 8% con respecto al año anterior, hasta los 373 mil millones de euros.
La realidad del paro
En cuanto al empleo, el discurso sanchista también tiende a desviarse de la realidad. El Gobierno celebra haber alcanzado un récord histórico de afiliación a la Seguridad Social, con más de 21 millones de ocupados, y presume de una reducción del paro que, según ellos, refleja una recuperación sólida tras la pandemia. La OCDE, por su parte, advierte sobre la persistencia de una tasa de desempleo elevada, que ronda el 11%, muy por encima de la media (4,9%). Pero de esto no dicen ni pío.
Los datos del INE y del Ministerio de Trabajo muestran que, a pesar de esta mejora, más de 2,5 millones de personas permanecen desempleadas en el primer trimestre de 2025. Además, la precariedad laboral sigue siendo un lastre estructural: los contratos temporales y los salarios bajos predominan, especialmente entre los jóvenes, cuya tasa de paro supera el 25%. Este panorama pone en entredicho la calidad del empleo creado, un aspecto que los ministros suelen eludir al centrarse en cifras absolutas de afiliación.
Tanto la deuda pública como el paro evidencian una desconexión entre lo que los miembros del gobierno presumen y la situación real del país. Mientras usan las proyecciones de la OCDE para vendernos una imagen de éxito económico, los datos del Banco de España muestran la cruda realidad. La deuda, con sus 1,630 billones de euros, y los más de 2,5 millones de desempleados son realidades que no se resuelven con titulares optimistas.