Falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud.
Es posible que últimamente hayan sentido algo parecido al estrés, ansiedad, depresión o menor calidad de vida, estos son síntomas de la incertidumbre, esto es posible que se deba a los tiempos en los que nos encontramos, estamos en un punto de influencia que no había sucedido en cientos, quizás miles de años, nos encontramos ante el fin de una era de sometimiento, dolor y castigo y el inicio de algo nuevo, más justo.
Llevamos muchos años hablando de centro de gravedad, de pertenencia, de un propósito mayor y escuchar los ecos de los tambores de Tiamat nos tiemblan las piernas, hemos trabajado, estudiado sobre el Alma, el Espíritu, la consciencia, pues ahora, no podemos permitirnos el lujo de dudar, de ser débiles, ahora es el llamado de la consciencia, ahora debemos sacar lo mejor de nosotros, no podemos rendirnos, pues la Humanidad nos necesita, Gea nos necesita y nosotros nos necesitamos. “sí estamos aquí y ahora, es porque podemos soportarlo”.
Esto no son solo palabras de aliento, es el llamado, es nuestra responsabilidad como individuos, escuchar la voz de nuestro Ser, por ti, por él, por nosotros, que resuenen en nosotros las certezas de un mundo mejor, más justo, que resuene la seguridad de aquel que sabe que puede dar algo bueno para el otro, confiemos en nuestro hermano, en nuestra fortaleza y determinación.
Estar en los límites de un cambio como este, nos puede crear incertidumbre, pero somos muchos, los suficientes como para si unimos nuestras manos, nuestras Almas, nuestros corazones podremos transcender. Agarrémonos a nuestro centro predominante, utilicemos nuestra mente, nuestra voluntad y nuestro Amor para calmar nuestra incertidumbre y equilibrarnos, porque el futuro existe y ya pasó.
La cuenta atrás ya comenzó y los tiempos en los que estamos se aceleran a pasos agigantados, es preciso que accionemos, salirnos de una vez del ego y posicionarnos en la acción consciente de nuestro Ser, sin criticar, opinar discutir o protestar, todo eso que solemos hacer pensando que accionamos, porque accionar es ejecutar con inteligencia un mandato interior de nuestro Ser, es fijarse un norte y mantenerlo, es no doblegarse ante el primer obstáculo que se nos presenta o presión que se nos imponga, es manifestar pertenencia proyectar el espíritu, con consciencia y consideración.
Nos regrabaron runas para mantener la inacción de la inseguridad original, nos arrebataron el alma con miles de artilugios para que sólo unos pocos accionen y así mantenernos oprimidos y dormidos. Decidamos accionar y pagar el costo que el sistema se cobrará por atrevernos a accionar pues el norte está fijado, la pertenencia grabada, la seguridad y certeza firmada con el fuego del Dragón, así que nada hay que temer, pues vamos por el camino correcto, el camino del que sabe que la acción ejecutada es la correcta para regresar a casa.
“La purga aún no ha concluido pues el empacho y la pesadez persiste. Entiendan. No es sostenible y menos si se añade la incertidumbre del camino como una tragedia lamentable y no como el momento glorioso que deben hacer de él. Lo que no se digiere se vomita para restablecerse, reconstituirse y fortalecerse. Siempre es una elección sostenida. No sostengan lo que daña. Liberen sus manos para lo que necesitan y al contacto con el objeto mágico sabrán qué hacer, recordarán los movimientos que fluyeron con gracia, suaves y rápidos, audaces y comedidos, será la espada iluminada en sus manos. Todo es Espíritu y Verdad que les guía en la oscuridad”
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