viernes, noviembre 22, 2024
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Acuerdos y desacuerdos

Por Alfonso de la Vega

«La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo. Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular. Proteger a todos los españoles y pueblos de España—» (Constitución española, Preámbulo)

Esta semana pasada se ha conocido el nuevo contubernio entre los dos partidos dinásticos para repartirse los jueces. El pacto contra natura desde el punto de vista de la auténtica separación de poderes propia de una democracia verdadera ha sido patrocinado y apadrinado por la degenerada UE de una presunta, investigada por corrupción, musa inspiradora común de ambas formaciones socialistas y populares. A falta de una cámara o micrófono para ver cómo se ha desarrollado el detalle de la negociación, cabe colegir que no parecería haya sido muy diferente de la famosa reunión de mafiosos y gángsters de El Padrino.

Un importante mafioso arbitra y modera a las instituciones para lo que reúne a las dos principales famiglias enfrentadas que se disputan el sustancioso y floreciente mercado de la delincuencia neoyorkina para que se pongan de acuerdo y no hagan peligrar el botín común. El jefe de los Tattaglia exige a don Vito, jefe de los Corleone, que comparta con ellos políticos, policías, periodistas y jueces. A lo que don Vito termina accediendo con la condición sine qua non de que a sus familiares directos no le pase nada bajo ningún concepto ni jurisdicción.

Todo esto está muy bien, EEUU siempre marca tendencia mundial en cuanto a hipocresía y corrupción se refiere, pero me llena de orgullo y satisfacción observar que en el Reino de España bajo el feliz reinado de don Felipe se están superando con creces tales mañas mafiosas. No sólo controlar a políticos, policías, periodistas y jueces mérito que han podido lograr los mafiosos y gángsters sino algo más difícil todavía, un hito inédito en todo el mundo, que sean los propios mafiosos y delincuentes quienes redacten el Código Penal a su conveniencia y granjería bajo la filantrópica firma constitucional de Su Majestad en cuyo nombre se administra la Justicia para institucionalizar este insólito avance de la civilización.

Y es que el Régimen pese a todo parece que estaría empezando a tener cierto miedo a pueblo y apuesta por protegerse con el enroque. Miedo a que el pueblo por fin despierte y compruebe que el dinosaurio sigue allí. Y si se despierta ha de rebelarse, que en ello le va la supervivencia. En la vecina Francia ya se manifiesta ese despertar a base de desgracias y en otros pueblos europeos también se empiezan a cuestionar las instituciones usurpadas y viciadas por el globalismo.

En la República judeo-islámica de Cataluñistán diferentes hordas étnicas andan a navajazo y porrazo limpio entre ellos y contra los indígenas de pura raza catalana, sin que la Policía de Su Majestad apenas se atreva a intervenir. Sin embargo, en otros lugares del reino cuando el pueblo indignado por la impunidad de la violencia de los “seres de luz“ quiere manifestarse legítimamente de forma pacífica en repulsa por los crímenes y también por los escándalos de incompetencia policial y judicial es identificado y controlado como si fuese peligroso. Sí. Es el mundo al revés. Neolingua, propaganda y demagogia al servicio de un nuevo globalista 1984 y en contra de la nación y el pueblo. El Estado contra la sociedad.

Hay un componente como de control y envenenamiento mental o “magia negra” en este proceso de devastación programada. De fascinación y de sugestión. Fascinar es prender en las redes tendidas por la imagen, la palabra, los modales… y sugestionar es inculcar las ideas del Poder mediante el aparato de control de las masas. El Poder actual perpetra ambas.   

Así, por ejemplo, oponerse por puro instinto de conservación a la actual invasión destructiva programada es tildado penalmente de racismo, xenofobia u odio. Los invasores campan a sus anchas haciendo toda clase de fechorías y perpetrando toda clase de delitos con unas fronteras convertidas en un coladero. Empiezan a organizarse grupos civiles de defensa para combatir la delincuencia que no hace eficazmente el Estado. El Régimen monárquico que está abandonando a la población a su suerte se reconoce deslegitimado. Trata de distraer al personal cada vez más enajenado y embrutecido. Otro ejemplo. El sábado pasado en la plaza mayor de Cáceres se instaló un escenario enorme para celebrar la cosa esa del llamado orgullo gay con su abigarrada procesión  sus  bramidos de drag-queen y toda la parafernalia entre hortera, obscena y barriobajera de gentes tan distinguidas y elegantes. Para otra cosa no pero para eso desde luego que sí hay dinero y todas las facilidades del aparato de Estado de la Monarquía. Ahora bien, es posible que en este absurdo mundo de locos dentro de unas semanas parte de esa gente a la que divierte el Poder de modo tan soez sea sacrificada en una guerra letal a mayor negocio de la plutocracia que mangonea en el mundo.

Y contra quienes ya no tragan o empiezan a no tragar, pues el régimen a atrincherarse tras los hombres de estaca y dominar al pueblo como en el bochornoso caso citado de Gata en el que los “malos” a reprimir resulta ser el propio pueblo agredido que se manifiesta en solidaridad con el vecino vilmente asesinado en vez de a los asesinos agresores. Unos invasores okupas de una vivienda y subvencionados por el filantrópico ayuntamiento socialista. El crimen subvencionado por instituciones con el dinero que se extrae a las víctimas mediante toda clase de impuestos. La prensa también subvencionada y mercenaria intenta tapar la enormidad de esta barbarie. 

Ya digo, la Monarquía borbónica es el régimen de todo al revés. Un tinglado títere al servicio de intereses ilegítimos extranjeros que necesita el contubernio judicial entre dos de sus pilares principales como son los corruptos partidos dinásticos para intentar mantenerse.

También desde ese punto de vista, la supervivencia de este régimen degradado que hace burla permanente de los valores metafísicos declarados en el preámbulo la constitución se explicaría el siniestro contubernio judicial perpetrado por los partidos dinásticos para asegurar su impunidad, y el que su degenerada legalidad se mantenga siempre por encima de la Justicia.

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