Por Pascual Uceda Piqueras
Doctor en Filología, escritor y conferenciante
La crítica internacional no encuentra una explicación lógica a la circunstancia de que Miguel de Cervantes repitiera dos veces el capítulo 7 en la que fuera la última de sus novelas, el Persiles. Frente a la opinión generalizada del sanedrín académico, que lo atribuye a un error de imprenta o al descuido del ya “chocho” –eso afirmaba, ni más ni menos, que Menéndez Pelayo— don Miguel; se alzan hoy voces discrepantes que señalan a la intención del sabio alcalaíno de indicar al lector que esos dos capítulos 7 resultan ser una proyección de lo que está ocurriendo en los cielos: la reunión de las dos constelaciones u Osas (cada una de ellas con 7 estrellas visibles, 7-7), que deberían interpretarse como la voluntad de Cervantes por introducir en estos capítulos una idea de armonía y correcto desarrollo espiritual.
Es posible que, con similar propósito cervantino, las élites oscuras que conspiran bajo el símbolo de la serpiente que trepa por el caduceo (la OMS), dependiente, a su vez, del triángulo con el “ojo que todo lo ve”, hayan querido utilizar la “magia potencial” del 7-7 para atraer hacia sí esas mismas esencias universales con el filantrópico propósito de salvar al género humano.
Ironías aparte, no puede negarse que la cosa, expresada en esos términos suena muy bien, ¿verdad? Sobre todo, porque se trata del manido discurso al que nos tienen acostumbrados: “lo hacemos todo por el bien de la humanidad. No es preocupéis. Seguid viendo vuestras series de netflix y coreando los goles de vuestro equipo de fútbol favorito, que ya nosotros nos encargaremos de velar por vuestra salud y la de vuestras familias”.
Sin embargo, en esta ocasión, las potencias universales que se agrupan en torno al 7-7 parece que se han vuelto en su contra, haciendo que “el tiro les salga por la culata”. La serpiente que trepa por “la cucaña” no ha previsto bien su ambiciosa ascensión y, antes de alcanzar el premio que pende del extremo, ha resbalado por el palo hasta golpearse en el suelo con ese triángulo con el ojo que todo lo ve, dejándole el susodicho –digámoslo así— “a la virulé”.
En palabras del siniestro director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyasus, con relación a la negativa de los Estados miembros a firmar el borrador del magufo “tratado de plandemias”, que debería votarse en Ginebra (Suiza) por los 194 Estados miembros durante los días 27 de mayo y 1 de junio en la 77 Asamblea de la Organización Mundial de la Salud: “Se ha hecho todo lo que se ha podido”. ¡Y tanto!, si pensamos en todos los ciudadanos inmolados a la causa luciferina de imponer por el miedo el citado “estatuto de esclavitud” ad aeternum—. “No hay por qué lamentarse”, sobre todo ellos, las élites, pues ninguno de sus correligionarios se kakunó durante la fraudulenta campaña de la covid-19—. “Esto no es un fracaso” –dime de qué presumes y te diré de qué careces—. “El mundo sigue necesitando un tratado de pandemias”. Se refiere a su mundo, no al nuestro, al de las élites, con la aviesa intención de expulsarnos de él sin oponer resistencia.
Sí, estamos de enhorabuena. Esta decisión en contra del tratado ha significado un duro revés a los intereses del NOM por imponer su satánica Agenda 2030; por ello hay que celebrarlo y alentar a los dormidos a sumarse a la masa crítica. Pero a pesar del éxito obtenido no debemos confiarnos. Tenemos que permanecer cautos ante el desarrollo de la citada Asamblea, pues, aunque sus dirigentes reconocen el fracaso en sus expectativas más ambiciosas, no por ello van a cejar en el empeño de tratar de imponerlas en el futuro. Y en estos términos se expresa el propio director de la OMS: “Lo intentaremos todo –creyendo que todo es posible— y haremos que esto ocurra porque el mundo sigue necesitando un tratado contra la pandemia”. Es decir, de sus palabras se desprende la intención de volver a la carga con nuevos pangolines, murciélagos y mosquitos, mejor diseñados en sus fábulas para poder seguir engañando a la sociedad adormecida, con coadyuvantes más efectivos (censura, persecución a disidentes, mayor disidencia controlada, etcétera), y con efectos más agresivos o mortíferos. El objetivo será, una vez más, obligarnos a tragar – ahora sí- con el edicto de esclavitud pandémico.
No queremos mostrarnos agoreros, pero se avecinan nuevos frentes en esta guerra abierta que nos ha declarado el NOM a la humanidad. De nosotros depende estar preparados para responder de manera adecuada: sin miedo, con inteligencia, sin dejarse conducir mansos a los corrales.
La balanza se ha inclinado de nuestra parte. Tenemos que aprovechar el éxito. La justicia, la perseverancia y el heroísmo de un buen puñado de valientes conciudadanos que, de forma completamente altruista, han dado un paso al frente en esta desigual batalla por el género humano, comienza a imponerse, incomodando y trastocando los furtivos planes de estos siniestros cazadores de hombres; lobos para el hombre, a fin de cuentas.
No queremos terminar sin recordar aquí al último de nuestros grandes héroes, el primer ministro eslovaco, Robert Fico, firme defensor de la libertad del hombre y aún agonizante en la cama de un hospital tras ser tiroteado en medio de la calle; el cual manifestó abiertamente su voluntad de no firmar el “tratado de plandemias”, dejando entrever quién se oculta detrás de la máscara: “Solo las compañías farmacéuticas dementes podrían inventar semejantes tonterías”.
Deseamos una pronta recuperación de nuestro hermano Robert. Su sacrificio no ha sido en vano.
¿Cuántas batallas han perdido hasta ahora los adoradores de Satanás que mandan en el mundo? Dios nos guarde
¿Alcalaino? o ¿Córdobés? Yo tengo mis dudas.
Todos es Mentira, no hagáis caso a los que dicen que la Organización Mafiosa de Sicarios (OMS), ha perdido la batalla, no me lo creo y estoy seguro que ya todo está firmado y en la reunión de Ginebra están para divertirse y reírse de nosotros, a esta organización criminal no hace falta que nadie le otorgue el poder, se lo otorgan ellos mismos ya que estas serpientes junto con las víboras de las Naciones Unidas son las cabezas visibles el nuevo orden mundial, por eso yo ya no me creo nada mientras no lo pueda comprobar, no me creo a nadie y mucho menos a los médicos por la mentira `porque ocultan la verdad.
Antes de decir que el NOM a perdido, hay que esperar lo que nos tienen preparado a mucho no tardar, no quiero meter miedo pero las cosas se van a complicar, yo no creo en falsos profetas ni en organizaciones criminales como la ONU, OMS y todos sus derivados, esos desgraciados nos han declarado la guerra a los humanos y si no nos unimos nos hundimos y veo muy difícil la unión porque las masas ya han sido abducidas por los medios de comunicación terroristas.
La OMS es GAVI,GAVI es la OMS,GAVI es mallormente Bill Gates.
En la OMS no hay médicos,solo satanistas como Tedros Baal Adramon,que también es un pederasta y comunista cerrimo.
Ojalá la OMS sea de una vez erradicada del planeta tierra.
Mientras Bill Gates, y demas psicópatas de Davos, siga vivo no hay esperanza en absoluto.