domingo, mayo 19, 2024
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Dictadura satanitaria: el sistema y los gobiernos contra las medicinas complementarias

Sanar como sea el cuerpo y el alma debería ser un objetivo prioritario y universal, pero no es así. Los intereses del sistema son otros, y están a años luz de las necesidades y preferencias de los ciudadanos de pensamiento libre y capacidad de elección. Es por esto que, de manera periódica, los políticos de turno asaltan nuestra libertad con prohibiciones surrealistas para que nadie se salga del marco de la oficialidad, demonizando cualquier método de curación que no sean los fármacos y cirugías oficiales. Su objetivo, aparte de cumplir fielmente con los dictámenes de los “expertos” comerciantes de las altas cúpulas, léase la OMS, al servicio de la industria farmacéutica, es confundir y amedrentar a los ciudadanos, y que nadie ose salirse del marco oficial.

El Ministerio de Sanidad y Ciencia, que en este momento  representa Mónica García ha vuelto a las andadas iniciando una nueva persecución contra algunas terapias que, si bien no están admitidas por la sanidad oficial, sí funcionan en otros países y son recomendadas por médicos y terapeutas independientes.

En la nota de prensa del ministerio citan la web RedETS y #CoNprueba, una suerte de chiringuitos virtuales de alguaciles adoctrinadores, donde supuestamente analizan las medicinas no oficiales y dan cuenta de las diferentes acciones contra este tipo de terapias, a las que me niego a llamar seudociencias. Curiosamente ¡y fatalmente!, quienes realizan las investigaciones suelen desconocer el funcionamiento y eficacia de la terapia que investigan. Pongamos como ejemplo, la homeopatía, el reiki o la Nueva Medicina Germánica.

Afortunadamente, cada vez es mayor el número de profesionales de la salud que abogan más firmemente por la medicina integrativa que, como el término indica, debe englobar todo aquello que sirva para curar o para mantener la salud o, simplemente, ser más felices y estar más equilibrados, que no es poco. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que se vienen realizando en las dos últimas décadas, el abrazo final entre las distintas formas alternativas/complementarias de sanación aún no está cerca. Y visto el desarrollo de las directrices sanitarias globales, es como para perder cualquier esperanza.

Para ello habría que salvar varios obstáculos. Dejando a un lado, el fin de control de la humanidad, habría que destacar el dogmatismo, el desconocimiento por parte de los negadores, y los intereses económicos.

La ciencia es dogmática, lo cual es una contradictio in terminis. Al considerarse siempre en posesión de la verdad, sus pasos son renqueantes y avanza a trompicones. Es tan reacia a modificar sus postulados que no duda en vilipendiar, arrinconar –y cosas peores que no pronunciaremos— a quien ose salirse de los raíles de la oficialidad. Hay ejemplos para escribir varios tomos, y ni siquiera tendríamos que citar a Galileo o a Servet. El desconocimiento por parte de los negadores es consecuencia del dogmatismo. Modernamente, muchos científicos de diferentes disciplinas han sido apartados de sus carreras por discrepar de la teoría establecida como válida. En medicina, ahí tenemos el ejemplo del doctor Hamer, fundador de la Nueva medicina germánica, que tantos médicos están aplicando en la actualidad, fallecido en 2017, tras ser perseguido inmisericordemente y desposeído de su licencia para ejercer. ¡Por atreverse a decir que el cáncer era causado por un suceso traumático no esperado, y que podía curarse!  Otra víctima del estáblisment científico es el doctor Wakefield, por haber sacado a la palestra el tema del autismo y su relación con la vacuna triple vírica.

Sea debido al dogmatismo, al desconocimiento, o a intereses de los sistemas sanitarios o, más en concreto, de la llamada Big Pharma, lo cierto es que a las medicinas no oficiales se las está atacando desde diferentes frentes. Como siempre, los medios de comunicación, tan dados al servilismo de lo oficial, se encuentran como pez en el agua contribuyendo a la confusión.

Periódicamente, suelen poner en la picota a la homeopatía; no porque nieguen su eficacia –aunque nunca faltan los detractores aprovechados—, sino por alguna razón administrativa o burocráticas relacionada con el registro de productos que han suspendido hasta la aprobación definitiva, según la ley comunitaria. Sin embargo, esto es aprovechado por los detractores de la homeopatía para interpretar y manipular a su antojo con titulares engañosos, y quienes desconocen todo acerca de este recurso tan valioso, aprovechan la coyuntura para despotricar con el atrevimiento de la ignorancia. Porque, por muy licenciados que sean en medicina, no conocen los fundamentos de la homeopatía y, por tanto, deberían abstenerse de opinar. Y lo mismo podríamos decir sobre la acupuntura, la auriculoterapia, la kinebiomagnética, las flores de Bach, las sales de Schüssler, la aromaterapia, los aceites esenciales, la terapia craneosacral y prenatal, la reflexología, el reiki, y otras herramientas de apoyo a la psicología, como la sanación de emociones de la infancia y el periodo prenatal, la terapia transgeneracional o las denostadas constelaciones familiares –negadas por la psicología académica— y otros recursos que, en la actualidad, se están empleando con grandes éxitos.

Comprendo que de algunas de estas terapias solo podemos decir que FUNCIONAN, pero nada más. Porque estamos muy lejos de conocer los grandes secretos del funcionamiento del universo, tanto del macrocosmos como del microcosmos, aunque algo sí hemos constatado: “Como es arriba es abajo”, el viejo, aunque atemporal principio de la Tabla Esmeraldina, está más presente que nunca en esta era de la mecánica cuántica.

Volviendo a la homeopatía, esta disciplina está sufriendo los embates de asociaciones de médicos y otros detractores. Está claro que, suponiendo que no haya una mala intención manifiesta, hablan desde el desconocimiento. Ignoran todo lo referente a la memoria del agua, a la vibración y a otros matices del funcionamiento de los ladrillos sutiles de la materia.

La demostración científica de la eficacia de la homeopatía nos llegó de la mano de la doctora en Ciencias genómicas y especialista en proteómica, Niurka Meneses, que pudo comprobarlo, según sus propias palabras “tras realizar el primer análisis proteómico conocido, del impacto de un medicamente homeopático en células de carcinoma de pulmón y comprobar in vitro que genera y activa proteínas reparadoras”. Asegura la doctora Meneses que los especialistas que realizaron el trabajo, que demuestra la eficacia del efecto homeopático en células cancerosas de pulmón, no creían en la homeopatía. Esto complementa las investigaciones del doctor y Premio Nobel, Luc Montagnier, según las cuales “el agua tiene capacidad para recibir, almacenar y actuar como transmisor de señales electromagnéticas procedentes del ADN de bacterias y virus por lo que, como ya afirmaba el doctor Jacques Benveniste, tiene memoria” [1].

En Estados Unidos se incluye el reiki como medicina complementaria. La incorporación se debe a la información elaborada por el Centro Nacional para medicina complementaria o alternativa (NCCAM, por sus siglas en inglés). Entre sus beneficios incluyen que “el reiki reduce el dolor, la ansiedad, la tensión muscular, acelera de cicatrización y proporciona bienestar. Es beneficioso durante la enfermedad, después de las intervenciones, en el pre y postoperatorio, así como para potenciar el estado de salud”. Añade el informe que no es una religión, por lo cual no importan las creencias religiosas del paciente, que este no necesita creer en el reiki y que la técnica funciona independientemente de las opiniones de la persona que lo recibe. Conocido esto, no es de extrañar que en más de 800 hospitales de Estados Unidos ofrezcan esta terapia a sus pacientes. Incluso, en varios centros, esta técnica se enseña a médicos y personal sanitario, por ejemplo, en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, y en varios hospitales lo incluyen en la formación de los residentes, como en el Hospital Hartford.

En España, sin embargo, vamos hacia atrás. Hace unos años se ofrecía reiki en varios hospitales de Madrid, entre ellos el Gregorio Marañón, pero, a pesar de los beneficios, fue retirado debido a presiones de la medicina inmovilista y conservadora.

Aunque de la OMS no podemos fiarnos, hay que decir que en el 2019 incluyó síndromes de la medicina tradicional china (MTC), que ya aparecen en el CIE-11 (clasificación internacional de enfermedades). De ello se hizo eco la revista Nature y explica el camino andado hasta esta meta, tan importante como aporte a la medicina occidental. Este paso de gigante se lo debemos al que fuera asesor de medicina para la oficina de la OMS en la sede de Manila, Choi Seung-hoon, quien, partiendo del conocimiento milenario de la medicina tradicional china, “se marcó como objetivo homogeneizar las diferentes variantes de la medicina oriental, sentando las bases de una nomenclatura común”. Resalta Nature, como ejemplo, el “meridiano del triple recalentador” [2]. ¡De desmayo para uno de nuestros médicos alopáticos! La medicina occidental no tiene en cuenta la energía (el chi o qi) porque es algo que desconoce. Cree que los meridianos y los chakras son cosas de chamanes y gente rara no ilustrada. ¡Qué confundidos están! Por eso es necesario explicar, aportar y unificar. Ardua tarea, pero el primer paso ya está dado. ¿Servirá para algo?  ¿Formará parte la medicina china de nuestros hospitales? Para Choi, “este avance cambiará la medicina a nivel mundial”. Sin embargo, no somos nada optimistas a este respecto.

En el CIE 11 aparecen más de tres mil términos que –en teoría— los médicos occidentales deberán aprender, sobre cosas que ni siquiera saben que existen o que pueden tener relación con la enfermedad. Pone como ejemplo el artículo de Nature el concepto “estancamiento del chi de hígado” o “deficiencia del chi de bazo”. Es nomenclatura nueva, otra cultura, otra forma de medicina, pero el ser humano que enferma es el mismo, con idénticos meridianos y chakras. Como era de esperar, esta iniciativa no fue bien recibida por los inmovilistas de la medicina oficial, a pesar de que los tratamientos son más naturales y mucho menos agresivos y costosos. Temen, además, que no vengan avalados por resultados científicos de rigor. Hay que decir que no se trataría de sustituir, sino de complementar y, en cualquier caso, de informar y permitir que el paciente elija cómo quiere ser sanado. Otra cosa es la postura de la Big Pharma, movida por intereses económicos, más que por salvar vidas o promover la salud.

Antes de terminar, quiero hacer una última crítica a los guardianes de la salud pública. Los acuso de ejercer un paternalismo cuasi totalitario y de tratar a los usuarios como a tontos sin discernimiento. Si en función del uso de nuestra libertad de elección, optamos por las medicinas complementarias, se supone que lo hacemos libremente; nadie nos obliga. Y si nos equivocamos, es nuestra responsabilidad. Para algo está el consentimiento informado.

NOTAS:

1 https://www.dsalud.com/reportaje/demostrada-cientificamente-como-funciona-la-homeopatia/

2 https://www.nature.com/articles/d41586-018-06782-7

Magdalena del Amo
Periodista, psicóloga, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.
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3 COMENTARIOS

  1. No existe mente más estrecha que la de los cientificistas, y encima se creen el culmen de la iluminación y la evolución.

    En cuanto al paternalismo de las instituciones, de la oficialidad médica y farmacéutica, no hay más que ver el juicio de la talidomida, la discreción con la que retiran medicamentos, o la reciente noticia de que el gobierno se lava las manos con los daños vacuneros, para entender que no se trata de paternalismo sino de otra cosa. Imponen un estricto abanico de terapias o de medicina «preventiva’ que en muchos casos es invasiva e iatrogénica, y luego se desentienden, cuando no se defienden como gato panza arriba, de sus ‘cagadas’. Por lo tanto ni son paternales ni tienen verdadero sentido de la responsabilidad. La naturaleza de su actitud es otra.

  2. Las «pseudoterapias» al contrario que la basura de tus venenos Sra Payasa Garcia funcionan porque es medicina milenaria y de eso hay evidencias no de ahora, de siglos subnormal. Eres tan imbecil que en lugar de apagar el fuego lo sigues calentando pues tu sigue calentando el fuego que verás la que te espera. Mira voy a decirte lo que te va a pasar en menos de tres meses dimitirás no te preocupes porque así será y despues vas a empezar a vivir procesos judiciales pero no van a ser ordinarios porque se te va acusar de crimenes de lesa humanidad y mucha culpa la va a tener la anterior ministro que va a empezar a decir que ella no sabía porque no era medico pero tu subnormal encima lo eres so boba. Salvador Illa es filosofo, Carolina Darias es abogada quien si es medico TU, quien se va a llevar los palos TU porque ellos van a alegar y con buen criterio que los engañaron pero tu no tienes excusa como no tienes excusa para permitir que se este envenenando a la población y destruyendo su salud caentando con ondas las particulas nocivas que se estan fumigando como la otra de medio ambiente que tampoco es medico, te van a caer todos los palos por tonta. Claro que ellos tampoco se van a librar pero el foco mediatico y la ira va a recaer en ti porque muchos van a decir lo que dicen ellos al fin al cabo ellos no son medicos pero tu si lo eres hiciste el juramento hipocratico con lo cual los sanitarios en general estais jodidos pero claro meintras no se depuren responsabilidades ahora mismo la sanidad es el Minsiterio de la Muerte porque haber quien se fia y quien se fia con lo cual encima a imdemnizar SUBNORMAL.

  3. Eso es lo que viene si nadie lo detiene y mucho me temo que nadie lo va a hacer, mientras tienen a la gente entretenida ellos avanzan y siguen ganando la partida. A los tele creyentes no le hables de otras fuentes de información, solo creen lo que dice la prensa, radio y la televisión a los que siguen con devoción hasta acabar dentro de una urna o un cajón.

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