martes, diciembre 10, 2024
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Deshojando la margarita en el Olimpo…

¿Te imaginas que la diosa Hera tuviese un problema y Zeus dejara de ser dios por unos días para ver si deja su testimonio a otro? Por supuesto nos contaría todo tipo de bondades del amor que profesa a los mortales y del abnegado servicio que nos presta, describiendo a su amor como un ser de luz, de esos que huelen a las más celestiales bellas pasiones humanas. “Le agradezco, por tanto, que tome un poco de su tiempo para leer estas líneas” suena a esa petición inocente del niño que quiere ser escuchado y comprendido, sin tener en cuenta lo que haya hecho y, por supuesto, que tampoco nosotros, estamos dispuestos a perdonarlo como si fuéramos sus cuidadores y tuviésemos la obligación moral de soportar todas sus estupideces, propias de edades muy tiernas.

“Por lo que parece, el juez llamará a declarar a los responsables de dos cabeceras digitales que han venido publicando sobre este asunto. En mi opinión, son medios de marcada orientación derechista y ultraderechista. Como es lógico, Begoña defenderá su honorabilidad y colaborará con la Justicia en todo lo que se la requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos en apariencia, como inexistentes.” Lo describe todo como si fuese un incidente sin importancia, como que no afecta a nadie porque es una mera travesura de adolescente. No se sabe si su esposa es tan pueril como su excelencia. En su opinión tiene derecho a hacer todo lo que le venga en gana, como un niño malcriado y el resto de los mortales que lo critican son malos malísimos, mientras su esposa es una santa, tan santa como él. ¿Quién osa decirle que son perversos? ¡Hay que tener desde luego muy mala leche para hacerle eso a un hombre tan bondadoso como él, que pierde el sueño por nosotros, los españoles de la fachosfera, unos desagradecidos y malintencionados que te asestan el golpe por la espalda! ¡Ay, pero qué dolor más grande en su inmenso corazón! ¡Pobre Begoña y qué papelón le espera a la jueza como semejante partida de sinvergüenzas!

Por tanto, no me sorprende la sobreactuación del Sr. Feijóo y el Sr. Abascal. En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias. Es tal su ingenuidad e infantilismo que le sorprende que el mundo pueda ser tan perverso y que le puedan herir de ese modo tan cruento. Este ser no soporta ni el más mínimo sufrimiento, ni la más mínima decepción, ni la más insignificante crítica o negativa a su satisfacción personal o ego de Zeus. Tiene la piel tan fina que un roce le deja una herida y va por la vida con esa imagen de no haber roto un plato en su vida y todo le duele en el alma, pero lo que él hace no le afecta pues así fue educado por sus padres, los cuales no supieron decirle “eso está mal, Pedrito” o le temían por sus artes vengativas y manipuladoras. Estas estrategias se desarrollan durante la infancia cuando el niño, va descubriendo el ámbito de sus acciones y el modo correcto de descubrir; los padres son cruciales al marcar el modo en el que es posible ir conociendo el mundo sin que las imaginaciones y fantasías infantiles, que luego se convierten en delirios cuando el sujeto ya es adulto como es este caso, y adquieren la fuerza del motor que le haga consciente de su verdadero resultado cuando entra en contacto con el mundo. Este tipo de sujetos, proclives por ende a conductas de elevado riesgo, no se dan cuenta del impacto de sus acciones porque sus ideas delirantes los llevan a ir siempre un paso más allá al creerse el cuento de la felicidad absoluta, fuera del dolor que supone lo frustrante de la realidad. La gran panacea que algún niño se imagina en arte del aprendizaje lúdico. No es extraño que tenga ciertos amigos mafiosos como George Soros, Klaus Schwab, Bill Gates y otros sujetos de tan malas vibras, en las mismas andadas que él.

Y es que esta frase de “No soy un ingenuo” confirma todo lo anterior. Por ende, ¿si no soy un ingenio qué soy, entonces?, se puede preguntar quién dice eso. Lo que quiere decir este sujeto es que “lo sé todo, absolutamente todo” porque sus padres le hicieron de creer en su tierna infancia que era inteligentísimo, listo y, por supuesto, guapo, cualidades que van de la mano y no son separables. Y como es tan listo, como nunca se chupa el dedo, entonces cree saber lo que ocultan sus enemigos, incluso la jueza que va a citar a su amantísima esposa, con el mismo patrón que él, puramente narcisista y criada en un ambiente tan turbio de saunas gays, las de su padre, siendo administradora de las mismas. Lo que está claro es que, para entrar en esos mundos del hampa, de comisionistas, de robos indecentes y chanchullos a lo grande no se puede ser un ingenuo pues a la primera de cambio te la va van a colar porque en ese mundo de delincuentes nadie se fía de nadie y hay que estar durmiendo con un ojo abierto por si te roban la manteca. No creo que Begoña sea tampoco una ingenua, no sólo viendo sus antecedentes familiares. Como suele decir el refrán “Dios los cría y ellos se juntan”.

Como Zeus, lucha por su poder sobre el resto de los españoles y cree que si alguien lo critica es porque desea quitarle el chupete. Esto no resulta extraño si quien se deleita con él va convirtiendo en excremento todo lo que toca, porque más que un niño malcriado, prepotente, chulo y macabro, pues se divierte con sus juegos (cree que la vida es completamente lúdica y que nada de lo que decida o haga nos afecta y cuando suceden estas cosas se sorprende), nos enfrentamos a un auténtico peligro público pues es tal el desastre que puede provocar, la dimensión y el impacto temporal, económico y hasta emotivo en la población, que este tipo de sujetos no puede tener ni una pizca de poder, dado que es incapaz de gobernarse a sí mismo sin meterse en un buen lío a la primera de cambio.

 “Llegados a este punto, la pregunta que legítimamente me hago es ¿merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé. Este ataque no tiene precedentes, es tan grave y tan burdo que necesito parar y reflexionar con mi esposa”. Llegados a este punto, parafraseando al filósofo, directamente nos chantajea de la manera más vil y despreciable, como diciendo “no sé si me merecéis, partida de fachas que no entendéis mi sacrificio”. Seguramente que su fantasía le hará creer que sus súbditos le rogarán que no dimita, que no se vaya, que, por favor, no abandone sus obligaciones oficiales ni su apretada agenda, llena de buenas acciones para España. De este modo, los que vivan en el marco de su secta socialista incluso llorarán su ausencia y estarán muy dolidos con los fachas, pero los que lo detestan se alegrarán y muchísimo. Mientras tanto estará jueves, viernes, sábado y domingo deshojando la margarita ante nosotros, todo triste, con todos los españoles muy pendientes de cuál será su decisión final, en una especie de duelo por episodios, donde no se sabe si está muerto, pero vemos su féretro (a lo mejor no es para él).

Esto es lo que pasa en la mente enferma de Pedro Sánchez, un perfil no sólo narcisista y psicópata, sino psicótico y algo esquizofrénico, fuera de la realidad, que vive en el rol de un personaje que se ha creado él mismo y que nadie se cree por lo perverso y nauseabundo de su aspecto, pero él, tan enamorado de su perfección, se cree el superhéroe de cómic con un guion tan absurdo como surrealista y maligno.

Es la mente del adolescente atormentado que no sabe como enfrentarse al mundo, que ve peligrar su situación y que nos ha instrumentalizado e introducido en su absurda dimensión conceptual tan infantil y simple que mejor echarlo de la Moncloa lo antes posible. Lo españoles no somos parte de las piezas de sus delirios patológicos ni es nuestro Zeus, sino un ser inmundo que sin derecho alguno osa calificarnos.

Márchese señor presidente, déjenos en paz y, cuando llegue el lunes y haya por fin deshojado la margarita, díganos a qué lejana isla se marchará para no saber más de su inmunda existencia. Eso sí, hágalo con astucia pues sus delitos de lesa humanidad están en la memoria de los que han sufrido el efecto de sus vacunas de la libertad, de los asesinados por su juego de niños y de lo que le recordarán como un carnicero y el verdugo que cierra los candados de la cárcel de los hogares de España. ¡Ándese con mucho ojo, señor presidente, porque ahora le toca a su Begoña, pero después será su turno!

Ha sido un placer indescriptible haber saboreado su carta.

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3 COMENTARIOS

  1. Es patético, da vergüenza ajena, dan ganas de vomitar. Se acaban las palabras para calificar a esa basura. Y no, no le he dedicado tiempo a su carta de papanatas enfermo. Ya me ha robado demasiado, este HDP nos birló meses de nuestra vida, empleos, dinero, ahorros, seguridad, futuro, y a muchos les ha robado directamente la vida y la salud, no sólo a las decenas de miles de ancianos que ASESINÓ POR ENCARGO sino a todos esos niños y jóvenes que siguen cayendo a goteo. No me va a robar mi tiempo voluntario de leer su ridícula manipulación nivel charo oligofrénica.

    Nadie anuncia su «reflexión para dimitir», es algo inédito en el mundo de los adultos. La gente dimite o no dimite. «Dimitir», el mayor castigo que reclama esta sociedad de calzonazos y bragazas para monstruos históricos como este despojo del averno.

    Yo ya sólo entro en internet para ver si empiezan a caer, CAER, estos psicópatas genocidas. Por desgracia no caerán por la «vacuna», porque ninguno de estos HHDP la lleva. Se la impusieron al populacho al que tanto desprecian, para «reducirlo».

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