martes, diciembre 10, 2024
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Ley de Restauración de hambrunas

Artículo de Alfonso de la Vega

Abrumados con tanta e importante tribulación nacional a veces nos distraemos de algunos otros graves desastres perpetrados fuera de nuestras fronteras pero que nos terminan afectando cruelmente. El lamentable parlamento de la UE acaba de perpetrar otra felonía contra los intereses de la sociedad.  En efecto, la plutocracia que mangonea impunemente en la UE se había fijado el objetivo de “restaurar” al menos el 20 % de sus zonas terrestres y marinas para 2030 y todos los ecosistemas que lo necesiten para 2050.

De modo que los Estados miembros deben restaurar al menos el 30 % de los hábitats deteriorados para 2030, el 60 % para 2040 y el 90 % para 2050. Ahora bien, en un acto de gran generosidad que muestra su gran corazón nuestros filantrópicos eurodiputados permiten que las disposiciones sobre áreas agrícolas pueden suspenderse temporalmente en circunstancias extraordinarias como hambrunas y demás calamidades generalizadas provocadas por la Ley.

Con las agudas protestas extramuros palaciegos del traicionado pueblo soberano y en un audaz ajuste de cuentas contra los legítimos intereses sociales, la Ciencia, la Lógica y la propia Naturaleza, el abducido Parlamento de la UE ocupado por gentuza dominada por las organizaciones sectarias de Soros y otros corruptos magnates de semejante jaez, ha aprobado con premeditación, nocturnidad, y alevosía la llamada Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE. Sin decoro, burlándose cobarde y traidoramente de sus víctimas. Otro engendro que desarrolla legalmente la infame Agenda 2030 con los pretextos de “regenerar” los ecosistemas degradados de sus territorios, contribuir a alcanzar los “objetivos climáticos” y de “biodiversidad” de la UE y mejorar la “seguridad alimentaria”.  Toda una palabrería falsaria, huera o engañosa para confundir al público que nos recuerda los absurdos o descabalados sermones de fray Gerundio de Campazas, alias Zotes.

El ponente de la propuesta de Ley de Restauración de la Naturaleza, el eurodiputado socialista César Luena inasequible al desaliento aunque quizás sensible a otras consideraciones ha reintroducido a traición y de de contrabando los ecosistemas agrícolas en el texto que ya habían sido rechazados por la mayoría de diputados de la Eurocámara en junio pasado.

Para la organización ASAJA, “supondrá un escenario insostenible para el campo europeo”.

La ley obliga a la destrucción de los azudes o presas de regulación fluvial o de erosión hídrica o eólica con un objetivo de 25.000 km de flujo libre para el año 2030.

Los sistemas agroforestales, término por cierto que empezamos a utilizar un reducido grupo de ingenieros agrónomos, economistas agrarios, ecólogos y estadísticos en España hace ya casi medio siglo, surgen a lo largo de la historia desde su origen en el Neolítico por la manipulación de ecosistemas naturales en los que se promueve la promoción de biomasas específicas de mayor interés para el hombre.  En los sistemas agroforestales existe una dimensión humana y cultural pues intervienen, experiencia de observación, mejoras genéticas mediante selección de especies tradicionales,  tecnología, conocimientos y aspectos logísticos, financieros, legales y organizativos.  Se trataba de buscar una comprensión más profunda y con mayores variables a tener en cuenta de lo que sucede en cada predio, más allá de las clásicas concepciones con rotaciones, alternativas o métodos de gestión ganadera.

Según se mire, cualquier sistema agroforestal puede considerarse un sistema “degradado”, en el sentido de que sobre una base original está manipulado por el hombre con los fines indicados, que en última instancia es la supervivencia de la especie en un entorno difícil sino hostil.

Lo de los objetivos climáticos tal como lo entiende la plutocracia eugenista no deja de ser una superstición o impostura basada en el chantaje y compraventa de voluntades para favorecer negocios bastardos abusivos contra los legítimos intereses del ciudadano común, entre ellos el radical de su supervivencia. Para colmo estos hechiceros y magos negros sin escrúpulos tienen la desfachatez de calificar a los investigadores, científicos e ingenieros que no se pliegan a sus oscuros intereses de “negacionistas”. Una cosa es la legítima preocupación por la conservación de la Naturaleza, los recursos no renovables y el Medio ambiente en general y otra muy diferente, incluso opuesta, lo del pretendido cambio climático antropogénico y el calentamiento global, pretexto impostado para toda clase de abusos.

Lo de la biodiversidad va a haber que tomarlo con mucha prudencia porque si la agenda 2030 sale adelante como pretende el enemigo al final sólo va a sobrevivir la plutocracia junto a sus mercenarios inmediatos como indeseable biocenosis de un biotopo desocupado o apenas habitado. La entrega de espacios a la entropía lejos del climax más bien puede dar lugar a la hegemonía de especies invasores y oportunistas que se oponen ala biodiversidad.

La seguridad alimentaria será cómo y según se mire porque desde luego con estos planteamientos la escabechina de productores y consumidores está asegurada. Seguro sí, que nos matan de hambre o envenenados.  Es curioso amén de significativo en una perspectiva global u holística como debiera contemplarse el problema ecológico que lo que se exige a los europeos no se haga con los extranjeros practicante del dumping laboral, financiero, energético, ecológico y de sanidad que nos pretenden arruinar.

Lo único que falta es que apliquen a agricultores, ganaderos y pescadores las leyes antiterroristas.  Claro que lo justo es que, al revés, se aplicase a toda esta caterva de nuevos eco-terroristas, mercenarios, ignorantes, sectarios, santiguadores de bolsillos, botarates y malandrines.

Pero de ser coherentes, los diputados que han perpetrado este nuevo despropósito deberían regresar a los tiempos de las cavernas, antes de que se iniciase la agricultura.  Nada de aviones y otros privilegios. Por pura coherencia con lo que exigen a sus víctimas, trasladarse en burros alimentados con sustanciosa dieta ecologista de hierbas silvestres restauradas.

Ignoro si para hacer cumplir esta nueva felonía el gobierno empleará el SEPRONA para terminar de arruinar el prestigio y reputación de la Guardia civil bajo sus órdenes. Más pintorescas tareas para nuestros ya atareados agentes. Me temo que habrán de vigilar para mejorar la biodiversidad de los agroecosistemas dos de los tres indicadores siguientes: el índice de mariposas de los pastizales; la proporción de tierras agrícolas con características paisajísticas muy diversas, y las reservas de carbono orgánico en suelos minerales de tierras de cultivo. Además, deben tomarse medidas para aumentar el índice de aves comunes ligadas a medios agrarios, ya que según la burocracia enmucetada estos raros bichos alados son buenos indicadores del estado general de la biodiversidad. 

(continuará)

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Es Diestro. Opinión en Libertad
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