En el mes de octubre de 2020 todos los medios de comunicación informaban de una noticia que nos sorprendió a todos: el gobierno dominicano concedía la nacionalidad de aquel país al exministro José Bono. Si esa noticia ya era sorprendente de por sí, lo más sorprendente fue la forma de hacerlo ya que se hizo mediante decreto: «El decreto concedió a Bono la «naturalización privilegiada», un proceso reservado a extranjeros que hayan prestado servicios eminentes a la República Dominicana, y que dispensa de los requisitos ordinarios para adquirir la nacionalidad».
Pero la cosa no solo se quedó con José Bono, en 2022 Felipe González también se nos «dominicanizaba» a los 80 años de edad y también lo hizo de una forma diferente al resto de los mortales, ya que se produjo a título de naturalización privilegiada que le entregó el presidente del país caribeño, Luis Abinader, en un acto celebrado en el Palacio Nacional. Abinader describió a González como un «leal amigo de la República Dominicana, que desde hace tiempo ha cultivado una relación con nuestra tierra».
Que entre el 7 de mayo de 2022 y el 15 de enero de 2024 se hayan producido 32 viajes del Falcon entre España y la República Dominicana probablemente sea una «casualidad» que nada tenga que ver con estas nacionalizaciones.
Pero volviendo a José Bono ya sabrán que el tipo, cuando hace unas declaraciones públicas, siempre se nos aparece como el típico lobo que trata de vestirse de piel de cordero, a pesar de las múltiples denuncias que se han hecho acerca de sus presuntas múltiples fechorías realizadas, sobre todo, en Castilla La Mancha mientras fue presidente.
En las últimas horas, Bono ha asistido a la presentación del libro Zapatero. El legado progresista, del periodista Manuel Sánchez. En ese acto Bono ha dado su opinión sobre la actual situación política y sobre las críticas que a recibido Sánchez por su Ley de Amnistía desde dentro del PSOE. Sobre este asunto Bono ha dicho: «No deseo que aquello en lo que pueda discrepar pueda ser utilizado por los adversarios de mi partido para hacer daño al Gobierno».
Ha afirmado, además, que él prefiere mantener una «queja silenciosa» por «lealtad» a las siglas bajo las que milita desde hace más de medio siglo. Asimismo, ha apuntado que si hubiera «un ambiente más sosegado y más reflexivo» se «atrevería» a expresar su opinión porque no tienen «por qué estar milimétricamente de acuerdo» como no se ha estado «nunca».
Y de esta forma, yendo de su santurrón es como demuestra su verdadera catadura moral. Porque decir eso que por encima de todo están las siglas es una completa aberración, que creemos que él sigue por intereses personales exclusivamente. ¿Cómo que no quiere que sus discrepancias puedan ser utilizadas por los adversarios del partido? ¿Sea cual sea la salvajada que cometa el partido?
Está claro que para pertenecer al PSOE tienes que pasar por un filtro, pero ya pueden imaginar de qué tipo viendo a estos personajes.
A este personaje Mason de baja gama le pagamos todos su calva insertanda de pelos, por mucho que se escondan estos tipos en paises paraisos seran encontrados si se demuestra que sirvieron a paises o comunidades Terroristas