sábado, julio 27, 2024
InicioOpiniónEditores¿Por qué Alvise llevó a los manifestantes a un descampado?

¿Por qué Alvise llevó a los manifestantes a un descampado?

Arden las redes sociales discutiendo por qué Alvise, el 10 de febrero, llevó a los manifestantes a un descampado donde no había nada ni nadie.

Respondo yo ahora, porque el enemigo ya lo sabe, y probablemente no vuelva a cometer el mismo error. 

Es decir, esta información ya carece de valor táctico.

El mero hecho de hacerse la pregunta, y hasta de dudar de la conveniencia de trasladar la protesta a una explanada abandonada, explica claramente por qué los planes de estudios de primaria y secundaria carecen de asignaturas de derecho. 

Si las tuvieran, nunca habríamos llegado a esta situación, ni nos haríamos esta pregunta. Porque una población que conoce bien sus derechos y libertades, y los mecanismos establecidos para defenderlos, ve con claridad cuándo se le niegan esos derechos, y cuando se sabotean desde el poder esos mecanismos. Qué es lo que ocurre ahora. 

Si esos conocimientos fuesen comunes, a todos se nos ocurrirían medios legales, pacíficos e incontestables, para corregir esa disfunción. 

Como lo hace Alvise.

Con absoluta seguridad, cuando los esbirros que cometieron los atropellos en Ferraz se vean en el banquillo, sacarán a colación que estaban defendiendo los derechos y libertades del resto de los ciudadanos. Particularmente el derecho a la libre circulación

Si, ese derecho que pisotearon ilegal, inconstitucional e irracionalmente esos mismos esbirros hace muy poco tiempo, y del ahora fingen ser sus principales valedores y paladines. 

Hipocresía y cinismo elevados a “N”.

Cuando esgriman ese argumento frente al juez, con absoluta seguridad que habrá algún lacayo del poder, disfrazado con toga, dispuesto a acogerlo con entusiasmo.

Pero eso no podrán esgrimirlo los esbirros que el 10 de febrero atacaron a los manifestantes en un descampado, donde no había bienes materiales que destrozar, ni personas a las que impedir ejercer sus derechos, ni bien jurídico alguno que proteger. Salvo el sádico capricho del tirano, que parece ser el bien jurídico más valioso de Españistán.

En suma, que esos canallas uniformados se han quedado sin burdas excusas que alegar ante el juez para cometer esa violencia extrema que tanto disfrutaron. 

La única excusa que les queda es que obedecieron las órdenes de otros tan canallas como ellos mismos. Mala excusa, que viola lo dispuesto en la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (art. 5.1.d).

Cuando paguen penalmente su traición –Dios lo quiera-, servirán de ejemplo a sus compañeros. Y así, poco a poco, se le irán restando fuerzas al enemigo.

Y añado otra idea, por si sirve a alguien.

Si bien los esbirros agresores –que Alvise dice que va a denunciar- tienen responsabilidad por un posible delito de lesiones, con las agravantes de abuso de superioridad, alevosía y prevaliéndose de su carácter de empleados públicos, los demás agentes que pululaban por allí, aunque no golpearan ni torturaran a nadie, también tienen responsabilidad.

Con la ley en la mano (esa que juraron defender) han cometido dos delitos:

1) Omisión de deber de socorro, por no auxiliar a los manifestantes cuando fueron atacados de modo alevoso por unos delincuentes uniformados. Porque el hecho de que los agresores vistan uniforme no exime al resto de agentes de intentar evitar la agresión.

2) Omisión del deber de perseguir delitos, por no detener y denunciar a esos sádicos peligrosos armados. Porque, igualmente, el hecho de que los delincuentes vistan uniforme no exime al resto de agentes de cumplir con su deber de denunciarlos y detenerlos.

Españistán es una monarquía bananera de manual. 

Un bastardo de desecho. 

Pero a esta tiranía le quedan dos telediarios. 

O uno, dependiendo de la resistencia que opongan los esbirros del sátrapa.

Ojalá.

Artículo relacionados

8 COMENTARIOS

  1. Estimado camarada José Miguel:
    Es una táctica militar de libro. Atraer al enemigo al lugar de la emboscada con señuelos y engaños.
    Paradójicamente, en este caso la emboscada fue un éxito rotundo, aunque los agredidos fueron los «emboscados», porque ese era el efecto deseado. Y con él poder demostrar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos que el gobierno español se salta a la torera todos los límites legales y morales y «las fuerzas del orden» son una banda de delincuentes sádicos sin excusa ni pretexto.
    Y como las imágenes son tan claras, y se ve que no hay nada ni nadie a quien puedan los esbirros proteger de los manifestantes, se han quedado sin argumentos.
    Porque lo único que podrían decir es que intentaban evitar que los manifestantes se mancharan con el barro. Y parece que no cuela.
    La iniquidad al descubierto sin obstáculo impedimento ni cortapisa.
    Una gran victoria.
    Un fuerte abrazo a ti y a todos los lectores.

  2. Así vemos lo que hacen algunos polis,fuera de las cámaras.A Alvise ya no se lo tragan,será esa la tolerancia socialista?

    Y eso que los pobrecitos presos de ETA eran torturados y luego se manifestaban a bombo y platillo.

    Sabías que actualmente en la China comunista podrías ser perseguido por la policía secreta por tener un libro que habla de verdad, benevolencia y tolerancia?
    Zhuan Falun, por el Sr. Li Hongzhi, es el libro principal de Falun Gong, una antigua práctica espiritual que ha beneficiado a millones de personas en todo el mundo. Pero desde 1999, el partido comunista de China prohibió esta práctica y sus libros. Cualquiera que sea descubierto en China siguiendo los tres principios de Falun Gong y practicando los cinco ejercicios suaves es llevado a centros de detención, prisiones y centros de lavado de cerebro, y a veces, nunca se vuelve a saber de ellos.

  3. Son así,como dice Pilar Baselga,pegan a los agricultores que nos dan de comer…y miman a los inmigrantes ilegales que practican la violencia.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Entradas recientes

Comments

Tiene mega cojones la cosa en La carta
Anonimo en La carta
Rafael Perales en La carta
Rafael Perales en Kali Yuga y Monopantos