El renombrado exfutbolista alemán Andreas Brehme, conocido por su destacada trayectoria en los años 80 y 90, falleció a la edad de 63 años debido a un paro cardíaco en Múnich este martes. A pesar de ser trasladado de emergencia a la clínica Ziemssenstrasse, ubicada cerca de donde vivía, los esfuerzos por salvarlo resultaron infructuosos, de acuerdo con lo reportado por ‘Bild’.
Hamburgués de nacimiento, Brehme inició su carrera en el humilde club HSV Barmbek-Uhlenhorst, para luego destacar en el Kaiserslautern, después de un paso previo por el Saarbrücken. Su talento lo llevó a formar parte de equipos de renombre como el Bayern de Múnich y el Inter de Milán, donde coincidió con sus compatriotas Lothar Matthaus y Jurgen Klinsmann. Además, vivió una etapa en España jugando para el Real Zaragoza durante la temporada 1992/93, periodo en el cual participó en 31 encuentros y anotó cuatro goles.
No obstante, su momento más memorable llegó cuando convirtió el gol decisivo para Alemania en la final del Mundial de Italia 1990 contra Argentina, marcando el penal en el minuto 85 que aseguraría el tercer título mundial para su país. Ese momento, estando en las filas del Inter, marcó uno de los puntos culminantes de su carrera.
Brehme se retiró del fútbol profesional en 1998, después de conquistar la Bundesliga con el Kaiserslautern, cerrando así una carrera excepcional con más de 300 partidos oficiales a sus espaldas. Su legado como una de las figuras emblemáticas del fútbol alemán perdura, y ahora se une en memoria a su querido amigo Franz Beckenbauer, quien también nos dejó recientemente.
Para saber de qué ha muerto,ya no hace falta hacer autopsias o ir a un médico forense,la policía y los periodistas dictan su verdad.
Como ese joven de 14 años,VACUNADO que al tomar anfetamina ha tenido una arritmia por acelerarse el corazón y un paro cardíaco por el oxido de grafeno…la policía y la prensa dicen que por sobredosis.
Estos si que tienen sobredosis de fantasía en su mente…cada día inventan una nueva forma de muerte,para evitar enfrentarse a la realidad de que las vacunas llevan G-O y están causando millones de muertos.