Se puede decir del gobierno estadounidense, y de toda su clase política, cualquier cosa, menos que sean tontos. Ya sabrán todos ustedes que, en los últimos días, demócratas y republicanos estaban negociando una prórroga de los actuales presupuestos para evitar lo que se llama un cierre de gobierno, es decir, que corten pagos a todo el mundo.
Esto no es nada nuevo porque ha pasado en Estados Unidos en infinidad de ocasiones. A última hora, y también como ha sucedido bastante a menudo en aquel país, el Capitolio evitó un nuevo cierre del gobierno de EE.UU. con un acuerdo entre una mayoría de republicanos y los demócratas que prorroga los presupuestos actuales 45 días, mientras se negocian las partida permanentes. La votación culminó apenas tres horas antes del cierre gubernamental.
La Casa Blanca ya preparaba a los dos millones de funcionarios para un nuevo cierre, cuando el líder republicano en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, logró aprobar una ley provisional de financiación.
Pero en esta noticia, buena para el gobierno estadounidense, hay una nota muy importante a tener en cuenta: de momento, durante esos 45 días se corta la ayuda económica a Ucrania. ¿Qué pasará ahora? Pues suponemos que Droguenski estará de los nervios y que ahora le tocará ayudar en solitario a ese país a la inservible y saqueadora Unión Europea.
Pero tampoco habrá problema porque eso es lo que ha sucedido desde el minuto cero en el que comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania: Estados Unidos ayudando a Ucrania, sí, la Unión Europea también, pero el gobierno de Biden sacando beneficios y vendiéndonos lo que, en teoría, se prohibía vender a Rusia.