viernes, noviembre 22, 2024
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IUSTITIA EUROPA, luchando contra la Agenda 2030 en la UE

Estimado lector, si es usted de esos que ya no votan, porque no es consuelo suficiente permitir que lo sodomicen “los suyos”, en lugar de “los otros”, está de enhorabuena. 

Igualmente lo está si es de esos, más heroicos aún, que todavía votan, pero con la nariz tapada, y guantes quirúrgicos, para no envenenarse. Todos nosotros estamos políticamente huérfanos, porque ya sabemos que todos los partidos políticos obedecen a un mismo director de orquesta, aunque toquen diferentes instrumentos y partituras. 

Ahora, por fin podremos votar sin que nos dé un infarto.

IUSTITIA EUROPA no es un partido político, es una plataforma de electores, y viene avalada por primeros espadas de la lucha por nuestros derechos y libertades, como los abogados Luis María Pardo y Alexis Aneas, que recurrieron todas las medidas liberticidas covid, en tribunales españoles y europeos.

En suma, que ellos han hecho lo que se supone que deberían haber hecho los partidos políticos, que en su lugar hicieron frente común contra nosotros, los ciudadanos. 

Además, tenemos la garantía de que estos beligerantes abogados llevan muchos años haciendo lo mismo. Voluntad, formación y experiencia. No se puede pedir más.

Se presentarán en las elecciones europeas del 2024, y les otorgaré mi confianza.

Las elecciones europeas son las únicas en las que los partidos grandes no salen con desmesurada ventaja. Porque la fraudulenta ley electoral está hecha a su medida, con dos distorsiones: 1) el sistema D’Hondt, que beneficia al partido mayoritario; y 2) muchas circunscripciones pequeñas, que directamente eliminan a las opciones menos votadas.

Por añadidura, si se produjese otro fraude electoral con ausencia del escrutinio general, como ya denunciamos muchos en las anteriores convocatorias, habría alguien con legitimidad activa, ganas y capacidad, para solicitar la anulación de los resultados. Porque la ley electoral no concede esa legitimidad a cualquier ciudadano –sólo a los partidos-, prueba de que la soberanía no reside en “el pueblo”. En propiedad, la Constitución, para responder al trato que nos da, mejor nos denominaba sin tapujos “la chusma”. Obviamente no lo hace, porque el día que nos demos cuenta de que somos esclavos mal disimulados, nos sublevaríamos. 

Muchos nos sublevamos, porque ya lo hemos descubierto.

Cedo ahora la palabra a IUSTITIA EUROPA, para que los lectores puedan estudiar y suscribir su manifiesto, y colaborar con esta excelente iniciativa:

https://iustitiaeuropa.com/

¡Ahora o nunca!

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