Desde hace ya muchos años, se está imponiendo en España la dictadura globalista. Esa que nos viene de la famosa Agenda 2030, la España del «no tendrás nada y serás feliz». Y una de las formas de imponer esa vomitiva dictadura es intentando destruir nuestra independencia alimentaria a través de un método más que efectivo: la de arruinar a los agricultores y ganaderos para que tiren la toalla y abandonen sus explotaciones.
Por eso nos encontramos con decisiones que, aparentemente, parecen absurdas como poner trabas a las ayudas que podrían recibir y trasladar todas ellas a Marruecos. También la destrucción de pantanos, la fumigación de nuestros cielos, la quema de nuestros bosques para sembrar el país de placas solares o parques eólicos… infinidad de decisiones que, a pesar de parecer absurdas, están más que meditadas y pensadas con el objetivo de destruir nuestra nación.
Pero, a pesar de que la cosa les va bien, todavía hay gente valiente en este país que lucha por lo suyo y por lo de los demás, demostrando su valentía. Y jugándose absolutamente todo, alza la voz y denuncia para intentar que todos, no solo él, planten cara ante este saqueo indiscriminado y luchen por su propia supervivencia. Uno de esos valientes que plantan cara es El Palleter.
Ahora vean con lo que se ha encontrado en Tomelloso (Ciudad Real). Escuchen con atención a cuánto se le paga al productor el kilo de melones. Dense cuenta que ni siquiera cubre gastos con ese precio. Y ahora piensen a qué precio se lo encuentran ustedes en los supermercados. ¿Creen que esto es normal? Pues aunque parezca que no, en la España agendista del dictador Sánchez es lo normal porque lo único que se busca es la destrucción de todo.
Gracias a la izquierda España es ya propiedad de los dueños de los fondos buitre que nos están expoliando a los españoles lo poco que nos queda e manos privadas