El actor y cómico conocido por su interpretación del tendero Chema en la serie de televisión ‘Aída’ formó parte de las listas de Podemos en el 2017 y desde hace unos años colabora como columnista en el diario de extrema izquierda ‘Público’.
Precisamente en ese diario, Viyuela escribía hace un par de años un polémico artículo atacando a VOX con motivo del asesinato de un joven en la puerta de una discoteca de La Coruña por parte de un grupo de asaltantes y culpabilizando al partido de alentarles desde sus escaños.
Así hablaba el actor de la formación política: «nada nos libra del desprecio hacia los asesinos» y «nada debe hacerlo tampoco respecto a quienes los alientan desde la cómoda sombra de un escaño».
«El cerco sanitario alrededor de este partido homófobo, xenófobo y racista se hace cada vez más necesario en los medios, en la calle y en las instituciones. Los tumores deben ser aislados y extirpados para devolver la salud al cuerpo enfermo, y la salud de nuestra democracia peligra mientras no seamos conscientes de la amenaza que supone consentir la impunidad de los venenosos discursos de matones disfrazados de políticos […]» continuaba escribiendo.
Y añadía «De nosotros depende que el cáncer de Vox no se convierta en metástasis».
El comediante, por cierto, muy vinculado a Íñigo Errejón, días después de publicar esas barbaridades y ante el revuelo que causaron, no le quedó otro remedio que matizarlas.
Esto da cuenta de la clase de fanatismo que exhala toda esta chusma que presume de tolerante y demócrata pero en realidad son todo lo contrario. Hay que recordar y destapar a estos individuos que no hacen otra cosa que enfrentar a la sociedad y que se pasan el día entregándose premios los unos a los otros para demostrarse a sí mismos lo buenos artistas que son.
No hace falta ser afín a ningún partido político para percatarse del odio que infunden estos personajillos de poca monta que no son más que unos gañanes pretenciosos con ínfulas de superioridad.
Cuando escucho a estos mamarrachos me dan ganas de votar a Vox. Menos mal que me duran poco…
Aquel crimen lo cometieron unos ultra»izquierdistas», seguramente por el aspecto dulce y formalito («pijo») de la víctima, que era un buen chaval que cuidaba ancianos y tocaba la flauta en su parroquia. En cuanto se conoció a los autores toda la gentuza activista y de la prensa oficialista se callaron como madres de Viyuela.
La realidad es de hecho que ese chico murió como tantos otros (Víctor Laínez) por culpa de enfermos fanáticos como Viyuela, que llevan cuarenta años viviendo de la cizaña y la «lucha contra [inserte aquí el fantasma de turno y pase a cobrar]».
Va de calvo entrañable y tiene una mirada y un halo de perturbado endemoniado que no puede con ello.