Casi desde el primer momento en el que comenzaron los disturbios, el asunto de todo lo que está sucediendo en Francia no nos cuadraba. Macron, uno de los dirigentes políticos mundiales más asfixiados por las protestas ciudadanas en contra de la dictadura agendista necesitaba un respiro porque las calles estaban clamando contra todas las injusticias que está cometiendo.
Y de repente, como quien no quiere la cosa, se produce la muerte de este chico de 17 años y todos los inmigrantes que están viviendo en Francia salen a las calles a protestar. Qué casualidad, ¿verdad?
Al producirse estos hechos, el gobierno de Macron ya tenía la excusa perfecta para sacar más policías a las calles e incluso al ejército. Ya tenía la excusa perfecta para imponer leyes restrictivas, leyes marciales y toques de queda, tal y como ha hecho ya en algunas zonas del país.
Y con todos estos altercados, conseguiría incluso que los franceses aplaudieran todas estas restricciones que les van a proporcionar «más seguridad».
Ahora, el gobierno de Macron también ha decidido cortar internet, que es donde se organizaban todas las protestas contra él, en las zonas donde los conflictos sean más graves y se produzcan más disturbios. Curioso, ¿verdad?
Demasiadas casualidades y coincidencias como para que, a estas alturas de la película, caigamos en este tipo de trampas que ya no se puede creer casi nadie.
Todo, absolutamente todo lo que está sucediendo en Francia, está orquestado desde el propio gobierno cumpliendo órdenes de quienes realmente mandan en la sombra.
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