lunes, noviembre 25, 2024
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Donald Trump debería saber que en el aborto no puede haber excepciones

Más allá de cualquier problema local o nacional, relacionado con la patria, la bandera o la economía en sus diversas vertientes, debe primar la defensa de la vida. Sin el derecho a la vida, incuestionable por ley natural, no cabe ningún otro derecho garantizado en nuestras modernas constituciones. Por eso, en una de las caras de nuestra pancarta permanente, lucimos un NO al aborto y un NO a la eutanasia; y en la otra, un SI a la vida. Pero rotundamente, sin equidistancia, sin hipocresía, sin miedo a lo que digan o a lo que voten, sin excepciones. Nunca.

Esto va por el candidato y expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, el político que termina sus discursos con un honroso y emocionante “God bless America, lo cual es de agradecer en estos tiempos de “Dios ha muerto”. Lo que no resulta tan emotivo son sus dudas y posicionamiento sobre el aborto, cuyos matices pueden ser un “factor determinante” para llegar a la presidencia el próximo noviembre. Teme el candidato republicano a los extremismos y, en concreto, al radicalismo de la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, bien posicionada en las encuestas, que no admite excepciones al aborto –ella misma se reconoce absolutista—, salvo la de riesgo para la vida de la madre.

De hecho, Dakota fue el primer estado en aplicar la prohibición de abortar, tras la revocación en 2022 del derecho constitucional, instaurado a raíz del caso Wade contra Bolton, en 1973, en virtud del “Debido proceso de la Decimocuarta enmienda” de la Constitución de EE.UU. Tanto la gobernadora como el fiscal general, Marty Jackley, consideran que deben ser un ejemplo a seguir para el resto de los estados.

Donal Trump teme que estos extremismos le priven de los votos de los republicanos moderados, pero también está en juego el voto conservador si se decide a establecer la línea de prohibición en las 16 semanas. Por eso habla de la necesidad de hacer equilibrios. ¡Como que esto nos suena! Así de subterráneos suelen actuar los políticos, al tratar estos temas tan delicados y trascendentes. Es el juego de la mentira, la simulación y el engaño; y la clave está en hacerlo con disimulo.

El plazo de 16 semanas que propone Donald Trump es una declaración en regla a favor del aborto. No sé cómo admitirán esta ocurrencia los republicanos conservadores, además de muy apegados a la tradición, de religión protestante en su mayoría. Mi total rechazo a Donald Trump que, visto lo visto, no se diferencia de los demócratas de Hilary.

También quiero dedicar unas líneas a la republicana conservadora de Dakota del Sur, sobre “el riesgo para la vida de la madre”. Es una excepción a las leyes del aborto, bajo el término ad hoc de “aborto terapéutico”. Sin embargo, con los avances de la ginecología y la obstetricia, este punto hace tiempo que se ha quedado obsoleto. Hablamos por boca de los expertos médicos provida, que utilizan protocolos en estos casos.

Hablar de “aborto terapéutico” es una denominación engañosa más. Terapéutico es un adjetivo que implica intención de curar o curación, todo lo contrario a lo que es un aborto. En el caso de que realmente la vida de la madre esté en riesgo, sería más correcto decir “aborto indirecto”.

El aborto indirecto no es un aborto provocado. En el caso de que el embarazo supusiera un peligro real para la madre, se le aplicaría a esta el tratamiento correspondiente, y si a consecuencia de este el bebé en gestación falleciera, sería una pérdida involuntaria. pero no un acto condenable.

Los profesionales que defienden la vida tienen opiniones muy claras a este respecto. El doctor Nathanson dice que “la situación de que la vida de la madre está en peligro si sigue con su embarazo, ya no es una realidad clínica. Dado el estado avanzado de la medicina, ahora, los médicos podemos ayudar a la mujer embarazada que sufre de una afección médica, a mantener su embarazo y dar a luz a un bebé saludable”.

El doctor Roy Heffernan de la Escuela de Medicina de la Universidad de Tufts, Massachusetts, EE.UU., dice a propósito de este tipo de aborto que “el médico que lleva a cabo un aborto terapéutico ignora los métodos modernos de la medicina o no hace el esfuerzo para investigarlos y aplicarlos”.

Opinión muy similar sostiene el doctor M. Harry, de Dinamarca: “Después de muchos años de trabajar en varios hospitales ginecológicos, nunca he visto que sea necesario un aborto para salvar la vida de la madre. He visto a dos mujeres extremadamente enfermas, con una enfermedad de corazón y de pulmón; pero ambas rechazaron la opción que se les planteó de practicarles un aborto, y ambas tuvieron unos partos normales y niños sanos. Cuando un médico dice que la vida de su paciente está en peligro simultáneamente por un embarazo y una enfermedad, esa es solamente su opinión clínica. Pero no hay un indicador absoluto e irrefutable de que se requiera la realización de un aborto legal”.

El doctor George Isajiw, en una entrevista con el padre Frank Pavone de “Priest for Life” tampoco deja dudas: “No existe tal cosa como un aborto para salvar la vida de la madre. […] Durante mis años de formación (en la medicina) yo le preguntaba a cada obstetra y ginecólogo con quien me encontraba, si alguna vez habían tenido que hacer algo para eliminar al bebé para así salvar la vida de la madre. No me he dado con ningún caso”. Los datos expuestos confirman que el supuesto que alude al peligro de la salud de la madre es un coladero, lo cual ya es de dominio público.

Hay que recuperar el sentido común y la razón. No podemos permitir que políticos y legisladores, de escasas cualidades morales, filosóficas y humanistas, se arroguen el poder de legislar sobre la vida y la muerte, y así establecer quién debe vivir y quién no; la mayor parte de las veces, basándose en opiniones acientíficas y amorales, presionados por los lobbies laicistas de la Cultura de la Muerte. Tampoco podemos permitir que haya médicos dispuestos a poner fin a la vida de otros. Un mundo mejor es posible.

Magdalena del Amo
Periodista, psicóloga, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.
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2 COMENTARIOS

  1. Ya.Quizas sean mejores los españoles!,desde el PP hasta el PSOE Unidas Podemos,etc.todos quieren aborto terapéutico,indirecto,directo…incluso tras el parto como si ya no se denominase asesinato sino ‘aborto’.

    Donald Trump muy odiado,y todo se le mira con lupa,a diferencia de Joe Biden,del que nadie jamás critica nada,ni siquiera tú belladama.

    Mientras tenemos una nueva amenaza,que deberíamos tomarnos en serio,Rusia ha declarado la guerra…la tercera guerra mundial,mientras que Trump no.

    Así pues Macron casado con su tío que cambió de sexo,ya está enviando soldados a morir al frente…y después veremos si le siguen el resto de países.

    Los que más nos preocupan son Zelensky y su trafico de bebés,Macron,Úrsula…Sánchez.

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