En un país dominado por una tremenda censura, como es España, es cada vez más difícil que nos lleguen informaciones que está siendo muy escandalosas en otros países, aunque esa información pueda afectar a muchos millones de españoles. Si ustedes recuerdan, uno de los países en los que más dictadura se impuso con la farsemia fue Nueva Zelanda.
La persecución por parte del gobierno neozelandés a la disidencia en los tiempos más farsémicos fue terrible e incluso se impusieron zonas de reclusión para los supuestos cuentagiadores. Y no solo eso, se intentó convencer a la población para inocularse de una forma incluso más agresiva que en España, llegando incluso al extremo de las persecuciones y las amenazas a quien se negara a hacerlo.
Pero tal y como ha sucedido en todo el mundo, para conseguir hacer eso, el sistema necesitaba a colaboradores necesarios y la mayor parte de policías y sanitarios no tuvieron inconveniente alguno en hacerlo. Por eso ahora esos colaboradores necesarios, sobre todo los sanitarios, están muertos de miedo ya que han sido robados millones de datos de banderillas, de sanitarios y de «engañados» del Sistema Sanitario del país, que en Nueva Zelanda se le conoce como Te Whatu Ora.
Esta información, según publican medios neozelandeses, estaría en poder de un empleado de Te Whatu Ora llamado Barry Young, de 56 años, que ha sido acusado de tomar datos de la agencia de salud de manera deshonesta y difundirlos en línea. Para conseguir mayor difusión se ha puesto en contacto con gente con un gran poder de difusión en las redes, como Liz Gunn y Alex Jones. Como verán el silenciamiento que en España se hace de muchas noticias consigue que nos enteremos de alguna 3 meses más tarde, o en muchos casos ni siquiera nos enteremos.
Pero a pesar de los meses que han transcurrido desde que se conoció esta información los 12.000 verdugos neozelandeses que metieron el brebaje en los brazos de la gente, tienen mucho miedo de que sus datos se hagan públicos, debido a los graves problemas de salud que han provocado a millones de engañados.
De hecho, según publica el oficialista medio neozelandés ‘NZ Herald’, existe una publicación de alguien a quien ellos califican como desinformador que se dirige, directamente, a la cuenta de la directora de Te Whatu Ora, Margie Apa, de esta forma:
«Acabo de completar un análisis por género y los resultados son simplemente devastadores para la banderillas covidicias».
«Me preguntaba si puedo compartir los resultados con sus epidemiólogos que puedan confirmar lo que encontré. De esa manera puedo evitar revelar los nombres».
«De lo contrario, para que la gente pueda verificar los resultados por sí misma, tendré que dar a conocer los nombres, lo que me gustaría evitar hacer si es posible».
«Por favor, háganme saber de qué manera les gustaría proceder: a) que sus epidemiólogos confirmen el análisis para que podamos mantener la confidencialidad de los nombres para que podamos salvar vidas, b) que exponga los nombres para que todos puedan verificar que el análisis es correcto para que podamos salvar vidas».
«Mi fuerte preferencia es a). Pero sospecho que prefieres la opción b). Si no tengo noticias tuyas, asumiré que eliges b). ¡Gracias!»
Como verán en esa misma publicación, lo único que se hizo desde Te Whatu Ora había tomado medidas después de que se hiciera la amenaza, incluida la prohibición de que el empleado accediera a sus sistemas informáticos, obtener órdenes urgentes de la Autoridad de Relaciones Laborales para detener el intercambio de información en caso de que se publicara, y pedir a diferentes sitios web y plataformas de Internet que eliminaran cualquier información.
Ahora, Barry Young está siendo juzgado por el Tribunal de Distrito de Wellington y está siendo aclamado a las puertas del juzgado por muchas personas que piden que se haga justicia con los engañados. Está siendo acusado de tomar deshonestamente datos de agencias de salud y difundirlos en línea, acusación de la que se ha declarado inocente.
Su comparecencia fue breve y su abogado señaló que había habido un problema para recibir información de la policía. Pidió que el asunto se pospusiera para una fecha posterior, concretamente al mes de abril
Los partidarios de Young lo saludaron desde la galería mientras estaba de pie en el banquillo de los acusados. Después de que la juez Tania Warburton mantuviera a Young en libertad bajo fianza, decidió en esta ocasión dejarle libre sin fianza. Uno de sus partidarios de Young intervino en la vista diciendo que «la verdad no es un crimen».
Frase que hacemos nuestra: LA VERDAD NO ES UN CRIMEN.
En un sistema farsario de Matrix permanente, en donde nada es lo que parece por supuesto que la VERDAD es un crimen de estado pues erosiona los cimientos del negocio mafioso. Que le pregunten a Kennedy.
Aqui sus identidades son más que publicas estan en los videos, articulos, sentencias vamos que tenemos material para meterlos con Perpetua Revisable a más de uno y luego si se sigue el rastro del dinero todo cuadra, en el momento que empiece a salir todo a la luz a nivel mundial ya cae todo como el castillo de naipes que es.
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