Elon Musk, otro engañabobos más (Trump, Meloni, Fachascal, Viganò…) para la derechona antiglobalista. Lo último: su empresa Neuralink implanta un chip en el cerebro humano por primera vez. Telepatía, baustismo, descorriéndose ciertos velos. No hace tanto. La EMA ( del inglés, Agencia Europea de Medicamentos) dio luz verde a la primera terapia de edición genética con CRISPR/Cas9 (en Usa, algo, antes, finales de octubre). Y siempre las «nobles» intenciones terapéuticas. Y echemos un raudo vistazo a los principales «inventos» en lo que llevamos de siglo y milenio, aparte de las dos citadas aberraciones. A saber. Impresión 3D. Realidad Aumentada. Coches autónomos. Internet de las cosas ( con la inexcusable contribución de la mortífera tecnología 5G). Blockchain. «Carne» cultivada en laboratorio. Computación cuántica. Y, no hay boda sin la tía Juana, el grafeno. ¿ Entonces? Pues bastante sencillo de inferir. Robotización, metaverso/mierdaverso (irrealidad, vamos), transhumanismo y absoluto control, sobre todo cerebral/mental.
Neoconductismo
Neuconductismo planetario, pues, más allá Skinner y Watson ( y el kubrickiano Ludovico), de la propaganda y las drogas ( la droga psiquiátrica y otras drogas – incluido el brutal fentanilo – que lucran a las élites devastan demasiado groseramente las mentes manejables). Vuelta de tuerca: sofisticación. Una nueva tecnología en neuroingeniería conocida como optogenética utiliza la citada CRISPR Cas-9 para modificar genéticamente a las neuronas humanas con la finalidad de manifestar opsinas fotosensitivas y así activarse cuando sean estimuladas por ciertas longitudes de ondas de luz. La optogenética, en ese sentido, ofrece, a través de la luz, un óptimo control temporal y espacial de las actividades cerebrales que las tecnologías actuales tales como la estimulación magnética transcraneal o las también citadas y atroces drogas psicofarmacológicas.
Desde las añejas cirugías de cerebro (trepanación) a las inicuas lobotomías ( leucotomía transorbital) pasando por los innúmeros proyectos MK Ultra en el siglo XX, los humanos han usado el conocimiento de las estructuras neuronales para manipular el comportamiento de sus congéneres. Neuralink de Musk deviene el primer interfaz cerebro-máquina convencional, ya sin embozos (no pocos arguyen que otro interfaz no convencional sería el grafeno neuromodulador contenido en las timovacunas covid)……Pues eso, hacia otra (hackeada y controladísima) especie posthumana, previamente transhumana. En fin.
Elon Musk,Donald Trump,Bukele,y todos estos que presumen de ser los buenos de la película en el sistema…
Son los peores y los más hipócritas.
Los que se supone que nos defienden también serán corderos con piel de lobo,de una élite siniestra de ascendencia diabólica inmemorial…
Todo el que está en el poder es un tipo muuuy siniestro.
No nos dejemos engañar y menos de este Dr. Mengele informático de Musk …