Alimentos envenenados. Brutalmente tóxicos, extremadamente cancerígenos entre otras lindezas. Y, mientras, los mafiosos cárteles de la alimentación ( distribución y venta), unos más que otros suculentos y repugnantes beneficios. BlackRock, Vanguard, State Street, Fidelity y Capital Group y los conglomerados alimentarios y agroindustriales en los que invierten, descojonándose a costa de tu salud ( al igual que se lucran de las enfermedades y dolencias derivadas del sistema alimentario al tener participaciones en toda la FARMAFIA). Y te sueltan el falsario rollete de que sin sus productos el mundo se moriría de hambre.
Mierda, no comida
Comida que enferma. Pútrida. Basura ultraprocesada mixturada con sustancias químicas nocivas y «cultivada» con el uso de agroquímicos muy ponzoñosos. Y se visten de verde, el colmo del fariseísmo. Pero todo es y deviene control: sobre un sistema alimentario mundial que produce alimentos lastimosos, enfermedades, degradación medioambiental, destrozo de la biodiversidad, saqueo de tierras, aniquilación de la vida rural, ruina económica del endeudadísimo agricultor medio, dependencia y desposesión…
…Y dos libros imprescindibles, ambos del simpar Colin Todhunter: Food, Dispossession and Dependency: Resisting the New World Order (2022) y Sickening Profits: The Global Food System’s Poisoned Food and Toxic Wealth (diciembre de 2023)
En fin.
Las furcias mediáticas dedicaron en 2019 una semana a hundir sensacionalistamente a una pequeña empresa de Sevilla por un supuesto brote de listeriosis (puede que hasta fuese mentira, como lo de las tortillas Palacios este año anterior), pero corren un tupido velo sobre la propia Nestlé reconociendo abiertamente que su pienso para goyims está plagadito de cancerígenos, o que la comida para bebés lleva metales pesados, o que seguimos tragando pesticidas venenosísimos y disruptores endocrinos a gogó.
No sé si alguna vez la prensa ha trabajado para lo que de verdad importa y lo que de verdad es verdad. Mi sensación es que no he conocido en toda mi vida otra prensa de masas más que la encubridora de crímenes y lavadora de cerebros