Recientemente hemos tenido conocimiento a través de ‘El Debate’ que El Gobierno de Sánchez ha financiado con fondos europeos la oficina musical que dirige el hermano del presidente, David Sánchez Pérez-Castejón, en Badajoz. Otra muestra más del descaro de este traidor que está actuando como un verdadero dictador ante la pasividad de la mayor parte de la sociedad y la complicidad de los medios generalistas que se cuidan bien de ocultar todos y cada uno de los escándalos de esta chusma socialista.
El citado medio reveló el acuerdo íntegro firmado por el Ministerio de Cultura en el que se pacta la financiación europea a través de los ya famosos y misteriosos fondos «Next Generation UE». A pesar de estar blindado el documento del acuerdo con una cláusula de confidencialidad que impide revelar el importe de las transferencias económicas, ese periódico ha tenido acceso a un primer pago de cerca de 130.000 euros.
Conviene recordar que los famosos fondos Next Generation fueron anunciados en 2020 como una “oportunidad única e histórica” para la reconstrucción de la economía europea tras la recesión ocasionada por la «pandemia». Menuda reconstrucción de la economía, menudo timo, menuda estafa.
A raíz de conocerse este escándalo, un periodista ha preguntado sobre el asunto a la portavoz y secretaria de igualdad del PSOE de Extremadura, Soraya Vega, durante una rueda de prensa. La señora, por llamarle de alguna manera, cuyo suculento sueldo lo pagamos todos, no ha querido responder y, con altivez y cierta soberbia, se ha limitado a repetir cual disco rallado y de una manera enfermiza lo siguiente: «Mi respuesta es que no tengo nada que contestar, mi respuesta es que no tengo nada que comentar a eso que usted me plantea, mi respuesta es que no tengo nada que comentar a eso que usted me plantea, mi respuesta, con todos mis respetos, es que no tengo absolutamente nada que comentar a aquello que usted me plantea, muchas gracias, mi respuesta es que no tengo nada que comentar, muchas gracias«. Señores, este es el nivel de estos indocumentados que viven a costa de nuestros impuestos.
Este esperpento con aires de superioridad, que se presenta en su cuenta de Instagram como educadora social y estudiante de psicología, y cuya vida laboral se reduce a cero fuera de la política,, se permite el lujo de no contestar a una pregunta de interés general. ¿pero qué se ha creído esta gentuza? No son servidores públicos, son sinvergüenzas.